El componente educativo en la prevencion y tratamiento de la Diabetes Mellitus
Autor: José Joaquín García Orrí | Publicado:  2/01/2010 | Endocrinologia y Nutricion , Medicina Preventiva y Salud Publica | |
El componente educativo en la prevencion y tratamiento de la Diabetes Mellitus .3

Igualmente, la salud debe ser considerada como una meta importante y deseada. Ha sido ampliamente documentado que la evaluación positiva de una meta resulta esencial en actos que guían una secuencia de conductas particulares hasta alcanzarla (3). Teóricamente, un individuo con alta motivación hacia la salud se involucra en su propia salud. Cambios en el estilo de vida y búsqueda de información en asuntos relacionados con la salud constituyen ejemplos de dicho envolvimiento.

 

Una de las tareas más frustrante que enfrentan los profesionales de la salud es la de maximizar el cumplimiento de los planes terapéuticos en sus pacientes. De hecho, bajas tasas de adherencia a tratamientos médicos han sido ampliamente reportadas en una variedad de situaciones y poblaciones (4). Se señala que entre el 30 y el 60% de los pacientes no toman los medicamentos como se les ha prescrito, una situación similar se observa en el apego de los pacientes a los regímenes dietéticos indicados por dietistas y nutriólogos, aun cuando la observancia de la dieta y sus hábitos de alimentación son esenciales en el tratamientos de sus patologías especificas.

 

Teniendo como base el Modelo de Creencias en la Salud propuesto por Becker (1974) (5) se ha sugerido que el cumplimiento con tratamientos médicos está asociado a variables de tipo psicosocial tales como la percepción de susceptibilidad a la enfermedad, la aceptación del diagnóstico, el grado de severidad percibida y la evaluación de los beneficios y costos que conllevan la prevención o el tratamiento de la enfermedad. Más recientemente, variables como la motivación hacia la salud ha sido incorporada dentro de dicho modelo teórico y su capacidad predictiva ha comenzado a comprobarse. Por ejemplo, Bamhoom y Adriaanse (1992) (6) condujeron un estudio a fin de identificar dimensiones psicológicas que tuvieran el mayor impacto en el cumplimiento del tratamiento en pacientes tuberculosos. Los resultados demostraron que la motivación hacia la salud fue una de las variables con mayor poder predictivo del cumplimiento con el tratamiento médico.

 

La motivación se encuentra justo al centro de la tarea educativa, y su presencia en el proceso de aprendizaje representa una garantía esencial en la consecución de los objetivos propuestos tanto de tipo informacionales como conductuales. La motivación vincula emocionalmente al sujeto de aprendizaje con los resultados del proceso, y la Educación Para la Salud no escapa a este criterio. El correcto manejo de los elementos motivacionales en las acciones de prevención y tratamiento de los problemas de salud, debería representar la principal estrategia metodológica de la Educación Para la Salud.

 

La Educación Para la Salud metodológicamente bien conducida y concebida desde el punto de vista del importante papel que juega la motivación hacia el cambio, constituye sin dudas el principal complemento a los tratamientos médicos de las distintas enfermedades, y el núcleo mismo de las acciones de prevención y promoción en salud, facilitando el alcance de mejores condiciones para el manejo de los riesgo de padecimiento.

 

II- La Diabetes Mellitus: Factores predisponentes para su padecimiento y consecuencias derivadas de la enfermedad.

 

La diabetes mellitus representa un problema de salud pública mundial y es considerada como una de las enfermedades crónicas que ha tenido gran emergencia en los últimos tiempos, siendo caracterizada como una epidemia. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Federación Internacional de Diabetes (FID) han señalado para el año 1994 la existencia de aproximadamente 110 millones de pacientes diabéticos en el mundo, con una franca tendencia a llegar a 240 millones para el año 2010. Se ha estimado que para entonces Latinoamérica doblará el número de diabéticos de 12 a 24 millones, al igual que otras regiones en vías de desarrollo, como resultado del fenómeno de envejecimiento poblacional y del estilo de vida nocivo (7). Según las cifras actuales de la Federación Internacional de Diabetes (FID) hay más de 250 millones de personas diabéticas, y a menos que se tomen medidas implementando eficazmente programas de prevención y control, la Federación Internacional de Diabetes (FID) predice que el número total de personas con diabetes alcanzará los 380 millones para 2025 (8).

 

La palabra diabetes proviene del latín diabētes, y éste del griego διαβήτης (diabetes) que significa “correr a través”. Compuesto de δια (dia-): ‘a través’; y βήτης (bétes): “correr”; derivado de διαβαίνειν (diabaínein): “atravesar”. Hace referencia al «paso rápido» del agua, debido a la frecuente sed y orina que caracteriza dos manifestaciones típicas de las personas diabéticas (9).

 

La diabetes mellitus es un grupo de enfermedades que se caracterizan por hiperglucemia que resulta de defectos en la secreción de insulina, su acción, o ambas cosas a la vez. También se presentan anormalidades en el metabolismo de los carbohidratos, proteínas y grasas. Los diabéticos tienen organismos que no producen o reaccionan a la insulina, una hormona producida por las células beta de los islotes de Langerhans del páncreas y que se requiere para el uso o el almacenamiento de los combustibles del organismo. Sin insulina efectiva, ocurre hiperglucemia, lo que conlleva a complicaciones a corto y largo plazo de la diabetes mellitus (10).

 

La diabetes no es una enfermedad nosológica sino un grupo de defectos metabólicos con etiologías diferentes. Los síntomas más comunes de la diabetes son letargo originado por marcada hiperglucemia, poliuria, polidipsia y pérdida de peso a pesar de la polifagia (aumento del apetito), visión borrosa y susceptibilidad a ciertas infecciones. La hiperglucemia puede producir síndrome hiperosmolar, y la deficiencia de insulina cetoacidosis que pone en riesgo la vida (11) (12).

 

Esta enfermedad tiene diversas consecuencias orgánicas ocasionadas fundamentalmente por daño micro y macrovascular, como son las oftalmopatía, la neuropatía y la ateroesclerosis. Además a la diabetes -sobre todo del tipo 2- se asocia frecuentemente con hipertensión arterial, hiperlipidemia y obesidad, lo que conduce a un mayor daño orgánico y vascular.

En la diabetes mellitus concurren varias condiciones aterogénicas, por ello es frecuente la cardiopatía isquémica, la enfermedad vascular cerebral y la ateroesclerosis obliterante y estenosante de las extremidades. Las secuelas de la diabetes están relacionadas de manera muy estrecha con el control glucémico y son directamente proporcionales al tiempo de evolución de la enfermedad. En la actualidad hay suficientes evidencias de que un adecuado control glucémico es capaz de prevenir, retardar o limitar el daño vascular que genera este padecimiento.

 

El origen de la diabetes mellitus es multifactorial. No parece existir dudas de que la enfermedad se favorece por diversos factores genéticos y su aparición en un alto porcentaje de los casos depende de causas ambientales (13).

 

Un comité de expertos de la Asociación Americana de Diabetes (AAD), propuso en 1998 los siguientes criterios para el diagnóstico y la clasificación de este padecimiento, los mismos son presentados en las tablas 1 y 2 (14):

 

Tabla 1. Clasificación etiológica de la diabetes mellitus

 

Diabetes tipo 1 (destrucción de las células beta del páncreas)

 

  • Mediada por inmunidad.
  • Idiopática


Revista Electronica de PortalesMedicos.com
INICIO - NOVEDADES - ÚLTIMO NÚMERO - ESPECIALIDADES - INFORMACIÓN AUTORES
© PortalesMedicos, S.L.
PortadaAcerca deAviso LegalPolítica de PrivacidadCookiesPublicidadContactar