El componente educativo en la prevencion y tratamiento de la Diabetes Mellitus
Autor: José Joaquín García Orrí | Publicado:  2/01/2010 | Endocrinologia y Nutricion , Medicina Preventiva y Salud Publica | |
El componente educativo en la prevencion y tratamiento de la Diabetes Mellitus .2

Se reconoce el importante papel de la motivación en el desarrollo efectivo las acciones de Educación Para la Salud en general y de la Educación Diabetológica en particular, se asume a “La motivación” hacia la salud como un fenómeno multidimensional sensible a numerosas influencias, así como se reconoce el valor potencial que tiene el hecho de que las acciones de Educación Para la Salud y Educación Diabética deben ser llevadas a cabo por personas que valoren altamente la salud y tengan altas expectativas de que sus conductas servirán para mejorar su condición o para prevenir la enfermedad.

 

 Se presenta a la diabetes mellitus como un grupo de enfermedades que se caracterizan por hiperglucemia que resulta de defectos en la secreción de insulina, su acción, o ambas cosas a la vez. También se presentan anormalidades en el metabolismo de los carbohidratos, proteínas y grasas. Los diabéticos tienen organismos que no producen o reaccionan a la insulina, una hormona producida por las células beta de los islotes de Langerhans del páncreas y que se requiere para el uso o el almacenamiento de los combustibles del organismo. Los defectos metabólicos con etiologías diferentes de la diabetes mellitus han generado el reconocimiento de un sistema de clasificación diferencial para este padecimiento, clasificándolas en diabetes tipo 1, diabetes tipo 2, y diabetes por defectos específicos, encontrándose incluida en esta última clasificación la no menos importante diabetes gestacional.

 

Se expone la fuerte asociación causal de la diabetes mellitus tipo 2 con factores ambientales relacionados directamente con los sujetos (estilos de vida y hábitos de alimentación), identificándose a estos factores como sustrato natural de la Educación Diabetológica (ED), permitiendo a esta un mejor abordaje de los de riesgos vinculados con dichos factores.

 

Las charlas grupales y las orientaciones generales y específicas han sido las principales formas metodológicas empleadas en el manejo de la Educación Diabetológica (ED), y bien discretos han sido los resultados en la adherencia de los pacientes a sus tratamientos y a las orientaciones de autocontrol. Sin embargo nuevas tendencias se observan en la Educación Diabética que comienza a mostrar mejor concepción educativa en sus intervenciones y un mayor apego a una estructuración didáctica de su metodología.

 

Sin Educación Diabética (ED), las personas con la afección están menos preparadas para adoptar decisiones documentadas, realizar cambios conductuales, resolver los problemas psicosociales que presenta la diabetes y, por último, podrían verse incapacitadas para controlar su diabetes eficazmente. Un mal control tendrá como resultado unos malos resultados sanitarios y un aumento de la probabilidad de desarrollar complicaciones.

 

Entre las principales conclusiones derivadas del análisis bibliográfico se encuentras las siguientes:

La Educación Para la Salud (EPS) representa una excelente vía para el desarrollo de estrategias de intervención en salud que estén dirigidas hacia el incremento de los conocimientos sanitarios, la modificación de los estilos de vida y los hábitos nocivos, y la prevención y tratamiento de un número importante de enfermedades.

 

Es importante reconoce que la renovación de conceptos y definiciones, en este caso la definición de Educación Para la Salud, no encierra en si mismo la estructura del cambio y la modificación en los modos de actuación de planificadores, coordinadores en salud, pacientes y familiares, es necesario realizar un trabajo más consistente y profundo desde el punto de vista metodológico, con respeto a determinados elementos de la didáctica, y a criterios de carácter organizacional que permiten obtener mejores resultados de los programas de prevención y tratamiento.

 

En la Educación Diabetológica es esencial que los profesionales de salud vinculados con la planificación, ejecución, monitoreo y evaluación de los programas de prevención y tratamiento de la diabetes mellitus, además de poseer conocimientos específicos y generales sobre la enfermedad, conozcan los elementos básicos de la labor educativa a fin de plasmar mayor coherencia y congruencia en sus actividades, traducidas en mejores resultados.

 

Contenido temático

 

I- La Educación Para la Salud (EPS) y sus beneficios en la prevención y tratamiento de las enfermedades.

 

La Educación Para la Salud (EPS) es un proceso que promueve cambios de conceptos, comportamiento y actitudes frente a la salud, a la enfermedad y al uso de servicios sanitarios y refuerza conductas positivas. Este proceso implica un trabajo compartido que facilita al personal de salud, al individuo y a la comunidad la identificación y el análisis de problemas y la búsqueda de soluciones de acuerdo con su contexto socio-cultural (1).

 

El empleo sistemático del término Educación Para la Salud es relativamente reciente, reemplazando a la denominación previa de "Educación Sanitaria". El cambio de nombre pretendió simultáneamente dar cuenta de un giro trascendente en el enfoque: de la "instrucción" -directiva- se debía entender a la educación como un proceso bidireccional; desde la “información” se debía intentar generar un verdadero cambio de conducta en el sujeto del aprendizaje focalizado hacia la prevención, y con objetivos de promoción, es decir, buscar estímulos para una vida más plena, promoviendo hábitos sanos y estilos de vida saludables. Aun en la actualidad prevalecen métodos sustentados en la enunciación de “prescripciones” o “proscripciones”, cuyo cumplimiento queda librado al criterio y responsabilidad individual de los destinatarios o “beneficiarios” de los programas de Educación Para la Salud.

 

Al criticar este modelo de Educación Para la Salud que estimula la medicalización de la sociedad y la posibilidad de la “solución del problema de salud” limitada al sector profesional, estamos sugiriendo otra propuesta, dirigida a estimular la autorresponsabilidad de individuos, grupos y familias, y en la base de todo esto la concepción del aprendizaje como “apropiación crítica del saber”. En esta propuesta la Educación Para la Salud es un proceso bidireccional, en donde el profesional o técnico de salud asume una posición más simétrica con respecto a los sujetos de aprendizaje (1).

 

La Educación es un proceso continuo que se extiende a lo largo de la vida del individuo, ésta se da de diversas maneras dentro de la vida en sociedad. El individuo adquiere su educación dentro del sistema formal de enseñanza, pero también en una variedad de formas fuera de ese sistema. Así el proceso de aprendizaje del idioma nativo, de las costumbres, de las normas de conducta y de los valores, se realiza en el seno familiar y en el contacto con la comunidad. En su experiencia de la vida diaria y en su interacción con otros, la persona adquiere un bagaje de conocimientos y habilidades a través de toda la vida. Por ello, enseñar no es una actividad de patrimonio exclusivo de los educadores profesionales. Por el contrario, son muchas las profesiones que incluyen un considerable componente educativo en su labor con la comunidad (2).

 

Corresponde a la Educación Para la Salud no solo brindar información general o específica en relación aquellos estilos de vida saludable que constituyen paradigmas en la prevención de enfermedades, o que coadyuven al tratamiento de estas, sino que siguiendo la concepción de la “apropiación crítica del saber” debe establecer metodologías para el trabajo con aquellos “elementos motivacionales” que estimulen el interés por la salud personal y comunitaria, generando cambios verdaderos y permanentes en relación a los hábitos y las conductas de los sujetos de aprendizaje.

 

La motivación hacia la salud es definida como “procesos autorregulatorios que involucren la selección, activación y la dirección sostenida de conductas que contribuyen positivamente en la salud física y mental”. Se asume que la motivación hacia la salud es multidimensional. Las conductas dirigidas hacia el mantenimiento de un adecuado estado de salud, deben ser llevadas a cabo por personas que valoren altamente la salud y tengan altas expectativas de que sus conductas servirán para mejorar su condición o para prevenir la enfermedad.


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