Conjunto de acciones para disminuir el tabaquismo del adulto mayor
Autor: Lic. Yixsy Lestapi Camacho | Publicado:  30/01/2012 | Medicina Preventiva y Salud Publica , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Geriatria y Gerontologia , Articulos | |
Conjunto de acciones para disminuir el tabaquismo del adulto mayor .3

El tabaquismo es la adicción al tabaco provocada, principalmente, por uno de sus componentes activos, la nicotina; la acción de dicha sustancia acaba condicionando el abuso de su consumo. El tabaquismo es una enfermedad crónica sistémica perteneciente al grupo de las adicciones y está catalogada en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-IV de la American Psychiatric Association. Actualmente se cree la causa principal mundial de enfermedad y mortalidad evitable.

Se considera una enfermedad adictiva crónica con posibilidades de tratamiento.

El envejecimiento, o proceso normal de cambios relacionados con el paso del tiempo, se inicia con el nacimiento y continúa a lo largo de la vida. La ancianidad es la fase final de la vida.

El proceso del envejecimiento humano deba ser considerado en el contexto de sociedades complejas sujetas a grandes variaciones. La forma en la que la población envejece no está totalmente determinada por la biología, también está influida por las circunstancias sociales y el ambiente individual. En consecuencia, el envejecimiento se contempla cada vez más como un proceso que incluye aspectos culturales y psicosociales.
Fumador: Fumador diario de cualquier cantidad de cigarrillos durante el último mes. Persona que responde afirmativamente a la pregunta ¿fuma usted?

La Enfermedad Obstructiva Crónica (EPOC) es la enfermedad más frecuente, asociada al tabaquismo, que consiste en un grupo de enfermedades pulmonares caracterizadas por un flujo de aire limitado como consecuencia de una obstrucción y reducción del calibre bronquial.

En el año 2005 el consumo per cápita en la población cubana de 15 años y más fue de 1 459 cigarrillos y 19,23 unidades de tabacos. Estas cifras representaron un decrecimiento de 2,73% en los cigarrillos y de 3,77% en tabacos, comparados con el año 2004 (tablas 1, 2, 3 y 4).

Para explicar la epidemia del tabaquismo en Cuba es necesario considerar sus factores determinantes. El tabaquismo en Cuba se encuentra inmerso en una amplia gama de paradojas y controversias, algunas sujetas a determinantes globales, como la imagen del fumador creado por la publicidad y trasladada de país a país y de generación a generación, el efecto no inmediato sobre la salud, los profesionales sanitarios fumadores restando credibilidad a la información científica y su carácter de drogadicción lícita, por citar los más importantes. (6)

Otros factores determinantes en el ámbito local lo constituyen el hecho de ser país productor y el arraigo del hábito de fumar en la vida social, cultural y económica, unido a la idiosincrasia del cubano que prefiere ser agradable y no exigir el respeto a su derecho de no ser fumador pasivo, mientras que en los medios de comunicación se ensalza el tabaco cubano unido a la importancia de no fumar para preservar la salud y la promoción indirecta en los medios de comunicación masiva.

Por ser la salud un área priorizada en Cuba, hay que tenerlo siempre presente en cada momento que se coloque en la balanza cualquier elemento que pueda afectarla y ponerla en riesgo. Por ser algo tan cotidiano, en ocasiones se olvida y sin embargo, es un aspecto fundamental para lograr que las decisiones que se toman en relación con el consumo estén en relación directa con el impacto que tienen en la salud. La definición de las políticas y estrategias relacionadas con el consumo de tabaco es un ejemplo.

En los programas de salud de Cuba se refieren acciones a realizar para reducir el tabaquismo. De forma particular se plantean en el Programa para la prevención y control del tabaquismo(10) y en el Programa de salud y calidad de vida.11 En el año 2005 se produjeron importantes documentos para expresar la política pública del Sistema Nacional de Salud, entre ellos, la aprobación que norma las advertencias en las cajetillas y los contenidos admisibles de nicotina y alquitrán y una nueva resolución, firmada en este caso por el Ministro de Salud Pública que regula y prohíbe, en mayor magnitud, fumar en público,(12) la que se suma a la ya establecida por el Ministro de Comercio Interior que regula las formas de comercialización de los productos manufacturados del tabaco que estimulen el consumo, fundamentalmente en los niños y adolescentes. (13)

Cuba no ha sido de los países más aventajados en la presencia de figuras legales que regulen y prohíban fumar en lugares públicos y otras medidas de carácter económico cuyo sustento sea también jurídico, a pesar que el Programa para la Prevención y Control del Tabaquismo, en su fundamento y plan lo establece a través de regulaciones y medidas, no sólo por el Ministerio de Salud Pública, sino también por otros Ministerios implicados en esta problemática. (3,4)

En el año 1988 se comenzó un trabajo de magnitud que involucró a todos los organismos de la administración del Estado para valorar la legislación vigente en relación con las prohibiciones de fumar en lugares públicos, la venta de cigarrillos a menores y la advertencia en las cajetillas, así como proponer las modificaciones a lo ya existente, con el propósito de hacerlo coherente con los propósitos del Programa. Un estudio realizado mostró que el 78% de la población consideraba insuficientes las prohibiciones y regulaciones establecidas en lugares públicos y el 76%, que no se cumplían las establecidas. (5) Estos argumentos permitieron fundamentar la primera propuesta que fue elevada a las instancias superiores del gobierno, pero que no logró su cometido.

En 1994 Cuba se convierte en uno de los primeros países en que la aviación civil prohíbe fumar en los vuelos domésticos y se adhiere al reclamo de la Organización Internacional de la Aviación Civil (OACI), para la prohibición paulatina en los vuelos internacionales, primero los de menor duración y posteriormente todos, en el año 1996. (6)

La Resolución No. 277, de fecha 23 de agosto del 2001, puso en vigor diferentes regulaciones alrededor de la venta de cigarrillos y tabacos. Un momento importante lo constituye la aprobación, en noviembre de 2005, de la Resolución No. 360 del Ministro de Salud Pública al respecto. (7)

Posteriormente se pone en vigor el acuerdo 5570 de 2005 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, documento legal de mayor fuerza y alcance, que plantea la prohibición de la venta de cigarrillos y tabacos a menores de 18 años de edad, establece la prohibición de fumar en locales públicos cerrados que no tengan áreas creadas a tales efectos, así como en los medios masivos de transportación; establece también la prohibición de fumar en los centros e instituciones educacionales, de la salud e instalaciones deportivas, en los que, de considerarse por los organismos correspondientes, se habilitarán áreas específicas para fumar. En los demás centros e instalaciones pertenecientes a otros organismos o instituciones se crearán áreas para fumar. En cualquier caso, las áreas de fumadores y de no fumadores deberán estar debidamente señalizadas. (8)

Aunque algunos sugieren la aplicación de medidas no tan drásticas a través de restricciones parciales, alegando que de esta manera se da tiempo a la preparación de los fumadores para el cambio, sin embargo, es reconocido que el tabaquismo pone en peligro la salud de toda la comunidad y, sobre todo, la salud de los que no fuman y comparten el mismo ambiente cerrado con los fumadores. (9)

La priorización del tabaquismo en las estrategias de la Organización Mundial de la Salud y la Oficina Sanitaria Panamericana, y la aprobación del Convenio Marco, indudablemente constituyen una oportunidad para que todos los que luchan contra el tabaquismo, puedan apropiarse del instrumental que ofrecen y del hecho de que haya sido colocado como un tema prioritario en la agenda de los Ministros del Salud. (4)

Como problema de la salud pública a nivel mundial, el tabaquismo es una verdad conocida desde principios del siglo XVII, momento en que aparecen las primeras referencias en relación con la peligrosidad del tabaco. En la década de los años 50 del pasado siglo es cuando se obtuvieron evidencias científicas sobre la nocividad del tabaco para la salud y a la vez que, las principales causas de muerte tienen al tabaquismo como factor de riesgo. (1)

El consumo de tabaco es la causa más importante de enfermedad y de mortalidad prevenible en el mundo. Las muertes por causa del tabaquismo superan todas las cifras de muertes por guerras, catástrofes, tráfico, terrorismo, SIDA y otras drogas, y alcanzan cifras tan alarmantes como 625 000 muertes por año, de las cuales 430 000 ocurren en los Estados Unidos, 150 000 en América Latina y el Caribe y 45 000 en Canadá. (1)

El tabaquismo es el responsable de 1 de cada 10 muertes de personas adultas y se cree que en el año 2030 la cifra llegará a 1 de cada 6, lo que equivale a 10 millones de defunciones anuales. Si las tendencias actuales se mantienen, alrededor de 500 millones de personas, hoy vivas, morirán a causa del tabaco, la mitad de ellas durante su madurez productiva, con una pérdida individual de 20 a 25 años de vida. (1)

Entre 33 y el 38% de los cubanos, por encima de 16 años, fuma. Uno de cada 10 comienza a fumar antes de los 12 años; dos de cada 10 se inician entre 17 y 19 años, y 40% lo hace entre los 12 y los 16. (2)

Si se mantienen los patrones actuales de consumo de tabaco aproximadamente 500 millones de personas, de las que casi la mitad son niños ahora, morirán por esa causa según la OMS (13). El cigarrillo es la mayor causa de mortalidad en países desarrollados, maneja costos tanto directos como indirectos, referidos los primeros a los relacionados con el cuidado de la salud y los segundos con la pérdida de productividad morbilidad, discapacidad y muerte prematura.

Según investigaciones realizadas, del total de muertes registradas en los años 1995 (77 932) y 2007 (81 922), 11 951 y 15 083 defunciones fueron atribuidas al tabaquismo en los tres grupos de causas seleccionados, lo que representó el 15 y el 18% del total de defunciones, respectivamente: 67-69% del sexo masculino. En el grupo de hombres fallecidos, entre el 19 y el 24% tuvo como causa de muerte el tabaquismo, en los años 1995 y 2007 respectivamente; en tanto en las defunciones en mujeres, se atribuyó al tabaquismo entre el 11 y el 12%.


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