Pedagogias enfermantes
Autor: Dr. José Cukier  | Publicado:  24/09/2009 | Psicologia , Psiquiatria | |
Pedagogias enfermantes.12

Veamos ahora algunas fracturas y su incidencia en la enseñanza. -Fracturas que inciden en la estructuración de la forma de los ideales. La falta de articulación entre las aspiraciones que vienen del educando y lo que viene de la institución como respuesta genera disonancias. Esta puede atacar la estructuración de los ideales. Tomemos por ejemplo, una institución con visión demagógica de la enseñanza y el aprendizaje. El grupo demagógico busca el amor de los candidatos y no enseña acorde a fines. A su vez, los educandos, enseñados demagógica-mente, pasan a aprender en nombre del amor y no acorde a fines, no se respeta el miramiento por lo útil, que tendría que ser dominante. Se pueden producir alianzas demagógicas internas con descalificación de los docentes con mayor rigor científicos. Esto crea fracturas con imposibilidad de los candidatos de realizar procesos identificatorios.

 

Las fracturas identificatorias pueden generar divisiones internas en la institución, con migración de educadores y educandos para constituir otras instituciones o incorporarse a otros establecimientos. Para compensarlo, se requiere de un educador que pida algo más, con lo cual se estimula a generar ideales más complejos. Cuando el educador pide algo más, incentiva el desarrollo de la forma de los ideales. Cuando más sofisticado es un grupo, más toma en cuenta el miramiento por lo útil y menos el placer inmediato. Cuando hay un líder institucional demagógico, se pierde el fin, y el fin es que el grupo de pares se integre en estructuras más complejas. El grupo de pares necesita en la exterioridad alguien que tiene el poder institucional y que le produce un futuro. En este futuro está albergada la diferencia (lo que aún no es) y que le costará llegar a ser; por oposición a la demagogia que significa el no trabajo psíquico. Hay un conflicto necesario que hace a la creación de una exterioridad y un futuro acorde con las necesidades individuales. La demagogia, en cambio, lleva a la dispersión y a la falta de proyecto y de futuro.

 

Fracturas que inciden en la estructuración de los contenidos de los ideales. Es necesario encontrar una articulación entre los ideales individuales, y los que pide u ofrece la institución formativa. El riesgo se puede dar cuando falta la articulación entre los proyectos personales, familiares y comunitarios. Por ejemplo, hay familias que insertadas en comunidades, mantienen otros valores y se sostienen como anacronismos o injertos. Freud en “Lo inconsciente”, a (1915e), se refiere a los injertos, y dice que “[...] Entre los retoños de la mociones pulsionales icc [...] las hay que reúnen dentro de sí notas contrapuestas [...] Su origen siendo decisivo para su destino. Hay que compararlos con los mestizos entre diversas razas humanas que en líneas generales se han asemejado a los blancos pero dejan traslucir su ascendencia de color por uno u otro rasgo llamativo, y por eso permanecen excluidos de la sociedad y no gozan de ninguno de los privilegios de aquellos [...]”. La proyección es el puente a través del cual se comunican los procesos psíquicos y comunitarios. El conjunto de las proyecciones defensivas y no defensivas, crea una realidad heterogénea, porque en un mismo yo hay distintos tipos de proyecciones que se pueden combinar entre sí.

 

La proyección deviene de procesos pulsionales, que están vinculados con los distintos erotismos, de manera que la realidad psíquica puede constituirse como efecto que deviene de distintos erotismos, con proyecciones defensivas o no defensivas, normales o patológicas. Veamos que nos dice Bion a propósito de la exterioridad en Experiencias en grupo, (1963). En los grupos hay un nivel protomental donde lo físico y lo psíquico están indiferenciados, también indiferenciado el yo del otro. De este nivel derivan los supuestos básicos (lucha-fuga, apareamiento, dependencia). Cuando predomina un supuesto básico, los otros dos quedan localizados en el nivel protomental, como en una matriz indiferenciada. En cada persona hay disposición para el desarrollo de supuestos básicos. Estos pueden frenarse desde los procesos institucionales; cuando disposiciones individuales no encuentran eco en los procesos comunitarios.

Cuando la comunidad se polariza en derredor de un determinado supuesto básico (Bion) o de un ideal de contenidos Cognitivo, Amor, Justicia, Orden, Dignidad, Belleza, (Maldavsky), lo hace en detrimento de los restantes y este desnivel crea el terreno para que los otros supuestos básicos, o lenguajes del erotismo, sean eficaces para producir la enfermedad psicosomática. Si no hubiera hipertrofia podría articularse determinado erotismo con cierto proyecto o disposición regional. Cuanto menor es la opción, menor es la capacidad institucional para que cada cual desarrolle las transformaciones sublimadas de su erotismo individual. Cuando hay proyectos surgidos desde la erogeneidad y que no tienen a qué ligarse en lo social, o entran en colisión, se fractura la relación erotismo-proyección-interrogativa-respuesta del proyecto comunitario. Falla la identificación con este proceso. Ello da origen a un trabajo o un estudiar carente de significado. No hay proyecto para la pulsión. Esta entonces es tóxica, con disposición a la enfermedad psicosomática. Cuanto mayor coincidencia entre el ideal y el proyecto comunitario, mediatizado por la proyección no defensiva, menor será el conflicto. Inversamente, cuanto menor coincidencia entre el ideal y el proyecto comunitario, y mediatizado por la proyección defensiva patológica, mayor será el conflicto con sus secuelas sintomáticas. En la franja intermedia se encontrarán las transacciones con adecuaciones del ideal a lo comunitario, o creando nuevos campos de conocimiento.

 

Fracturas por déficit en el proyecto identificatorio. Su incidencia en la estructuración de los ideales.

¿Qué significa proyecto identificatorio? Proyecto incluye algo del trabajo, es decir, el esfuerzo por entender nuevos conceptos, con el ejercicio de cierta coerción sobre uno mismo y queda pagado con la identificación. Esta le da significado al trabajo. La identificación puede ser múltiple: con el profesor, con la institución, con las ideas de éstas, con los próceres, con los mediadores existentes en la red institucional, entre otros. Para la adquisición del conocimiento, es necesario poner en juego, trabajo psíquico mediante, el ser del estudiante, sus identificaciones. La escucha pasiva implica adquirir un seudoconocimiento, pasando superficialmente sin que el estudio marque al educando. Siguiendo a Bion (op. cit. ) es posible entender tres tipos de vínculo entre la institución y el educando: a) de recíproca coexistencia entre el líder y la comunidad sin incidencia mutua; b) oposición destructiva recíproca; c) cada uno potencia al otro. Muchos de los resultados dependen, a su vez, del lado en que esté ubicado el poder político; éste puede favorecer al educando si es demagógico o al educador si es tradicional. El esfuerzo, que culmina en identificación, tiene un reconocimiento ético desde el superyó; y de esta manera le da legalidad al conocimiento. Una buena actividad educativa implica generar un espacio identificatorio, y un buen proyecto permite la identificación conciliable con el trabajo. Podemos distinguir por lo menos dos tipos de proyectos:

 

a) Proyecto con identificación En éste hay coincidencia en los ideales y el trabajo con mediación del esfuerzo. Se compensa con el cambio en el pensar del educando.

 

b) Proyecto con identificación superficial (como-si). No hay cambio estructural del educando, por falta de trabajo psíquico.

 

Puede deberse a:

 

1) Los profesores: Estos pueden impartir una enseñanza enfermante que puede ser, por lo menos, de dos tipos:

 

1a) Enseñanza demagógica y superficial. (Erotismo anal expulsivo y fálico uretral).


1b) Enseñanza coercitiva. Remito al capítulo del ideal de justicia y del amor. El ideal de justicia se liga a la humillación y al trato sádico; en el ideal del amor se utiliza la desvalorización como técnica de poder. Estos grupos resuelven la falta de proyecto identificatorio con una ficción identificatoria superficial, pero disfrazada de seriedad. En este caso, serio, es sobreexigencia de trabajo sin retribución con la identificación. El educador exige pero no enseña, está caracterizado por el despotismo.


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