Intervención Comunitaria para modificar el conocimiento y comportamiento sexual en adolescentes
Autor: Dra. Aimara Larduet Torres | Publicado:  6/05/2010 | Medicina Familiar y Atencion Primaria , Pediatria y Neonatologia , Medicina Preventiva y Salud Publica | |
Intervención Comunitaria para modificar el conocimiento y comportamiento sexual en adolescentes .1

Intervención Comunitaria para modificar el conocimiento y comportamiento sexual en adolescentes del Sector Tamanaco Distrito Capital 2009.

Dra. Aimara Larduet Torres. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Master en Atención Integral al Niño.
Dr. Héctor Gutiérrez Medina. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Master en Enfermedades Infecciosa
Dra. Dania Rosa Alvelo Pérez. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. Master en Salud Pública

Resumen

La adolescencia es uno de los períodos más importantes en la vida humana, que demanda ajustes del individuo para funcionar con respecto a sí mismo y con el medio. Es una época de rápidos cambios y difíciles pasos. Se realizó una intervención educativa con el objetivo de modificar el nivel de conocimiento y el comportamiento sexual en adolescentes pertenecientes al sector tamanaco parroquia Sucre, Distrito Metropolitano de Caracas en el año 2009. La población objeto de estudio estuvo conformada por el universo de adolescentes dispensarizados en total, de los cuales se tomó una muestra de 73. Sobre la base de las necesidades educativas se elaboró una estrategia educativa de seis actividades, con una duración de 60 minutos. Para la evaluación de los resultados antes y después de la intervención educativa se aplicó la prueba estadística de Mc Nemar.

El estudio mostró al inicio inadecuado conocimiento entre los adolescentes en relación con reconocer las infecciones de transmisión sexual (ITS), prevención del embarazo en la adolescencia, métodos anticonceptivos e inadecuado comportamiento en relación con el uso del condón y el número de parejas sexuales así como de la percepción de riesgo de contraer una infección de transmisión sexual (ITS). Con la aplicación de la estrategia educativa se logró incrementar el número de adolescentes con conocimientos adecuados sobre sexualidad, modificar la conducta sexual y la percepción de riesgo lo que mostró la efectividad de estudios de este tipo en adolescentes.

INTRODUCCIÓN

La educación sexual constituye una necesidad en la sociedad porque tiene entre sus objetivos capacitar al hombre para que en sus relaciones pueda disfrutar de los más humanos valores y crear las condiciones materiales y espirituales óptimas para el fortalecimiento de los más legítimos sentimientos de amor, respeto y solidaridad que sobre la base de la plena igualdad deben existir entre sus miembros. (1,2)

“Alégrate, joven, en tu adolescencia, y tenga placer tu corazón en los días de tu juventud. Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos, pero ten presente que por todas estas cosas Dios te traerá a juicio. Quita, pues, de tu corazón la ansiedad, y aleja de tu cuerpo el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad”. (3)

Este concepto recogido en el Antiguo Testamento, perteneciente a la era precristiana, pese a su enfoque un tanto apocalíptico, deja ver, cómo se apreciaba la adolescencia, entonces. El devenir histórico ha hecho evolucionar mucho en este sentido, y después de transitar disímiles rutas, en nuestros días, es aceptada la adolescencia, como una etapa privativa del ciclo vital humano con “personalidad propia,” que se caracteriza por la magnitud y complejidad de las transformaciones, que a su largo se experimentan. (4,5)

La sexualidad es un tema complejo donde muchos autores a través de la historia han emitido disímiles criterios. (6,7)

La sexualidad es un fenómeno pluridimensional que varía de una cultura a otra y en el contexto socio-histórico en que se desarrolle. Aun cuando los apuntes históricos sobre sexualidad datan de más de cinco mil años, los datos disponibles son escasos. (8)

Unos de los criterios más acertado sobre esta temática fueron los emitidos por Alfred Kinsey zoólogo, quien inició el estudio sistemático de la sexualidad, que ha permitido ir develando los mitos y tabúes que rodeaban a la sexualidad. Al no encontrar datos confiables sobre el comportamiento sexual que lo apoyaran para su curso, Kinsey y colaboradores se dieron a la tarea de elaborar un programa para investigar las experiencias sexuales. Elaboró un cuestionario que le permitiera recabar información y el cual aplicó primero a sus alumnos. Detectó que la técnica de entrevista le sería más útil para sus propósitos de investigación y con su equipo entrevistaron a más de 18,000 personas para posteriormente plasmar sus resultados en su obra "Sexual Behavior the Human Male". A partir de estos datos descubre que lo "normal" de la conducta sexual es mucho más amplia de lo que se podía pensar. Los resultados de su trabajo conmocionaron su época. Poco más tarde publicó su informe sobre "Sexual Behavior the Human Female". (6,7)

La sexualidad comienza a expresarse en todas sus dimensiones en la adolescencia.

La sexualidad bien comprendida es sencilla, porque procede de una persona natural y liberada de sus problemas internos. Debe estar compuesta de altruismo y respeto. No existe verdadera sexualidad con miedo interno. La sexualidad es una donación de sí mismo. Para llegar a ella es necesario que el individuo esté completo en su ser y que la sexualidad no sea una maniobra destinada a compensar sus debilidades y sus miedos. (6,7)

Durante la prehistoria, época de la que se ha comentado que existió una promiscuidad sexual primitiva, existieron dos etapas: la monogamia natural en la cual el hombre de manera similar a animales, llevaba una vida sexual regulada por los períodos de acoplamiento y la segunda conocida como monogamia que tenía como finalidad asegurar el patrimonio familiar en esta época no existía un período de edad a la que pudiésemos dar el nombre de adolescencia o de juventud o sea, que alcanzaban la madurez sexual y el estado adulto en poco más de diez años y no a los dieciocho, como hacemos nosotros. (8)
En la edad Media, la Iglesia consolidaba su poder, de modo tal que la teología se equiparaba a la ley civil. En esta época aparecieron los famosos cinturones de castidad, y se hicieron evidentes muchos problemas sexuales, por lo que la Iglesia para reafirmarse refrenda el matrimonio monógamo y declara al instinto sexual como demoníaco dando origen así a la Santa Inquisición. En este contexto nace la juventud y era la virginidad la cualidad más importante. (9)

Durante los siglos XVIII y XIX o época victoriana, conductas sexuales como por ejemplo la masturbación, eran consideradas inapropiadas y se le culpaba de desórdenes como la epilepsia. En 1882 aparece el trabajo de Richard Kraft-Ebing “Psychopatia Sexualis”, donde describe diferentes tipos de comportamiento sexual etiquetándolos como patológicos y surgiendo así el término desviación sexual. En este tiempo, cualquier acto sexual que no tuviera como fin la reproducción se consideraba como “sexualidad anormal”. En esta época la adolescencia es considera como un privilegio y existen limitaciones de sus libertades sexuales. (10)

Después del 1959, con el concepto de que hombres y mujeres deben luchar juntos en plenitud de igualdad para lograr una vida sana y feliz, se comienzan a considerar las relaciones sexuales como un problema social, pues dan origen a un nuevo ser, de interés para la pareja y de la familia, y se comienza a valorar la sexualidad, no solo en los aspectos reproductivos sino considerándola como el conjunto de condiciones estructurales, fisiológicas, comportamentales y socioculturales que permiten el ejercicio de la función sexual humana. (11)

Hasta 1987 las estadísticas revelan que más de 21 mil adolescentes habían abandonado sus estudios como consecuencia de la falta de orientación sexual, y actualmente afrontan dificultades en el desarrollo de aspectos relacionados con esta esfera, lo que se evidencia en los siguientes aspectos: alta incidencia de embarazo en la adolescencia y del índice de fecundidad en la población femenina de menos de 19 años; gran incremento de los abortos, matrimonios, divorcios y separaciones de los individuos jóvenes, así como el abandono creciente de la escuela, y por supuesto, el incremento del número de casos de infecciones de trasmisión sexual (ITS) que es superior al 10% en los adolescentes sexualmente activos y Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) que se podía estimar en billones de casos mundialmente. (13,14)

La maduración sexual cada vez más temprana en los adolescentes los lleva a la búsqueda de relaciones sexuales como inicio de la vida sexual activa, esta característica los condiciona a mantener un comportamiento arriesgado y lo expone a ser victimas comunes de las infecciones de transmisión sexual (ITS), lo cual se agrava por la falta de conocimiento real acerca de la misma. (14)


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