Conocimiento sobre la prevencion del embarazo en la adolescencia
Autor: Lic. Ángela M. Menéndez González | Publicado:  13/02/2012 | Ginecologia y Obstetricia , Pediatria y Neonatologia , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Articulos | |
Conocimiento sobre la prevencion del embarazo en la adolescencia .4

• Creencia particular de que “el físico”, el cuerpo, es lo más importante en la valoración integral de una persona. La búsqueda de identidad los lleva a experimentar con su cuerpo, que es lo que, con frecuencia, pueden ofrecer con más facilidad, para conocer los límites de sus capacidades.
• Pero también, por otro lado, existen trabas objetivas, y son las dificultades a las que se enfrentan los adolescentes y jóvenes para poder acceder a los servicios de anticoncepción y educación sexual. En general, la mayoría de los servicios de planificación familiar no están diseñados para atraer a los jóvenes, y mucho menos, están adaptados a sus características y necesidades. Así, un análisis somero de la situación, basta para comprender que en el caso de los adolescentes no es suficiente con poner la anticoncepción a su disposición, sino que también es necesario convencerles de su uso.
• Cuando se analiza la selección del método anticonceptivo que se va a indicar a un adolescente, debemos tener en cuenta 2 aspectos fundamentales: (36, 34, 37).
• Peligros médicos del embarazo a esta edad.
• Ventajas y desventajas, efectos secundarios y peligros, del uso de los anticonceptivos en la adolescencia.

Sobre la base de los problemas prevalentes que tenga el adolescente, en este caso específico, la adolescente, la vamos a clasificar en 3 grandes grupos: (36)

1. Nuligesta, adolescente con vida sexual activa, pero sin historia de embarazo previo.
2. Primigesta, adolescente con antecedente de aborto espontáneo o provocado, pero que todavía no es madre.
3. Primigesta, madre adolescente.

Las conductas generales para la elección del método son las siguientes:

Grupo 1:

• Es el más conflictivo.
• La elección del método “idealmente” debe ser hecha con la pareja para informar, instruir y educar, en relación con la sexualidad y la responsabilidad individual.
• Los métodos ideales son los de barrera masculinos, combinados con espermicidas y cálculo de período fértil para aumentar la eficacia.
• La segunda prioridad corresponde a los métodos hormonales orales combinados con baja dosis de estrógeno, o a los métodos hormonales orales de solo progestina en dosis continua.
• Este grupo, por sus características, necesita instrucciones en el método postcoital de emergencia.

Grupo 2:

• Grupo que presenta alto riesgo de un nuevo embarazo, independientemente de si el aborto fue espontáneo o provocado.
• Desde el punto de vista biológico, la elección del método anticonceptivo es semejante a la de la mujer adulta.
• Debe recomendarse el uso del condón masculino, si no como método único, sí como método acompañante (método doble de anticoncepción).
• Si el método que se va a indicar es un dispositivo intrauterino (DIU), aplicar el mismo criterio que para el grupo 3, y hacer un seguimiento de control más frecuente. Si no existe contraindicación, lo ideal es insertar un DIU en el postaborto inmediato o en los primeros 15 días postaborto, cuando todavía el útero no ha involucionado totalmente.
• Valen para este grupo las mismas recomendaciones que para el grupo 3.

Grupo 3:

• Aplicar los mismos criterios que en la mujer adulta.
• Es válido también para estos casos la recomendación dada para el grupo 2, en lo que se refiere al uso del método doble.
• Si la mujer está lactando, puede recomendarse el uso de preparados hormonales inyectables del tipo de la Depo-Provera (DMPA), por su alta eficacia y no interferencia con la lactancia.
• Si el DIU es el método seleccionado, es indispensable una histerometría o un examen ginecológico acucioso para determinar el tamaño uterino, y si este fuera igual o menor que 6 cm, el DIU que se deberá indicar es el multiload mini.
• Se debe tener un criterio permisivo para su atención, sin cerrar el caso en el período puerperal, y facilitar así el control (deben ser seguidas con más cuidado las que no tengan ningún método anticonceptivo) y la eventual solicitud de servicios de anticoncepción.

No se recomiendan para las adolescentes nuligestas (grupo 1) y primigestas no madres (grupo 2) los métodos siguientes:

• Inyectables de tipo DMPA de 3 meses de duración.
• Inyectables mensuales por sus altas dosis de estrógeno.
• DIU en la nuligesta.
• Anticoncepción hormonal, cuando existe historia de menarquía tardía, sin valoración integral hecha por un especialista.
• Anticoncepción hormonal, ante la presencia de signos de androgenización.
• Anticoncepción de algún tipo, cuando existen contraindicaciones para su uso específico en estos casos, que aparecen reflejadas en las normas generales.

Existen consideraciones sobre los métodos anticonceptivos y su uso en adolescentes que indican que no existe un método anticonceptivo ideal para uso en la adolescencia, como tampoco existen razones médicas para negar el uso de algunos basándose solo en razones de edad. El mejor método será aquel que la adolescente y, en el mejor de los casos, ambos miembros de la pareja, escojan, una vez que hubiesen recibido una completa y detallada información, y hayan sido interrogados exhaustivamente sobre cuestiones inherentes a su sexualidad y derecho reproductivo, lo que facilitará, finalmente, que se produzca el acuerdo entre el proveedor de salud y la pareja. Deberán tomarse en consideración también a la hora de la selección del anticonceptivo, los hallazgos del examen físico general y de la esfera reproductiva, así como aspectos no médicos, pues estos no solo van a cumplir una función de prevención del embarazo, sino también la no menos importante de prevenir el contagio de una infección de transmisión sexual (ITS). (38, 36, 39, 40).

Abstinencia:

Es el método más eficaz para prevenir el embarazo y las infecciones de transmisión sexual (ITS) y no tiene efectos orgánicos nocivos para la salud ni psíquicos, siempre y cuando la renuncia o postergación de la relación coital sea algo aceptado por el individuo y no impuesto. Para alcanzar un adecuado nivel de aceptación de este concepto, es básica y fundamental la correcta educación sexual, que debe iniciarse desde la infancia y desde el seno de la familia. (38,36).

Hoy se considera que en los Programas de Educación Sexual dirigidos a este grupo vulnerable, los profesionales entrenen a las/los adolescentes adecuadamente en el modelado de la abstinencia de relaciones sexuales con penetración, lo que quiere decir el aplazamiento de el inicio de las relaciones coitales hasta que se alcance no sólo la madurez física, sino también la madurez sicológica, espiritual y social. Los que brindan servicio de anticoncepción, también pueden ayudar a los jóvenes a adquirir las aptitudes necesarias para hacer frente a las presiones de los grupos de pares, y cuando conozcan que se ha iniciado la relación coital, deben tratar de disminuir lo más posible el “tiempo de riesgo” (definido como el tiempo transcurrido entre el comienzo de las relaciones coitales y la utilización de un método anticonceptivo seguro). La abstinencia requiere mucha motivación y autocontrol; la comunicación y cooperación de la pareja son esenciales para que esta pueda sustentarse. (38,36).

Métodos naturales:

Dentro de este grupo se incluyen el método del ritmo, el del moco cervical, el de la temperatura basal y el sintotérmico. Aunque para algunas parejas de adolescentes pueden ser la única opción disponible, se considera, en general, que las adolescentes no son las idóneas para usar estos métodos, pues ellas, frecuentemente, carecen de información adecuada sobre el ciclo menstrual o padecen trastornos en este sentido, lo que condiciona una reducción importante de la eficacia anticonceptiva de los métodos naturales, y, además, estos no ofrecen protección contra las infecciones de transmisión sexual (ITS). (38, 36,39).

Métodos de barrera

Son los ideales para los adolescentes, pues son accesibles, baratos, seguros y solo en muy raras ocasiones producen efectos indeseables (alergia al látex). Otras de sus ventajas son la eficacia inmediata y el control por el propio usuario, así como el hecho de que su uso se inicia y descontinúa con facilidad, además de que algunos protegen contra las ITS. La eficacia anticonceptiva de los métodos de barrera es alta, cuando se usan sistemática y correctamente, y son los ideales para las relaciones sexuales casuales y esporádicas propias de los adolescentes. (38, 36, 39, 41).

Los métodos de barrera incluyen el condón masculino y los métodos femeninos (condón femenino, capuchón cervical, diafragma y espermicidas). Estos pueden usarse solos o combinados entre ellos, o con otros métodos anticonceptivos que no sean de barrera, como por ejemplo, las píldoras.(42) En general, el más utilizado es el condón masculino (de látex o de poliuretano, para los alérgicos al primero), cuyo uso se ha incrementado actualmente por el miedo a infectarse con el VIH. (42, 43). Debe explicársele a los usuarios que debe ponerse antes de cualquier contacto genital, desenrollarse sobre el pene en erección, retirarse antes de que el miembro se torne flácido y verificarse su integridad tras haber concluido su uso. (42). Su tasa de fracaso en la población adolescente es de aproximadamente 14%, aunque con su uso correcto esta puede disminuir a 3%. (44).


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