Pedagogias enfermantes
Autor: Dr. José Cukier  | Publicado:  24/09/2009 | Psicologia , Psiquiatria | |
Pedagogias enfermantes.4

En las paranoias y perversiones se privilegia la palabra acto, el desempeño motriz. La musculatura aloplástica permite por otra parte enlazar términos a partir del desplazamiento motor. En consecuencia, el criterio de enlace entre tales términos es la simultaneidad entre la actividad motriz global y la percepción, o sea temporal y sobre todo espacial. La velocidad del desplazamiento es de características motrices. Esta forma de ligar del erotismo anal primario vía motricidad exige su unificación en una imagen especular. Podría tener su desarrollo en el campo político. Estas personas intentan impactar para sostener una imagen. Para ello, ponen el acento en aspectos mínimos del conocimiento, sin importancia. Tanto la enseñanza como el aprendizaje son fragmentarios, porque saben trozos sacados del contexto y usados para producir impacto. La palabra tiene importancia en tanto permite un acto, el que no tiene por destino recibir o dar conocimiento, sino producir efecto, resultados rápidos, eficiencia, brillantez y...superficialidad. La actividad organizadora de la realidad -auditiva y visual- está al servicio de hacer recortes del discurso del otro y desgajarlo de su contexto con la finalidad de fascinar. Instrumentan el cuestionamiento, al servicio de atacar a la persona y no lo que ésta dice. Organizan la realidad mundana, recortando un fragmento para transformarlo en un acto tendencioso. A través de la imagen pueden tener éxito, pero es efímero porque no puede sostenerse por falta de consistencia. El conocimiento es fragmentario.

 

En las obsesiones, las personas tienen capacidad para organizar una totalidad, con orden y jerarquías, pero no pueden tomar decisiones. Se extienden en superficialidad, sin poder concretar. Freud, en “Un recuerdo infantil...”, (1910c), dice: “[...] En un segundo tipo, el desarrollo intelectual es suficientemente enérgico para resistir la represión sexual que sobre él actúa. Algún tiempo después del fracaso de la investigación sexual infantil, la inteligencia, robustecida ya, recuerda su anterior conexión y ofrece su ayuda para eludir la represión sexual, y la investigación sexual reprimida retorna desde lo inconsciente en forma de obsesión investigadora, desplazada y coartada [...] Pero el imperfecto carácter de la investigación retorna también en la imposibilidad de llegar a conclusión ninguna, y el sentimiento intelectual buscado, o sea el de alcanzar una solución, va alejándose cada vez más [...]”.

 

En las fobias, hay áreas escotomizadas en el aprendizaje concomitantes con la ambición y la fascinación por el estudio. Suelen pensar de sí mismos que son superficiales, pero no es así. No alcanzan a tener suficiente sustento teórico, por temor a profundizar y avanzar hacia la complejización del interrogante. Se estructura una particular forma de enseñanza y aprendizaje, en que se evitan ciertos temas relacionados con lo abstracto, que es lo exterior a las configuraciones inmediatas (agorafobia), o bien, evitar completar algo, o dar por cerrado un ciclo (claustrofobia).

 

En las histerias, se jerarquiza la estética. Cuando se produce una relación armónica entre la teoría y la praxis, la fascinación consecuente obtura el conocimiento. ¿Por qué obtura el conocimiento? Porque para conocer es necesario fragmentar, y en cambio la fascinación tiene por característica la totalización y posterior incorporación masiva sin posibilidad de metabolizar. El educando se apodera del conocimiento, en una totalidad y la repite, sin hacerla propia, debido a que la fascinación estética lo paraliza.

 

*Estructura del preconsciente. Freud, (1918b), establece como edad en la que el Pc. está formado la de los cuatro años, pero la memoria oficial comienza alrededor de los ocho años. El Pc, sistema de transformaciones, campo de defensas y lógicas diferentes, como veremos más adelante, es el campo en el cual se mueve el trabajo educativo. El modelo del Pc. estratificado en tres niveles, se fundamenta en “Pegan a un niño”, (1919e), p. 192, y solo aludiré al tercer estrato, el más cercano a la Conciencia. En este nivel desarrollaré brevemente el concepto de procesos retóricos, (1986,89), porque importa a la forma de expresión del educando y a la complementariedad de la forma en la cual necesita dirigirse el estímulo educativo. Antes de definir el concepto de proceso retórico, es fundante algunos conceptos acerca de: Las normas consensuales. Estas comprenden a dos conceptos,

 

(A) Reglas que la cultura y los padres imponen como normas a los educandos.

(B) La instalación de estas en el yo, a la manera de restricciones, convenidas y aceptadas. Las reglas de transgresión actúan sobre las consensuales. Cada yo en el intento de conciliar su triple servidumbre, encuentra las maniobras retóricas singulares, individuales; y dependientes de las series complementarias de cada cual. La segunda censura es quien impone normas para que una frase se pueda expresar, para que obtenga carta de ciudadanía y sea acogida. Impone condiciones de sociabilidad o civilidad, Freud, (1915e). Podemos imaginar que la censura, tiene “puestos de control” que operan con seis criterios, superados los cuales, las expresiones revisten la investidura de la atención.

 

Los criterios son:

 

(1) Orgánico y se refiere a la intensidad de la frase que permite o no que sea audible.

(2) Fonémico, alude a la forma en que se deben pronunciar los significantes.

(3) Sintáctico, alude a la relación y combinatoria de los signos.

(4) Semántico, trata la relación significado-significante.

(5) Pragmático, expresa la relación del usuario con los signos.

(6) Lógico, remite al problema de la verdad, a lo que uno supone que es verdad o no. Esto es, la relación entre un conjunto de signos y su articulación con los juicios acerca de lo que se percibe y la acción que esos signos posibilitan.

 

El proceso retórico, -que definiremos más abajo- permite el acceso a la conciencia del contenido inconsciente y de la forma preconsciente, y así superar la censura.

 

Los criterios de civilidad, se oponen a la asociación libre, porque la persona puede:

 

1) rectificarse porque habla muy alto o muy bajo (criterio orgánico),

2) jugar con los sonidos y modificar su discurso ante ausencia o reiteración de un sonido (criterio fonémico);

3) equivocar la relación adjetivo-sustantivo, y expresar por ejemplo uno en plural y otro en singular (criterio sintáctico);

4) rectificar la palabra porque no es adecuada a la intención del preconsciente cercano a la manifestación, -se dice que no habla con “propiedad”-, (criterio semántico);

5) rectificarse ante el temor de que la palabra sea ofensiva, (criterio pragmático);

6) rectificarse cuando supone que su discurso es increíble (criterio lógico).

 

Cada criterio puede ser traspuesto; si salva reglamentaciones formales, suerte de vericuetos legales que permiten el pasaje sin sufrir la censura; y puede darse ya que en el estrato primitivo o en los sucesivos. Tales vericuetos, son las operaciones retóricas, en que las normas consensuales sufren los mecanismos de; adición, sustracción, la combinación de ambas, la permutación y que pueden darse en cada uno de los criterios antes nombrados. Por ejemplo, en el nivel orgánico, el grito es por adjunción, el susurro, por supresión. Cada proceso, genera efectos sustitutivos provisionales, luego sofocados y sustituidos por otros. El empuje pulsional, siempre insatisfecho, deviene en pensamientos más sofisticados. Esto genera, formas de pensar más refinadas, de manera que ciertos disfraces retóricos pierden su operatividad y resultan ostensibles. Exigen nuevos sustitutos, para mantener su disfraz; mayores esfuerzos para ocultar el deseo al Superyó, y al imperio de la realidad. Los procesos retóricos, operan en todos los estratos del preconsciente, y dan lugar a manifestaciones como resultado de transgresiones regladas a las normas consensuales. En la transgresión, hay una exigencia, mantener un conjunto de invariantes que permite, a pesar de las transformaciones, llegar a las formas básicas y a la expresión del pensar inconsciente. En la perturbación, se pierde algunas de las invariantes (o las normas consensuales o el pensar inconsciente), como resultado de la eficacia defensiva. Definición de procesos retóricos: Es el conjunto de operaciones retóricas (adición, sustracción, mixtas y permutación), que actúan sobre los contenidos inconscientes de las formas preconscientes, a nivel de los criterios de la censura, para que los contenidos adquieran condiciones de civilidad y sean aceptados por las normas consensuales.


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