Crisis hipertensiva en pacientes con enfermedad cardiovascular hipertensiva
Autor: Dr. Luis Felipe Hernández Hernández | Publicado:  31/01/2011 | Cardiologia | |
Crisis hipertensiva en pacientes con enfermedad cardiovascular hipertensiva .10

La hipertensión Arterial juega un doble papel en la práctica clínica, pues se comporta tanto como una enfermedad como un importante factor de riesgo ocasionando severos daños en los pacientes afectados, muchas veces se relaciona con factores de riesgo como son: la edad, sexo, la diabetes mellitus, obesidad, hipercolesterolemia, el hábito de fumar y el alcoholismo, dentro de otros; su interacción general los mecanismos fisiopatológicos necesarios que llevan inexorablemente al desarrollo de severas complicaciones para el paciente, muchas de ellas factores de riesgo y sexo: (55,56)

Como se puede observar esta serie se caracteriza por una alta incidencia de los factores de riesgo, lo que resulta significativo, nótese que el sedentarismo resultó el factor de riesgo más frecuente, seguido por el hábito de fumar, el alcoholismo.

En relación con el sexo se puede concluir que comparativamente es el sexo masculino el que presenta mayor afectación por los factores de riesgo estudiados, sobre todo por el hábito de fumar.

Martínez Despaigne (57), concluye que la presencia de la Hipertensión Arterial en su serie se caracterizó por predominio del sexo femenino, alta incidencia después de los 50 años, mayoría de la hipertensión arterial (HTA) moderada con antecedente patológicos personales positivos de hipertensión y alta asociación con los factores de riesgo; siendo los principales el alcoholismo, la dieta rica en sal, la obesidad y la hipercolesterolemia, resultados muy similares a los encontrados en esta serie. Estos resultados pueden estar explicados por el descontrol terapéutico del paciente hipertenso, atención médica deficiente y mala adherencia terapéutica de los pacientes.

La etiología de las crisis hipertensivas son multifactoriales; se plantea que una de ellas es el abandono del tratamiento antihipertensivo; otras causas está relacionadas con descontrol de los factores de riesgo, o con la edad y el sexo, y otras relacionadas con medicamentos como son los antiinflamatorios no esteroideos y el desconocimiento de la enfermedad por parte de los pacientes, pudiendo ser esta una agravante mayor, pues el enfermo puede desarrollar una crisis hipertensiva sin conocer que es hipertenso. (61-63)

Al evaluar el comportamiento de los factores de riesgo en relación el tipo de crisis Hipertensiva, como se puede observar en el total de pacientes estudiados predominaron las urgencias hipertensiva sobre las emergencias hipertensiva, resultado significativo para esta serie.

A juzgar por estos resultados cabe suponer que el descontrol de estos factores de riesgo pudiera estar relacionado con la alta incidencia de las crisis hipertensivas, hipótesis que resulta apoyada por lo reportado por varios autores revisados, en ellos los factores de riesgo que más incidieron fueron la edad, el tabaquismo, la obesidad y las cardiopatías asociadas tanto en la urgencia como en la emergencia Hipertensiva.

En varios de estos estudios se analizaron los factores de riesgo asociados a las emergencias hipertensiva; 99% de los pacientes estudiados son hipertensos diagnosticados; un solo paciente de 15 años no conocía ser hipertensa; el tabaquismo ocupó 70% de los casos estudiados; el alcohol, 19% para el sexo masculino; las cardiopatías, 36% para ambos sexos; la obesidad, 21% en ambos sexos; el estrés, 14%, y la diabetes mellitas, 13%; de acuerdo con múltiples investigaciones realizadas, se reafirma la estrecha vinculación que tiene la hipertensión arterial a la diabetes, cardiopatía, obesidad y hábitos tóxicos para que la misma repercutan en eventos agudos e influyendo en la morbimortalidad e la población adulta. (64-66)

La hipertensión arterial como factor de riesgo se asocia frecuentemente a múltiples entidades, esto condiciona que muchas veces la lesión en órganos dianas se adelante y sobrevienen complicaciones mortales. (67,68)

Al evaluar la repercusión somática en relación con el tiempo de evolución se puede observar que es notable el incremento progresivo de la lesión somática según aumenta el tiempo de evolución de la enfermedad, de tal manera que los pacientes que tenían más de 10 años de evolución de ser hipertenso, mostraron el mayor índice de lesión somática, seguidos por los de cinco a nueve años y finalmente se ubicaron los de menos de cinco años.

En relación con el tiempo de evolución la retinopatía Hipertensiva, a diferencia del resto, mostraron un comportamiento similar en los tres subgrupos, ello apoya la hipótesis de que el daño microvascular de la hipertensión es progresivo desde el inicio de la enfermedad, establecido en ocasiones desde antes de su diagnóstico.

Estos resultados se corresponden con los encontrados por otros autores, en los que se plantea que la hipertensión arterial duplica el riesgo de coronariopatía isquémica (incluyendo infarto agudo y muerte súbita) y triplica el riesgo de insuficiencia cardiaca congestiva.

El riesgo cardiovascular del hipertenso refleja la sobrecarga vascular, más relacionada con la presión arterial sistólica en el joven y mediana edad, y con la presión del pulso en el viejo. Para otros el pronóstico de la hipertensión es tanto peor cuantos más factores de riesgo asociados existan, cuanto más joven sea el paciente en el momento de detectarse la hipertensión, mayor será la reducción de la esperanza de vida, si no se instaura el tratamiento oportuno. (69-71)

La adherencia terapéutica se considera el concepto más adecuado, dentro de los propuestos hasta el momento, para describir la respuesta positiva del paciente a la prescripción realizada por el facultativo, dado el sentido psicológico que este entraña. La adherencia y sus problemas pueden ocurrir por ausencia, exceso o defecto en el seguimiento de la recomendación. Pueden suceder en cualquier momento antes, al inicio, durante o al finalizar la recomendación incluso la persona puede adherirse a ciertos aspectos de la prescripción, pero no a todos; o en algunos momentos o circunstancias, pero no en otros. (40, 72,73)

De estos resultados se concluye que a pesar de que el paciente hipertenso muestre una adecuada adherencia terapéutica la lesión somática del paciente está presente, a juicio del autor debido a que el control de estos fenómenos depende múltiples factores y no solo del cumplimiento del tratamiento farmacológico.

Para la mayoría de los autores revisados el conocimiento de que a pesar de tomar cualquier medicamento su enfermedad no desaparecerá favorece el proceso de adherencia, puesto que subjetivamente está preparado para convivir con una enfermedad crónica y adaptarse al tratamiento mientras viva. Los pacientes que conocen que la dieta y los ejercicios son importantes para su salud, están en mejores condiciones de mantener compensada o controlada su enfermedad. Los efectos beneficiosos que la práctica regular de ejercicios físicos, por ejemplo, representa para la salud física, mental y social de la población, y se comprobó la asociación que existía entre esta y el incremento de la salud positiva. (74-76)

En sentido general predominaron las complicaciones en el grupo de pacientes que llevaba control farmacológico.

Estos resultados se corresponden con los encontrados por Martínez Despaigne (57) en la que predominaron los pacientes con complicaciones en ambos grupos estudiados, mostrando relación directa con la ausencia de tratamiento regular, predominando en ellos la insuficiencia cardiaca, la cardiopatía isquémica y las emergencias Hipertensiva.

Para la mayoría de los autores revisados al analizar las consecuencias de la hipertensión, no solo se requiere ver cuántas son las cifras actuales, sino cómo se han mantenido en décadas anteriores. En estas series las edades más tempranas de la edad adulta, y las más tardías de la vida se presentaron con una menor incidencia de casos, en tanto en las edades intermedias se encontró el mayor número de pacientes hipertensos. Entre los más jóvenes se encontraba el menor número de hipertensos, y entre los ancianos se encontraba la mayor cantidad de hipertensos severos y con crisis hipertensiva. En ellas hubo un 41,3% que acudió al cuerpo de guardia a chequear la TA por control inadecuado, lo cual indica que estos tienen un mal seguimiento de su enfermedad, y un mal uso de esta institución de salud pues en el cuerpo de guardia no se logra compensar la TA, sino que se empeora. (77-79)

Una vez logrado que el paciente se sensibilice con el tratamiento y la importancia de este, entonces es necesario que mantenga una actitud consecuente ante su problema, de modo que la asistencia médica conduzca a la compensación o la curación. Se ha mencionado en el programa nacional para el control de esta enfermedad sobre el enfoque epidemiológico de esta para realizar intervenciones y obtener mejores resultados en su control y sus consecuencias; entonces cabe preguntarse qué rol juega el cuerpo de guardia en la atención a estos pacientes y en el control de la hipertensión.

Como se puede observar el número de pacientes estudiados que predominó correspondió a los no controlados, resultando significativo para esta serie; no se encontró diferencia significativa en el comportamiento de las complicaciones específicas en el relación con el grado de control, a criterio del autor este comportamiento pudiera estar relacionado con el tamaño y tipo de muestra procesada, así como a la variabilidad clínica de esta enfermedad.

Estos resultados se corresponden con los encontrados por los autores revisados, Desafortunadamente los problemas relativos al tratamiento médico, coadyuva al descontrol de los pacientes hipertensos en un 29,4% de los pacientes estudiados, que unido a aquellas causas relativas a la atención médica, podrán constituir otras líneas de intervención del sistema de salud. Ellos encontraron que el tiempo de evolución de la hipertensión arterial (HTA) que predominó fueron los menores de 10 años representado por 64.29%. El tratamiento que predomina en los pacientes hipertensos son los diuréticos tiazídicos representados por 71.43% de pacientes que consumen este tipo de medicamentos, seguido de los inhibidores de la enzima de angiotensina representado por 47.62%; es de señalar que muchos tienen tratamiento con más de un fármaco. (80-82)


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