Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Cuarta parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  9/10/2009 | Psicologia , Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas. | |
Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Cuarta parte.6

Si bien esto es totalmente reconocible y concluyen que la sofro­logía es algo distinto de la hipnosis, es también una verdad que ésta, como sistema conceptual, no tiene límites precisos y que hay autores que niegan su carácter científico, tal vez porque estiman que no se diferencia de otros métodos ya usados.

 

Se acepta hoy en día que muchos ejercicios orientales, tales como el yoga, la relajación progresiva, las prácticas tibetanas, entre otros, han ido a engrosar los procedimientos que emplean los autodenominados sofrólogos en su afán de lograr el des­arrollo personal y el relajamiento dinámico, tan necesario para cualquier paciente, pretendiendo con ello activar el potencial cinético y las reservas que en el orden positivo tiene cualquier persona en función de su curación; pero creo que aquí se impone hacer una reflexión que nos permita entender este fenómeno y a la vez fijar nuestra posición. Por eso vale más la interrogante: ¿No es ésta la finalidad de toda acción psicoterapéutica, con independencia de la escuela o corriente de que se trate?

 

En cualquier tratado de psicoterapia, uno puede encontrar que la curación del hombre enfermo y la creación en él de una capacidad de análisis y de automanejo adecuado de su propia situación como mecanismo de aprendizaje operacional, es la intención suprema de cada sistema psicoterapéutico.

 

Los psicoanalistas lo hacen a través del manejo dinámico de los conflictos del sujeto, que en su base tienen un fundamento inconsciente, pero donde los elementos movilizadores de la personalidad, entiéndase motivos, pulsiones y necesidades están determinando una conducta y a la vez un rol activo por parte del paciente en el camino de su propia curación.

 

Los conductistas lo logran a través de un proceso de condicionamiento, que ya no es tan instrumental y donde los factores de la conciencia humana juegan un cierto papel decisivo al verse en el plano de lo racional.

 

Los reflexologistas, a través de todo un sistema de reflejos condicionados, arcos reflejos, mecanismos aceptadores de acción, unidades funcionales y otros interesantes postulados, han incursionado en distintos enfoques psicoterapéuticos, que si bien no siempre son autóctonos, llevan el sello de una indiscutible y prestigiosa escuela, que nos ha conducido a la comprensión de los mecanismos neurofisiológicos que explican la desintegración de las funciones psíquicas, el aprendizaje y el modo en que el ser humano pueda manejarlos con el máximo nivel de expresión de la conciencia vista como una función cortical superior del hombre.

 

Los métodos sugestivos, entre los cuales figura la hipnosis y a la vez todo lo que emane de ella, partiendo de la palabra y su fuerza moduladora condicionante, persiguen la misma finalidad y demostrada está su altísima validez en todo su funcionar terapéutico.

 

Si aceptamos la línea de los que niegan por negar, podrían la sofrología y los sofrólogos ser víctimas de su propias inconsecuencias, pues le criticarían que usan para sí los métodos de la psicoterapia racional, del entrenamiento autóge­no, de la yoga concentración, que han sido empleados por la ciencia psicológica hace mucho tiempo y pertenecen a sistemas claramente definidos.

 

Se trata aquí de dar una visión esclarecedora del problema, pues todo intento de reafirmación de la existencia de una ciencia cualquiera tiene validez en la medida en que prueba su eficacia y es inválido y desacertado cuando trata de cuestionar propuestas anteriores de probada efectividad a cualquier precio, sobre todo para justificar su propia óptica. Es como preguntar: ¿Tiras al tejado de tu vecino, cuando eres también vulnerable?

 

Si se quiere una respuesta contundente, ahí están los procedimientos de la medicina tradicional y natural, que hoy son reenarbolados como si fueran el descubrimiento más sensacional de fines del siglo XX, a pesar de haber sido enjuiciados por la medicina ortodoxa occidental durante más de 100 años y haber cedido a este empuje en aquella época.

 

Creo en la verdad sofrológica porque ofrece resultados, porque en su intento de separarse de la hipnosis -aún sin lograrlo totalmente - no ha buscado tanto despotencializar el consciente, como aumentar su campo de acción desde un perspectiva racional, y porque logra sus propósitos con todo lo que hace.

 

Reitero que creo en esa verdad y no en una falsa y hueca intención que ha de superarse para no destruirse a sí misma ni quedar en el plano de una seudociencia.

 

HIPNOSIS Y FISIOLOGÍA.

 

Resulta interesante esta relación, no sólo por su enorme importancia, sino por el modo en que ha sido tratado desde hace ya algún tiempo y en la actualidad.

 

Es fundamental conocer el problema de las características fisiológicas de la hipnosis, su necesaria vinculación comparativa con el sueño fisiológico y sus interrelaciones, así como algunos aspectos de un enfoque que aunque no validado, ha ejercido una cierta influencia con respecto a tratar de explicar las bases neurofisiológicas de la hipnosis con otra óptica: la de la actividad neuronal y la activación en los estadios de sueño. Son variadas las imágenes que aparecen a través de un electroencefalograma al analizar los distintos grados de hipnosis, las que van desde una nivelación del ritmo alfa, pasando por un debilitamiento del ritmo beta, hasta llegar a un ritmo theta, con bajo voltaje y ausencia total de los ritmos alfa y beta (1).

 

Diversas son también las experiencias que persiguen medir con electroencefalogramas, electrooculogramas y electromiogramas los diferentes niveles de los ritmos alfa, beta y theta, de los movi­mientos oculares y del tono muscular. Ello ha servido a la vez para fundamentar teorías que tratan de explicar las relaciones entre el nivel de vigilia y el sueño.

 

El sueño fisiológico puede en su análisis multifactorial, acercarnos a muchos aspectos de la hipnosis, aun cuando esta se considere un estado especial de sueño o un nivel de alteración de la conciencia; y aunque esto parezca contradictorio, pienso que es una expresión que admite cierta complementación por las siguientes razones.

 

En la búsqueda de elementos convincentes para este planteamiento, hay que llegar a la relación entre conciencia y nivel de vigilia; y en este sentido me permito recordar que Bassin (8)alude a la importancia de analizar las relaciones entre el nivel de conciencia de los fenómenos psicológicos y las modifica­ciones del nivel de vigilia del cerebro, para tratar de exami­nar la disociación que se produce como parte de la dinámica de los contenidos psicológicos y de las distintas formas de la actividad funcional del cerebro, que por lo general se presentan como un staff bien ordenado y podríamos preguntarnos.

 

¿Qué es el nivel de vigilia?

¿Es éste invariablemente el efecto de la formación reticular?

¿Es siempre la conciencia sinónimo de nivel de vigilia?

 

Estos cuestionamientos sugieren un rico recorrido al intentar responderlos, por interesantes enfoques que bien pueden ilustrar el papel del componente neurofisiológico en todo el accionar psíquico:

 

La mayoría de los autores entienden por nivel de vigilia un determinado grado de claridad de la conciencia, aunque puede ser considerado como el nivel óptimo del tono de la corteza, que permite realizar consciente o voluntariamente las actividades de cualquier índole.

 

Las tendencias tradicionales estaban enmarcadas en el enfoque de la identificación, dominado por las argumentaciones ofrecidas por Pavlov de: A elevado nivel de vigilia - elevado tono corti­cal, dado por la activación ascendente de la formación reticular (15); y viceversa: A bajo nivel de vigilia - bajo tono cortical y un descenso o desactivación de la formación reticular. Sin embargo este elemento, desde el punto de vista neurofisiológi­co, llevó a confundir e identificar el nivel de vigilia y conciencia, lo cual es un aspecto vulnerable en alguna medida, pues si bien es cierto que se requiere un determinado nivel de vigilia como premisa para la toma de conciencia, ésta no constituye la condición fisiológica exclu­siva para su existencia en mayor o menor grado.

Revista Electronica de PortalesMedicos.com
INICIO - NOVEDADES - ÚLTIMO NÚMERO - ESPECIALIDADES - INFORMACIÓN AUTORES
© PortalesMedicos, S.L.
PortadaAcerca deAviso LegalPolítica de PrivacidadCookiesPublicidadContactar