Significado otorgado por la enfermera circulante a la valoracion del recien nacido
Autor: Elizabeth Carrasco | Publicado:  25/01/2012 | Ginecologia y Obstetricia , Enfermeria , Articulos | |
Significado otorgado por la enfermera circulante a la valoracion del recien nacido .5

3. Oídos: se debe hacer revisión de los conductos auditivos externos y observar el tipo de desarrollo y posición de los pabellones auriculares.

Pabellones accesorios: observados en la línea que va de la comisura bucal al oído. Por lo común están situados por delante del pabellón y pueden ir relacionados a malformaciones renales o gastrointestinales. Si tienen un pedúnculo estrecho, pueden ser tratados mediante ligadura de la base, de forma que se ocluya la irrigación sanguínea arterial.

4. Cara: las modificaciones de las características faciales según las circunstancias raciales y familiares hacen aconsejable ver a los padres y hermanos antes de decidir si la fascies de un niño es anormal. La expresión de la cara puede ser una guía útil del estado general de un niño y, por tanto, interesa observarla. La experiencia pronto enseña a diferenciar el niño irritable hiperactivo del gravemente enfermo.

5. Ojos: son difíciles de examinar. El futuro color de los ojos no puede ser establecido al nacimiento, pues todos los niños tienen un iris azul grisáceo. Los movimientos no están completamente coordinados y, por tanto, es posible un estrabismo transitorio. Raras veces hay lágrimas y una secreción ocular suele indicar cierto grado de irritación conjuntival o de bloqueo del conducto nasolagrimal. Las pequeñas hemorragias subconjuntivales desaparecen sin tratamiento. En el nacimiento hay visión aunque limitada. El examen oftalmoscópico en el recién nacido es difícil y requiere habilidad y experiencia no solo en la técnica, sino también en la interpretación de los hallazgos. Las cataratas son difíciles de identificar en el nacimiento si no están bien formadas.

El epicanto, un pliegue cutáneo en el ángulo interno de la fisura palpebral, es corriente en los niños pequeños y generalmente desaparece conforme el niño se hace mayor.

La longitud de la fisura palpebral varía, pero solo es anormal cuando no permite que los párpados se separen suficientemente para que la pupila dilatada quede por completo al descubierto.

El hipertelorismo: la distancia entre los bordes internos de ambos globos oculares normalmente equivale al diámetro del globo ocular. También se puede decir que la distancia entre el centro de cada pupila es el doble del diámetro del globo ocular. Una separación más ancha recibe el nombre de hipertelorismo.

6. Nariz: la comprobación de la permeabilidad de ambas vías aéreas nasales debe formar parte del examen rutinario del recién nacido y de por si corroborada al momento del nacimiento por penetración de la sonda de aspiración. Puede verificarse posteriormente asegurándose que la boca esté cerrada y luego ocluyendo el orificio nasal de cada lado por turno. Una ligera retracción de la pared torácica puede ser causada por un paso estrecho de las vías nasales, pero un distress y retracción importantes indican un bloqueo de las vías respiratorias.

7. Boca: debe observarse primero el desarrollo mandibular, con particular referencia a un hipodesarrollo o una gran asimetría.

La lengua, ver el tamaño y posición de la misma ya que la glosoptosis es una causa potencial de obstrucción de vías respiratorias. El frenillo se inserta en la punta de la lengua y raramente interfiere el movimiento normal de la lengua en esta época de la vida.

El paladar, observar su integridad. A veces se observan en la mucosa del paladar unas pequeñas zonas blanco-grisáceas a cada lado de la línea media, llamadas perlas de Epstein y constituyen un hallazgo normal.

8. Cuello: es corto y difícil de examinar. El margen de movilidad es mayor que en la del adulto. Hay que observar la presencia de tumefacciones de las partes blandas (lesión del esternocleidomastoideo: tortícolis congénita, quiste tirogloso, higroma quístico, etc.).

Continuando con la valoración del recién nacido debo destacar, que existen diferentes métodos para ejecutar esta evaluación, en esta investigación voy a nombrar el test de Apgar, el test de Silverman y de Capurro, los cuales son usados por los pediatras y menos usados por las enfermeras, siendo el Apgar el más utilizado. En relación con el Apgar, cito lo expresado por González, R. (1961), quien refiere que “El método de Apgar se basa en la valoración de cinco signos objetivos que se buscan a los 60 segundos de nacido el niño, estos signos son los siguientes: frecuencia cardiaca, esfuerzo respiratorio, irritabilidad refleja, tono muscular y, coloración” (p.33). Revisando lo expresado por el autor, me quedó explicito que cada uno de estos signos, se le da un valor numérico que va del uno al dos, según se encuentren abolidos, disminuidos o normales; y la suma de éstos va de cero a diez, según la condición de bienestar del recién nacido. A cada una de estas categorías se le da una puntuación de 0, 1 o 2 dependiendo del estado observado en el recién nacido.

Frecuencia cardiaca: La frecuencia cardíaca se evalúa con el estetoscopio y es la evaluación más importante. Si no hay latidos cardíacos, la puntuación del recién nacido es 0 en frecuencia cardíaca. Si la frecuencia cardíaca es menor de 100 latidos por minuto, la puntuación del neonato es 1 en frecuencia cardíaca. Si la frecuencia cardíaca es superior a 100 latidos por minuto, la puntuación del niño es 2 en frecuencia cardíaca.

Esfuerzo respiratorio: Si no hay respiraciones, la puntuación del recién nacido es 0 en esfuerzo respiratorio. Si las respiraciones son lentas o irregulares, la puntuación del neonato es 1 en esfuerzo respiratorio. Si el llanto es bueno, la puntuación del niño es 2 en esfuerzo respiratorio.

Tono muscular: Si el tono muscular es flácido, la puntuación del recién nacido es 0 en tono muscular. Si hay cierta flexión de las extremidades, la puntuación del neonato es 1 en tono muscular. Si hay movimiento activo, la puntuación del niño es 2 en tono muscular.

Reflejo de irritabilidad: Reflejo de irritabilidad es un término que describe el nivel de irritación del recién nacido en respuesta a estímulos (como un pinchazo suave). Si no hay reflejo de irritabilidad, la puntuación del recién nacido es 0 en reflejo de irritabilidad. Si hay gesticulaciones, la puntuación es 1 en reflejo de irritabilidad. Si hay gesticulaciones o tos, estornudo o llanto vigoroso, la puntuación del neonato es 2 en reflejo de irritabilidad.

Coloración de la piel: Si la coloración es azul pálido, la puntuación del neonato es 0 en coloración. Si el cuerpo del niño es rosado y las extremidades son azules, la puntuación es 1 en coloración. Si todo el cuerpo del recién nacido es rosado, la puntuación es 2 en coloración. El puntaje APGAR de 1 minuto evalúa el nivel de tolerancia del recién nacido al proceso del nacimiento, mientras que el puntaje APGAR de 5 minutos evalúa el nivel de adaptabilidad del recién nacido al medio ambiente.

De igual manera, en esta investigación cito el test de Silverman y Anderson que junto al de Capurro es uno de los que más se llevan a cabo en las salas de parto para valorar al recién nacido. A este respecto, Ibarra, A. (2007), refiere que es “un examen que valora la función respiratoria de un , basado en cinco criterios”. “Cada parámetro es cuantificable y la suma total se interpreta en función de dificultad respiratoria” (p.19). Contrario a la puntuación de Apgar, en la prueba de Silverman y Anderson, la puntuación más baja tiene el mejor pronóstico que la puntuación más elevada.

Los criterios evaluados en la prueba de Silverman y Anderson son:

Movimientos toraco-abdominales: Rítmicos y regulares = 0 puntos. Tórax inmóvil y abdomen en movimiento = 1 punto. Tórax y abdomen suben y bajan con discordancia = 2 puntos
Tiraje intercostal, es decir, hundimiento de los espacios intercostales. No se aprecia = 0 puntos. Discreto = 1 punto. Acentuado y constante = 2 puntos
Retracción xifoidea, es decir, de la punta del esternón: No se aprecia = 0 puntos. Discreta = 1 punto. Acentuada y constante = 2 puntos
Aleteo nasal: No se aprecia = 0 puntos. Discreta = 1 punto. Acentuado y constante = 2 puntos
Quejido espiratorio a la auscultación: No se aprecia = 0 puntos. Leve = 1 punto. Acentuado y constante = 2 puntos

Ahora bien, la sumatoria de los puntos obtenidos durante la evaluación se interpreta así: (1) Recién nacido con 0 puntos, sin asfixia ni dificultad respiratoria. (2), Recién nacido con 1 a 3 puntos, con dificultad respiratoria leve. (3), Recién nacido con 4 a 6 puntos, con dificultad respiratoria moderada. (4), Recién nacido con 7 a 10 puntos, con dificultad respiratoria severa. Queda claro entonces, que el cuidado del recién nacido tiene como objetivo supervisar que el proceso de adaptación del mismo, se realice en forma normal. Por tanto, como enfermera considero que hay que ayudar a la madre a comprender las características propias de este período y de fenómenos fisiológicos que no ocurren en ninguna otra edad.

Aunado a ello, las primeras horas de vida del recién nacido requieren de una supervisión especial de parte de la enfermera, en especial de su temperatura, signos vitales y condición clínica general. Así mismo la enfermera debe estar consciente de que posterior a los primeros cuidados al niño se debe mantener y fortalecer el vínculo madre-hijo; período, especialmente sensible e importante y el inicio precoz de la lactancia.

En cuanto a la identificación, es un punto muy importante ya que este error se ha incluido en el código penal y se puede llegar a castigar a la enfermera que se exponga a él duramente; esta identificación comprende: marcar las huellas de los dos pies del recién nacido y de los dedos de la madre en la historia clínica y en el certificado de nacimiento que expide el hospital don se ha producido el nacimiento; de igual manera, se usa la pulsera en el recién nacido donde aparece el nombre y apellidos de la madre, la fecha, hora de nacimiento y sexo del recién nacido.

Ahora bien, la relación de cuidado esta caracterizado por una clase especial de cuidado humano que depende de: El compromiso moral de la enfermera de proteger y realzar la dignidad humana así como el más profundo/más alto yo. Esta relación describe como la enfermera va más allá de una evaluación objetiva, mostrando preocupación (interés) hacia el significado subjetivo y más profundo de la persona en cuanto a su propia situación de salud. Asimismo, el conocimiento del cuidado que tiene la enfermera se hace esencial para la conexión y el entendimiento de la perspectiva de la otra persona.


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