Consulta prenatal. Higiene dietetica embarazo. Preparacion parto. Apuntes de Ginecologia. Medicina.2
Control del bienestar fetal: el objetivo es detectar posibles déficits de intercambio fetomaterno que origine hipoxia y acidosis fetal. Aunque en gestaciones de bajo riesgo es raro, no debe excluirse este control. Clínicamente, se puede realizar mediante auscultación frecuencia cardiaca fetal (140 – 160 latidos por minuto (lpm), los dos tonos iguales y rítmicos, de intensidad adecuada, aunque esto último tiene escaso valor debido a variables antropomórficas maternas), palpación empleando técnicas de Leopold (evaluación del volumen de líquido amniótico, del tamaño del feto, su estática y posibles complicaciones que pueden surgir) o cuantificación y cualificación de los movimientos fetales percibidos por madre (en un periodo de tiempo determinado, generalmente 1 ó 2 horas tras la comida, la madre observa y cuenta los movimientos fetales. Poco empleado porque crea gran ansiedad a la gestante. Un feto con una gestación normal mueve las extremidades más de tres veces/hora).
Ecográficamente, los controles de rutina proporcionan datos sobre el desarrollo fetal, líquido amniótico, movimientos fetales y disposición y estructura placentaria. Estos datos pueden emplearse para trazar un perfil biofísico. Mediante registros cardiotocográficos no estresantes (NST) de una duración mínima de 20 minutos, a menos que los signos de buen pronóstico en un registro reactivo (normal) aparezcan antes. Si el registro resulta no reactivo, debe realizarse posteriormente una prueba de Pose.
2.2.- Síntomas o molestias frecuentes durante el embarazo
Algunos síntomas que acompañan habitualmente al estado grávido deben ser conocidos por las futuras madres, ya que puede orientar el diagnóstico del especialista cuando se asocian a otros signos clínicos. Los siguientes síntomas se producen muy frecuentemente durante la gestación y deben ser reconocidos por cualquier facultativo:
Somnolencia
Aumento de la turgencia de las mamas
Cefaleas ® no son tan frecuentes. Si se presentan en los últimos meses de gestación, se pueden relacionar con preeclampsia.
Náuseas y vómitos ® matutinos, desaparecen al 4º mes. Se pueden corregir con medidas dietéticas o con antieméticos.
Ptialismo ® producción exagerada de saliva. No tiene repercusión interna, tan solo es una molestia pasajera que se presenta al inicio de la gestación y que suele desaparecer alrededor del 4º mes. Para evitar esta molestia se recomiendan alimentos ricos en pulpa, como aceitunas. Si llega a ser un problema puede tratarse con anticolinérgicos (belladona).
Pirosis ® debido a la relajación del cardias que provoca la situación hormonal de la gestante. Evitar acostarse y recostarse después de las comidas. Si aun así no es suficiente, administrar antiácidos.
Pica ® tentación que sufre la gestante de consumir productos o sustancias no comestibles. Se desconoce su patogenia y significado. Se intenta explicar por un estado carencial de vitaminas y minerales, principalmente calcio.
Estreñimiento ® extraordinariamente frecuente, se asocia a la hipomotilidad intestinal de origen hormonal, sedentarismo y escasa ingesta líquida. Recurrir a alimentos procinéticos (ciruelas, fibra vegetal, zumos) o laxantes suaves.
Hemorroides ® trastorno de los meses finales del embarazo. Muy molestas y dolorosas, rara vez producen sangrado. Pueden combatirse con baños de asiento en agua tibia o con pomadas específicas. La posición en decúbito lateral es muy recomendable para aliviar el dolor.
Micciones frecuentes ® sobre todo en los días que preceden al parto, debido a la presión de la presentación fetal.
Leucorrea ® un grupo numeroso de gestantes presenta esta molestia a lo largo del embarazo. Son especialmente preocupantes e importantes las que se acompañan de prurito, por su relación con una posible infección micótica.
Edemas y varices ® a partir de la segunda mitad del embarazo, son frecuentes los edemas vespertinos en mujeres que han desarrollado gran actividad durante el día que han estado sin poder sentarse muchas horas. También ocurre en los embarazos múltiples, hidramnios o si existe sobrepeso materno. Son pasajeros, desaparecen con el reposo nocturno. Si no ocurriese así, debe estimularse la diuresis con unas horas de decúbito lateral. En cuanto a las varices de los miembros inferiores (MMII), son muy frecuentes en los últimos meses de la gestación.. Para combatirlos, lo mejor es combinar medias elásticas, zapatos de medio tacón y reposo con las piernas en alto para facilitar la circulación venosa. Si estos edemas afectan a manos y pies, y hay hipertensión arterial (HTA) y proteinuria, el trastorno puede tener graves repercusiones tanto para el feto como la madre. Este trastorno se denomina gestosis o preeclampsia
3.- Dietética de la gestación
La alimentación durante la gestación debe procurar un aporte calórico adecuado y suficiente para garantizar el desarrollo fetal. Se recomienda comer alimentos que sean de fácil asimilación y eviten la aparición de complicaciones.
Durante los tres primeros meses de la gestación, se puede y se debe seguir el mismo régimen alimenticio que se seguía antes, aunque es mejor que haga cinco comidas al día.
En la segunda mitad del embarazo se deben evitar las comidas abundantes y con gran cantidad de grasas, salsas y sal (especialmente las conservas y embutidos). Se recomienda consumir frutas y verduras frescas. No hay que abusar de alimentos como patatas, pan, pasteles y legumbres.
Requieren un seguimiento especial las madres jóvenes y adolescentes, las obesas, malnutridas, drogodependientes, con trastornos digestivos, hepáticos, metabólicos, las multíparas, las mujeres que trabajan fuera de casa y las gestantes que tienen embarazos muy próximos en el tiempo. No hay que comer por dos, ya que el crecimiento fetal sigue un curso relacionado con la nutrición materna. El aumento de peso normal está en torno a los 10 – 16 kg (no es mala señal o pronóstico que sea mayor, pero sí lo es que sea menor).
3.1.- Necesidades calóricas
Las necesidades calóricas aumentan según avanza la gestación. Si en el 1er trimestre las necesidades son 2400 – 2500 Kcal/día, en el segundo trimestre son 2600 – 2700 Kcal/día, mientras que en el 3er trimestre son de 2800 – 2900 Kcal/día.
Desglosado por nutrientes, una dieta equilibrada para una gestante debe repartirse del siguiente modo:
Hidratos de carbono (HHCC): deben ser el soporte básico de la dieta, ya que la glucosa es la fuente principal de energía para el feto. La glucemia materna afecta directamente a la glucemia fetal, por lo que la madre debe comer de forma más repartida durante el día para mantener su glucemia. En una dieta equilibrada para una gestante, los hidratos de carbono deben constituir el 55 – 60% de la ingesta, aproximadamente 6 – 7 g/Kg/día.
Proteínas: más que como aporte energético, las proteínas son necesarias como base estructural del feto en desarrollo. Se recomienda un consumo mínimo de 1,2 g/Kg/día, preferiblemente proteínas de origen animal: leche, huevos, queso, carnes y pescados. Las carnes y pescados, a la plancha y bien pasados.
Grasas: 1,1 g/Kg/día. Los aceites vegetales son los más recomendables, puesto que el feto necesita algunas ácidos grasos y grasas específicas. Los más importantes para el feto son el ácido linoleico y el ácido araquidónico.
Vitaminas, hierro y minerales: a poder ser, que se extraigan de la alimentación sin recurrir a suplementos. Si ésta fuese defectuosa, administrar los suplementos polivitamínicos. De todos, el más importante es el ácido fólico, necesario para el correcto desarrollo de las estructuras embrionarias nerviosas. Su déficit puede causar malformaciones fetales del sistema nervioso central (SNC). Se recomienda administrar suplementos de folatos para prevenirlos. En el caso del hierro, debemos administrar suplementos a gestantes que sufran déficit crónico, y de forma general a todas aquellas gestantes que al aproximarse el parto muestren una hemoglobina normal-baja en el hemograma, ya que tras el parto existe una rápida perdida. En cuanto a los minerales, el más necesario para las gestantes es el calcio. Se recomienda que beban un litro diario de leche o bien lo sustituyan por otros derivados lácteos.