Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Septima parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  9/10/2009 | Psicologia , Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas. | |
Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Septima parte.5

Cuando ya hemos decidido que un paciente será sometido al tratamiento con las técnicas hipnóticas, nos vemos en la necesidad de prepararlo psicológicamente para el mismo.

 

Comenzamos en la entrevista a plantearle al sujeto que de acuerdo con el problema que él presenta utilizaremos una técnica muy efectiva que resolverá su problema. En este momento se le debe decir que el método se basa en procesos de relajación que provocarán un equilibrio en su sistema nervioso.

 

Si no es necesario utilizar la palabra hipnosis, se debe omitir; si por el contrario el nivel del paciente determina una argumentación mayor se le explicará en qué consiste el proceso, desde el punto de vista científico, tomando en consideración el nivel de comprensión del paciente y destacando siempre que dicha técnica no tiene nada que ver con los espectáculos circenses que se presentan bajo el nombre de hipnosis.

 

Un aspecto importante que se debe tener en consideración es si se han realizado o no pruebas de susceptibilidad hipnótica, pues si las mismas fueron aplicadas y determinan que el paciente es susceptible a la técnica, el hipnotizador sin práctica puede estar más seguro del éxito.

 

Si las pruebas no han sido utilizadas, entonces es conveniente no emplear la palabra sueño para evitar un posible fracaso.

 

Debe ser objetivo del hipnotizador crear en el sujeto una actitud científica hacia la técnica, nunca plantear disputas o desafíos que puedan establecer una relación de competición.

 

Una orientación que favorece la fijación de una actitud positiva de cooperación en el paciente hacia la técnica hipnótica es manifestarle la importancia de su participación activa, sin la cual es imposible lograr los resultados que deseamos.

 

Se le debe aclarar que el concepto de que los hipnotizados no tienen voluntad es completamente erróneo, pues es precisamente todo lo contrario: se necesita contar con la voluntad del sujeto para que el mismo pueda concentrar la atención.

 

Con estos planteamientos tratamos de neutralizar la influencia que se pueda tener de opiniones de autores como Gebser, que en su libro Abendlandisch wandlung llama a la hipnosis, franca transferencia de la voluntad, o de otros autores que dicen que el hipnotizado presenta conciencia sin voluntad, que hay dominio sobre el hipnotizado o que éste es un fantasma-autómata sin voluntad propia.

 

Se debe, hacer énfasis con el sujeto de que si no contamos con su voluntad no se podrá utilizar esta terapia tan beneficiosa, pues es precisamente el esfuerzo que él realice en concentrarse lo que permitirá llegar al sueño hipnótico.

 

Si se habla en términos de hipnosis con el sujeto, es necesario explicarle que siempre conservará la voluntad, incluso cuando esté profundamente dormido.

 

Cuando notemos preocupación en el sujeto porque podamos llegar a conocer sus intimidades, interrogándole sobre las mismas, se le dirá que en ningún momento le preguntaremos nada ni le mandaremos a realizar algo que a él le moleste. Esto permitirá disminuir la ansiedad y la angustia que pueda tener.

 

En los primeros pasos de la hipnosis no existe amnesia de lo ocurrido ni mucho menos un sueño profundo; por eso cuando el sujeto despierta hace frecuentemente comentarios como. Yo no me dormí, lo oía y entendía todo; Podía hacer lo que me mandaba o no hacerlo. Para contrarrestar estas posibles expresiones, se le dice de antemano que él no se va a dormir y que no pretendemos producirle un sueño fisiológico, sino un proceso de relajación total provocado por la voluntad de él, que generalmente recuerda todo el curso de la sesión hipnoterapéutica cuando es despertado, aunque algunos memorizan menos que otros. Esta indicación neutraliza la posibilidad de que el sujeto manifieste de forma prepotente el hecho de recordar.

 

Los planteamientos que se le hacen al paciente no se apartan de la realidad, pues la hipnosis se apoya en la autosugestión.

 

Compartimos el criterio de otros autores, como Conn, Kline, Erickson, Kretschmer, Stokvis y Montserrat, en el sentido de que sin la cooperación del sujeto y su participación activa es prácticamente imposible obtener resultados satisfactorios.

 

Por otra parte, rechazamos la opinión de Brown, el cual define la hipnosis como un estado pasivo (hypnotism paralyses the will) y que solamente existe participación activa del sujeto cuando se combinan la sugestión y la relajación.

 

Un aspecto que se debe tener en consideración es llegar a un acuerdo de colaboración con el sujeto, con el fin de que el compromiso para el éxito del tratamiento inculpe a ambos. De esta forma se comparte la responsabilidad del establecimiento del sueño hipnótico y de sus resultados terapéuticos.

 

Se le plantea al sujeto que se requiere de cierta práctica para poder profundizar en la hipnosis y que el hipnotizador solamente le enseñará cómo se deben realizar los ejercicios para ayudarlo.

Se le puede decir que toda persona que ponga de su voluntad para concentrarse puede entrar en un estado de sueño hipnótico si es guiado por un hipnotizador.

 

Hay muchos sujetos que temen no poder despertar si son hipnotizados. Este temor es el prejuicio más difundido contra la hipnosis ¿Es verdad que hay personas que después no pueden despertarse? y es necesario combatirlo, pues mientras exista desconfianza y duda en este aspecto no se logrará inducir el sueño. Se le debe explicar a la persona que despertar es tan sencillo como quedar dormido y que nunca el individuo puede dejar de ser despertado. Este tema sólo se menciona si se plantea por el sujeto su temor al respecto; si no, se debe omitir para no crear preocupación.

 

Los que comienzan en el entrenamiento hipnótico no deben tratar nunca de hipnotizar al sujeto en la primera visita y mucho menos si se desconocen las características del caso, pues se aumenta considerablemente la posibilidad de fracaso.

 

PRESENCIA DE TERCEROS.

 

Nuestra experiencia nos ha demostrado que por lo general el paciente se opone a la presencia de otra persona. Hemos tenido casos que cuando le sugerimos que haya familiares presentes en la sesión, se han extrañado y ha aparecido desconfianza inmediatamente. Otros se han negado por completo, diciendo que si los familiares tienen que estar presentes ellos no se aplican el tratamiento.

 

En cambio, hemos tenido casos con planteamientos completamente diferentes; es decir, que solicitan la presencia de un familiar en la consulta. Es lógico suponer que se debe aceptar, sobre todo si es una mujer. Pero el hecho de que se haga este planteamiento espontáneamente nos indica varias posibilidades: el paciente desconfía del hipnotizador y de su técnica, o el sujeto considera que existe una relación interpersonal de mucha atracción hacia el hipnoterapeuta.

 

Cuando se realice la hipnosis en presencia de un familiar, se debe utilizar al mismo como reforzamiento, pues a través de él podemos dar sugestiones indirectas que son de gran valor para la inducción del sueño.

 

Un tipo de sugestión indirecta puede ser: Fíjese usted lo relajado que se encuentra... su cuerpo está completamente flojo... Si usted quiere también se puede aflojar y relajar, pues esto es muy beneficioso para el sistema nervioso. Hemos tenido varios de casos en los que el acompañante se ha hipnotizado, incluso primero que el paciente.

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