La Universidad de Padua, forjadora del pensamiento medico y cientifico moderno. Capitulo 1. Introduccion
Autor: Dr. Julio C. Potenziani Bigelli | Publicado:  24/05/2010 | La Universidad de Padua, forjadora del pensamiento , Historia de la Medicina y la Enfermeria | |
La Universidad de Padua forjadora pensamiento medico cientifico moderno. Capitulo 1. Introduccion .4

Esto nunca sería aceptado por la Republica de Venecia ni por sus dependencias como era la parte educativa-universitaria, y la parte eclesiástica. Eran particularmente `regionalistas’ y esto a la postre resultaría provechoso para las Ciencias en general.

Uno de los secretos del éxito de la Casa de Estudios Paduana, lo conformaban las ‘Instituciones’ a través de las cuales la República de Venecia ejercía el gobierno sobre la Universidad de Padua. La más importante de estas ‘Instituciones’ fue un cuerpo elegido desde 1517 entre los senadores de la Republica llamado ‘Reformadores del Estudio de Padua’.

Los Reformadores estaban siempre atentos en mantener el progreso de los estudios de importancia de la Universidad paduana como parte de su función y como complemento de lo que se enseñaba en las aulas de su Casa de Estudios. Su competencia no se limitaba al ordenamiento exterior de la Universidad, sino también a los métodos de enseñanza que se debían seguir por parte de los docentes. Establecían el número de Cátedras y su calidad, las horas de enseñanza, nombraban a los docentes y prohibían la enseñanza privada. Todas las escuelas públicas y privadas del estado veneciano, al igual que las Academias de Ciencias, Artes y Letras (a excepción de los Seminarios sujetos a la dirección eclesiástica, y los Colegios Militares sujetos a las dependencias militares), dependían de los Reformadores.

Tenían autoridad para censurar libros e impedir la introducción de libros prohibidos, que estuvieran contrarios al diseño de instrucción que habían planeado para la Universidad. Nunca la Institución de los Reformadores Paduanos, sería tocada en su ‘independencia y autonomía de ejercicio’ por los distintos gobiernos que se sucedieron en la historia de la región y de la Universidad, desde 1222 hasta finales del siglo XIX.

Desde el siglo XIII la Universidad de Padua comenzó su crecimiento y desarrollo, primero bajo el dominio de la Familia Carrara, y luego adquiriría renombre europeo y el máximo de su gloria durante los cuatrocientos años de administración y cuidado de la Republica ‘Serenissima’ de Venecia.

Esta la declaró en 1407 la única Universidad en todo el estado veneto y no tuvo dudas en invertir en élla, con en el progreso de cada etapa histórica, para mantenerla como uno de los ateneos mas renombrados de Europa.

Tuvo normas precisas que regularon el aspecto científico, económico y ético-moral.

En 1517 se le dio a la Universidad, un Magistrado que aportaba leyes y reglas fijas para mantenerla siempre evolucionando. Hasta 1390 la Universidad fue gobernada por un solo Rector, a pesar de que en esencia tenía dos secciones claras, la Jurídica y la Artística.

Francesco Novello de Carrara el año 1399 le donó a la Universidad Jurídica una casa cerca del barrio de San Antonio, para alojar las escuelas de Derecho Civil y Canónico, y con ello evitar las disputas con las universidades rivales.

Las dos secciones eran entonces: la Universidad Jurídica o de Leyes y la Universidad Artística conformada por las Cátedras de Medicina, Letras, Teología y Filosofía. Pero una vez que ambas secciones universitarias crecieron y sus estudiantes aumentaron en número se hizo necesario nombrar dos Rectores, dos Vicerrectores y dos Síndicos. Se elegían anualmente.

Como veremos hubo siempre mucho celo por mantener la calidad de la Casa de Estudios Paduana. Esto lo lograron con la participación de alumnos, maestros, políticos, eruditos y una clase social de patricios venetos que tenían claro lo que se debía lograr con la Universidad.

Tal fue el caso de Francesco Scipione, Marqués de Maffei (historiador, dramaturgo y erudito italiano de la región del Veneto italiano), que en un momento dado, expresó la necesidad de adecuación de la Universidad de Padua a las exigencias de una sociedad en constante renovación, con la creación de materias nuevas en el programa de estudio de los alumnos que querían ser arquitectos, recomendando la enseñanza de materias como Fortificaciones, Mecánica y Perspectiva, para con ello formar arquitectos de sólida proyección y con trascendencia personal, profesional y social y no solo técnicos, como era costumbre.

Esto era la prueba que las personas de capacidad intelectual pertenecientes o no a la Universidad, les preocupaba responsablemente su Casa de Estudios Paduana y se preocupaban en hacer recomendaciones que contaran con receptividad.

A pesar de su filiación católico-cristiana con Roma, existía mayor flexibilidad para admitir y aceptar ideas innovadoras y en ocasiones cismáticas con el pensamiento reinante para la época. Por otro lado el regionalismo veneto fue determinante para el éxito de la Universidad, ya que en aras de ‘diferenciarse’ de Roma, y de no depender de ella, tanto los maestros como los alumnos en sí, mostraban mayor libertad de pensamiento y competían con intuición inteligente, con catedráticos y alumnos de otras universidades italianas y europeas.

Ese fue el motivo por el cual tantas mentes brillantes se integraron a la Universidad de Padua. Mentes de todos los rincones europeos y de todas las creencias. Sin duda, fue un fenómeno social que se convirtió en un fenómeno intelectual, científico y cultural en la Italia de entonces.

En éste ensayo histórico mencionaremos brevemente el conflicto que se suscitó el siglo XVI entre el Papado romano y la Republica de Venecia. Abordaremos el origen de las universidades europeas; mencionaremos hechos y personajes que hicieron famosa a la Universidad de Padua y posteriormente haremos una breve descripción de personalidades medicas y científicas en general que estudiaron y o enseñaron en las aulas de la ‘universitas patavina’.

El ensayo histórico consta de un total de ciento doce páginas, con más de ochenta biografías resumidas de personajes que le dieron lustre a la Universidad de Padua. Se incluyen más de trescientos gráficos, fotos y diseños que le dan frescura, novedad, realce e interés a la obra haciéndola más amena, menos rigurosa y menos arduo el trabajo histórico de investigación. (3) (4) (5) (6) (7) (8) (9) (10) (11) (12) (13) (14) (15) (16) (17)

Venecia y el conflicto Papal

Una de las razones que se exponen para el éxito y desarrollo destacado de la Universidad de Padua fue la independencia de actuación que tenía la Republica de Venecia, poderosa y rica desde los siglos XII al XVII, en relación con el entorpecimiento que Roma y la Iglesia Católico-Cristiana ponía en los avances y progresos de las Ciencias en general. Para extendernos un poco en esto explicaremos brevemente el conflicto suscitado entre la Republica Veneciana y Roma y sus estamentos eclesiásticos, por el año de 1606.

La República de Venecia había promulgado a finales del siglo XVI y comienzos del siglo XVII, dos leyes que supusieron el enfrentamiento con Roma. La primera prohibía la enajenación de bienes raíces a favor del clero y la segunda exigía la aprobación del poder civil para la construcción de nuevas iglesias. El papa elevó enérgicas e inútiles protestas y el episodio se agravó.

A la excomunión lanzada por el Papa Paulo V (Camilo Borghese 1605-1621), contra el Dux Leonardo Doná o Donato (1606-1612) y contra el senado de Venecia, respondió éste con la expulsión de jesuitas, teatinos y capuchinos, ya que el clero secular había hecho causa con la República, a cuya acción replicó el Papa con el ‘interdicto’ dictado sobre la ciudad de la laguna.

Para solucionar el conflicto fue necesaria la mediación de España y Francia pero no en el terreno militar, como demandaba el Papa, sino en la vía diplomática ya que ambos estados se negaron al envió de tropas en apoyo del pontífice. La intervención diplomática de ambas potencias logró que, en 1607, Paulo V levantase los anatemas lanzados contra los venecianos y que estos permitieran el retorno de capuchinos y teatinos, no de los jesuitas, pero las leyes objeto del enfrentamiento no fueron retiradas.

El uso del interdicto papal contra un país católico causó sorpresa y a la vez satisfacción en el mundo protestante, donde la simpatía hacia Venecia, generó una avalancha de propagandas entre la que destacó sobre todo la de Sarpi.

El Jesuita Bellarmino y otros escribieron a favor del Papado en esta disputa, exaltando al Papa como el ‘arbiter mundi’, en los asuntos mundiales. Sarpi, por su parte, que era funcionario del régimen veneciano se volvió pronto el ídolo de los librepensadores de toda Europa, y pronto se convertiría en uno de los más famosos y polémicos personajes del continente. El Vaticano se vio obligado entonces a retirar su interdicto sin que existiese ninguna señal de arrepentimiento por parte del Estado Veneciano. Esa fue la fortaleza, templanza e independencia que ha asumido siempre Venecia y sus instituciones, entre los cuales estaba la Casa de Estudios Paduana.

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