Fragilidad en el adulto mayor
Autor: Dra. Magaly Catarí Sánchez | Publicado:  28/06/2010 | Medicina Familiar y Atencion Primaria , Geriatria y Gerontologia | |
Fragilidad en el adulto mayor .3

La funcionalidad es el mejor elemento de predicción pronostica en personas de edad avanzada debilitadas y su evaluación seriada, proporciona la forma más útil de monitoreo del estado de salud. Su utilidad se relaciona con la posibilidad de institucionalización, mortalidad, sospecha de patología, diagnóstico poblacional y planificación de acciones rehabilitadoras, marcando límites hasta los que pueden llegar las posibilidades psicofísicas y sociales del individuo. Hay escalas que usadas racionalmente permiten lenguaje común y medición de capacidad en:

• Actividades básicas de la vida diaria (ABVD): Fundamentales para el autocuidado. Algunas escalas utilizadas son el Índice de Katz y la escala de Barthel.
• Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD): Miden capacidad de adaptarse al medio ambiente, refiriéndose a las tareas necesarias para mantener una vida doméstica independiente. Requieren combinación de desempeño físico y cognitivo. Algunas escalas: Cuestionario de actividades funcionales Pfeffer, Índice de Lawton y Brody.
• Actividades avanzadas de la vida diaria: mide actividades aún más complejas, como son la posibilidad de viajar, realizar ejercicio físico de cierta intensidad, hobbies, etc (25).

Para efectos de esta investigación, se utilizaron el Índice de Katz y el Índice de Lawton y Brody para poder medir el nivel de fragilidad del adulto mayor (AAMM) en la comunidad de Valle Hondo del Municipio Palavecino en el Estado Lara.

El Índice de Katz consiste en una escala de evaluación de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), donde se da una puntuación de tipo ordinal desde la “A” para el grupo que es totalmente independiente hasta la “G” para el grupo totalmente dependiente; evalúa las siguientes Actividades básicas de la vida diaria (ABVD): bañarse, vestirse, uso del retrete, movilizarse, continencia y alimentación (26).

En lo que respecta al Índice de Lawton y Brody, publicada en 1969, fue desarrollada en el Centro Geriátrico de Filadelfia, para población anciana, institucionalizada o no, con objeto de evaluar autonomía física y Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD). La escala de Lawton es uno de los instrumentos de medición de Actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD) más utilizado internacionalmente y la más utilizada en las unidades de geriatría de España, sobre todo a nivel de consulta y hospital de día. Valora 8 ítems (capacidad para utilizar el teléfono, hacer compras, preparación de la comida, cuidado de la casa, lavado de la ropa, uso de medios de transporte, responsabilidad respecto a la medicación y administración de su economía) y les asigna un valor numérico 1 (independiente) ó 0 (dependiente). La puntación final es la suma del valor de todas las respuestas. Oscila entre 0 (máxima dependencia) y 8 (independencia total) (27).

De acuerdo al planeamiento anteriormente, se decidió realizar esta investigación, con el propósito de incrementar los conocimientos acerca de la frecuencia del anciano frágil además de las características de los adultos mayores (AAMM) frágiles; para ello, se empleó un instrumento de recolección de información (encuesta) donde el investigador además de utilizar el Índice de Katz(26) y el Índice de Lawton y Brody (27); se establecieron variables como: convivencia, situación económica, psicomotricidad gruesa (frecuencia de caídas), enfermedades crónicas y polifarmacia; lo cual permitió medir el nivel de fragilidad en la población de adultos mayores (AAMM) de la comunidad de Valle Hondo, Municipio Palavecino, Estado Lara, Venezuela. Además de brindar información válida para la planificación de recursos y servicios locales, así como la toma de decisiones y el establecimiento de prioridades en cuanto a atención de grupos específicos.

Este estudio viene aunado a la necesidad de realizar un análisis de la fragilidad a estos pacientes, debido a que en primer lugar son la población más concurrida en el Consultorio Barrio Adentro de la comunidad de Valle Hondo, y, en segundo lugar, ya que se estableció con el Análisis de Situación de Salud en el año 2007 en dicha comunidad, que según el Índice de Rocet calculado en 16,44%, dicha población corresponde a una “muy avejentada”; visualizándose en la Pirámide Poblacional, donde su base junto con su vértice son prácticamente iguales.

Esto será posible si con el estudio se logra responder las siguientes interrogantes:

• ¿Cuál es la magnitud de la fragilidad en la población anciana de la comunidad de Valle Hondo aplicando el Índice de Katz y el Índice de Lawton y Brody?
• ¿Cuáles son las principales características de la fragilidad en los ancianos de la comunidad de Valle Hondo?

La formulación de la segunda interrogante tiene como base una hipótesis que lleva implícito la necesidad de su contrastación y que puede ser definida como sigue:

La presencia de la fragilidad en los ancianos de la comunidad de valle Hondo es una fusión de un conjunto de variables biológicas, psicológicas y sociales, que constituyen factores de riesgo de ésta, de variada intensidad en su aparición, entre los cuales se incluyen: la edad avanzada, la baja escolaridad, las enfermedades crónicas, la polifarmacia, los sentimientos de soledad, la ausencia de confidentes, la sensación de inactividad, la inadaptación a la jubilación, la pérdida de roles sociales, la insatisfacción con actividades cotidianas y las condiciones materiales de vida inadecuadas.

MARCO TEORICO

El envejecimiento humano es un fenómeno universal e inevitable. Etimológicamente, vejez (derivado de viejo) procede del latín veclus, vetulusm, que a su vez, viene definido por la persona de mucha edad. Así, todos estos fenómenos (viejo, vejez y envejecimiento), en principio, hacen referencia a una condición temporal y concretamente a una forma de tener en cuenta el tiempo y la consecuencia del tiempo en el individuo, es decir, a la edad, con frecuencia se considera que es la edad cronológica del individuo la que marca la vejez. Con base en la edad cronológica, B. Neugarten establece dos categorías de vejez: los jóvenes viejos, que abarcaría de los 55 a los 75 años y la de viejos viejos que se situaría a partir de los 75 años. Cuando se habla de vejez siempre se entra en el tema de las edades. Delimitar una edad tiene importancia, sobre todo, a efectos de los estudios epidemiológicos y, en este contexto, suele aceptarse la edad de jubilación como referencia. Importa destacar que paciente mayor y paciente geriátrico no son conceptos sinónimos; el primero se refiere exclusivamente a la edad, es decir, se considera adulto mayor (AAMM) a toda persona que tiene 60 años y más de edad (65 años y más en los países desarrollados según definición de la OMS) (28).

A medida que la población envejece, aumenta la prevalencia de enfermedades crónicas e invalidez. Si el incremento de la esperanza de vida en una población es debido a las acciones preventivas y actividades de promoción de salud eficaces, con una disminución en la morbilidad evitable temprana, finalmente menos personas enfermas (o en riesgo) llegarán a la ancianidad. Pero si estos logros son principalmente causados por una mayor atención médica eficaz sobre serios padecimientos usando adelantos de medicina moderna, las personas llegarán posiblemente más enfermas (o en riesgo) y con secuelas a la tercera edad, y su esperanza de vida activa no será tan buena. La salud en los ancianos no puede medirse sólo por la presencia o ausencia de enfermedades. También es necesario valorar el grado de capacidad funcional. De ahí que la independencia y la autonomía para las actividades de la vida diaria son los aspectos principales de la salud del adulto mayor (AAMM). La práctica geriátrica no debe ser subespecializada ni dividida en fragmentos. Es un sistema exhaustivo del cuidado de pacientes ancianos, que incluye los principios de la medicina del adulto, pero y los acomoda a los cambios asociados al envejecimiento, usando una estrategia multidisciplinaria general (29).

Se ha denominado anciano frágil, aquel que está en riesgo de desarrollar un estado que requiera de cuidados especiales, debido a sus condiciones biológicas, psicológicas, sociales o funcionales (29). Dentro de los criterios de fragilidad se encuentra:

• Incontinencia doble (urinaria y fecal).
• Alteraciones de la movilidad y el equilibrio.
• Tratamiento con tres o más medicaciones.
• Alteración de la movilidad.
• Efectos adversos de medicamentos.
• Apoyo familiar inadecuado.
• Apoyo social inadecuado.
• Malas condiciones económicas.
• Cualquier combinación de problemas sociales (situación familiar, social y económica) y el deterioro funcional.
• Anciano que vive solo y presenta alguna disfunción.
• Mayor de 80 años con alguna discapacidad.
• Pérdida acentuada de la memoria (29).


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