¡Ebrios llorones y pusilánimes!

Que se la pasan pidiendo perdón, de sus desaciertos. Pero no mueven un dedo; para comprometerse con los demás, todo es ellos y sus problemas que siempre tienen.

Les da pánico la vida y se esconden en su caparacho forrado de Drogas y Bebidas. Enfermos vaya enfermedad; ellos deciden morir como ratas entre la basura.

Fue lo que vi y conviví con mi madre; por años hasta que el briago murió.