Caracterizacion de los pacientes diabeticos ingresados en Centro medico diagnostico integral .3
Aprender a reconocer y a tratar los niveles bajos de azúcar en la sangre (hipoglicemia)
Aprender a reconocer y tratar los niveles altos de azúcar en la sangre (hiperglicemia)
Aprender a seleccionar los alimentos adecuados y el momento apropiado para ingerirlos
Aprender a administrarse la insulina o cómo tomar los agentes hipoglicémicos orales
Aprender a hacer la prueba y el registro de glucosa en la sangre y en la orina)
Las habilidades en el manejo casero de la diabetes permiten al diabético tener un mayor control de la enfermedad y pueden prevenir el desarrollo de complicaciones. Las destrezas de manejo casero incluyen:
Aprender a ajustar el consumo de insulina y/o alimentos durante el ejercicio
Aprender a manejar los días de enfermedad
Cuidado de los pies del diabético
Aprender a vigilar las complicaciones a largo plazo de la diabetes y el manejo de condiciones comúnmente asociadas como la presión sanguínea alta.
Después de que el paciente diabético ha aprendido los principios básicos del cuidado de la enfermedad y ha establecido una rutina (varios meses), se puede mostrar interesado en aprender más acerca de ella. Una educación centrada en las formas de mejorar el estilo de vida de las personas con diabetes puede ser útil. Entre estos principios se pueden encontrar:
Cómo manejar la alimentación fuera del hogar
Consumo de alcohol y diabetes
Cómo modificar los niveles de insulina sobre la base de los niveles de glucosa en la sangre
Cómo ajustar la insulina y la dieta a las variaciones de los horarios en las comidas y a los cambios de rutina (15,24)
La educación diabetológica se ha demostrado como una de las medidas más eficaces en la prevención de la aparición de complicaciones en la diabetes mellitus, a través de una serie de consejos relacionados con la adquisición de hábitos saludables --no fumar, tener un peso aceptable, hacer ejercicio--, así como con el buen control metabólico y la tensión arterial.(25)
El tratamiento de la diabetes es complejo y sus resultados dependen, en gran medida, del nivel de compromiso, destreza y motivación con que el paciente afronta las exigencias terapéuticas. Es por ello que Cuidado y Educación deben constituir un binomio integral en los servicios.
Es uno de los principales defectos en la atención del paciente diabético la falta de educación hacia un estilo de vida y una actitud que mejoren el control de la enfermedad, lo cual sólo puede lograrse mediante estrategias educativas. Involucrarse los 3 niveles del Sistema Nacional de Salud, pero enfatizar en la Atención Primaria, pues allí es donde el ser humano vive, es donde promueve su salud o enfermedad; y la Diabetes Mellitus es una enfermedad que compromete todos los aspectos de la vida diaria de la persona que la padece. Es una enfermedad compleja y el mejor de los tratamientos falla si el paciente no participa día a día en el control de sus niveles de glicemia.
En todo el mundo existe un consenso unánime de que la educación organizada y sistemática del paciente diabético, con buenas orientaciones sobre formas de conductas saludables, a través de charlas y conferencias de corte popular, impartidas por médicos u otro personal afín, produce un decrecimiento significativo en cuanto a mortalidad, complicaciones y costos de esta enfermedad (26)
Está claro que el manejo de la Diabetes está en manos del propio diabético y los profesionales de la salud nos debemos enfrentar a la difícil tarea: educar.
Nos percatamos, en el transcurso de la prestación de servicio en este país hermano de Venezuela, que la educación al paciente diabético también constituye un problema para el mejor control del mismo. Por otra parte, la educación al diabético es el eslabón fundamental para su tratamiento, y ésta se hace necesaria de forma sistemática y organizada,
La educación sobre la diabetes es importante porque permite informar, motivar y fortalecer a los afectados y a sus familiares para controlar, prevenir o retardar las complicaciones en el seno de la familia (27)
En Costa Rica, los programas de educación sobre la diabetes se han desarrollado tradicionalmente en los niveles secundario y terciario de atención y se han dirigido específicamente al paciente, sin incorporar al grupo familiar. Sin embargo, con la readecuación del modelo de salud, el nivel primario asume la responsabilidad de la educación y la detección temprana de los pacientes diabéticos en la comunidad. Estas acciones proporcionan una oportunidad de desarrollar estrategias educativas activas y participativas que trasciendan la visión asistencial y local hacia un enfoque más activo de la promoción de la salud y de la prevención de las enfermedades crónicas prevalentes, como la diabetes.(27)
Educar al paciente implica desarrollar en él los conocimientos, las destrezas, las motivaciones y los sentimientos que les permitan afrontar las exigencias terapéuticas de la diabetes con autonomía y responsabilidad, pero sin menoscabo del bienestar general, que es el objetivo principal en su manejo(28)por lo que el personal de salud encargado de su control deberá de tener los conocimientos necesarios para brindarle la mejor atención posible, lo anterior conlleva a que se realice la promoción del aprendizaje en los pacientes diabéticos a través de procesos educativos los cuales generalmente están realizados por profesionales de la salud y estudiantes de Medicina en formación (29)
Al diabético le es exigido un total desenvolvimiento en los términos de la gestión activa de su enfermedad y, como el comportamiento en esta situación no facilita la interrupción, el autocuidado es, en la mayor parte de las veces, entendido como un continuum de éxito y de fracaso.
Una de las piezas fundamentales para intervenir en este problema es la Educación para la salud (EPS) Sin embargo, educar en esta área tiene a veces contornos más difíciles de aquéllos que serían deseables. El hecho de facilitar a este tipo de enfermos toda la información necesaria para realizar las prácticas indicadas, proceder a una vigilancia regular de su estado de salud y hasta efectuar la personalización del acompañamiento, parece no siempre la mejor táctica de intervención. La realidad vivida en nuestros centros de salud habla por sí misma: los diabéticos, supuestamente, entienden todas las instrucciones preventivas que llevan a un equilibrio de su estado de salud, pero presentan señales y síntomas que revelan una evidente descompensación. (30)
De todos es aceptado que la educación de las personas con diabetes mellitus (DM) es una herramienta esencial para optimizar su control metabólico y prevenir la aparición y la progresión de las complicaciones agudas y crónicas de la enfermedad. Sin embargo, a pesar de los exitosos resultados obtenidos y publicados en este campo, la implementación de programas de educación en el continente latinoamericano no ha alcanzado el desarrollo deseable, por razones muy disímiles (31)
El tratamiento en la variedad insulinodependiente tiene que ser integral y transformar por completo el régimen de vida habitual del paciente, pues ninguna otra enfermedad exige tanta participación del paciente como esta; sin embargo, ello no sería posible sin un proceso educacional que se inicia con la asimilación de los aspectos fundamentales de la diabetes, con el propósito de lograr un estilo de vida propio de esta condición.
En estos enfermos se requiere, además de asegurar el tratamiento, evitar la sobreprotección familiar. (5)
La diabetes mellitus es una enfermedad tratable y controlable, pero no curable, que requiere de un tratamiento integral en el que la participación del enfermo resulta fundamental; pero esta sólo puede lograrse a través de un proceso educacional que durará toda la vida. En dicha labor interviene todo el equipo de salud y la enfermera constituye un elemento esencial.
El personal de Enfermería realiza una serie de actividades para la atención del diabético y tiene como objetivo disminuir la morbilidad y mortalidad por esta enfermedad y elevar la calidad en la atención a este tipo de paciente; realiza controles de visita al hogar para verificar el cumplimiento de la dieta, el conocimiento de la familia acerca de la enfermedad, además del monitoreo de la prueba de Benedict o Imbert, etcétera. (5)
El reconocimiento de la diabetes de tipo 2 como una enfermedad crónica que afecta a millones de personas en el mundo ha motivado la búsqueda de diversos ámbitos de atención de salud, enfoques y metodologías que favorezcan un acercamiento real al problema, principalmente en relación con los conocimientos, las percepciones, las actitudes, los temores y las prácticas de los pacientes en el contexto familiar y comunal.
Por ello, para responder a las necesidades educativas y a los problemas de las comunidades, se han incorporados las teorías y modelos de las ciencias sociales a los programas de salud del primer nivel de atención, con el fin de hacerlos más flexibles para controlar y prevenir las enfermedades crónicas.