Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Septima parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  9/10/2009 | Psicologia , Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas. | |
Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Septima parte.7

En los adultos son factibles las tres posiciones, aunque en nuestro caso preferimos la de pie, salvo aquellos sujetos muy temerosos, aunque éstos pueden ser manejados de modo tal que dichos temores queden atrás, porque al haber realizado anteriormente las pruebas de sugestionabilidad, que en su inmensa mayoría se realizan con el sujeto de pie, podemos seguir una secuencia que aprovechamos para hacer la inducción hipnótica y lograr el trance deseado, pues en cierto sentido ya ha existido un condicionamiento previo.

POSICIÓN DE PIE. 

Se le pide al sujeto que una sus pies en talones y puntas, que se relaje y respire suave y profundamente, que ponga su cuerpo aflojado completamente y una vez comprobado este estado de relajación, procedemos a hacer las sugestiones, pudiendo esco­ger que mantenga los ojos abiertos, mirando a un punto fijo del techo, alto en la pared, o a un objeto brillante, diciéndole que sus párpados le pesan mucho, demasiado, inconteniblemente y que a la vez su cuerpo le pesa mucho, por lo que él siente cómo se mece suavemente y de ahí entonces continuar con los procedi­mientos que expondremos más adelante.

La posición de pie ha sido muy discutida, ya que algunos autores la rechazan pues plantean que es la que menos relajación logra establecer en el sujeto, sobre todo en los miembros inferiores.

Bogoliepov, tomando en cuenta el sistema vegetativo, plantea que los sujetos que cuando están de pie experimentan retardo del pulso, se someten mejor a la hipnosis en esta posición. Y recomienda situar al sujeto de pie con los brazos extendidos al lado del cuerpo y haciendo que éstos queden completamente abandonados. El cuerpo debe estar lo más relajado posible y las piernas y los talones deben mantenerse juntos, dejando un ángulo aproximado entre los pies de sesenta grados.

Nosotros recomendamos que debe comprobarse y lograrse un total relajamiento de los músculos, principalmente en los miembros superiores. Para esto se levantan los brazos en varias posiciones y, cuando se suelten, deben caer completamente desplomados haciendo un movimiento de péndulo. Si esto no se produce, nos indica que no existe un relajamiento adecuado y que, por lo tanto, no se puede comenzar con la aplicación de la técnica hasta que las miembros estén totalmente flojos y sin tensión.

 

Se deben evitar los movimientos por parte del sujeto en las manos, piernas, entre otros. Es sumamente importante comprobar que los músculos del cuello y los hombros estén sin contracción, es decir, que se encuentren en total relajación.

 

POSICIÓN DE SENTADO.

 

Lo único que varía es el principio de que en vez de estar de pie, el sujeto permanece sentado, para lo cual resulta preferible una silla de espaldar alto, de manera tal que su cabeza quede reposada y cómoda; entonces funcionan de igual modo los elemen­tos de pesadez, relajación y respiración, lo cual permitirá el logro de una buena hipnosis.

 

Algunas investigaciones han estado encaminadas a localizar qué pacientes se hipnotizan mejor en una posición que en otra. Bogoliepov toma en cuenta el sistema vegetativo y plantea que aquellos sujetos que presenten el signo de Ortner (retardo del pulso cuando se echa la cabeza hacia atrás) se deben tratar bajo hipnosis con la posición de sentado y la cabeza inclinada hacia atrás.

 

A la persona que va a ser hipnotizada en la posición de sentado se le indica que tome la conocida postura de cochero. Esto facilita un estado cómodo y posibilita que la musculatura estriada esté relajada. Se indica que los pies deben estar apoyados enteramente sobre el piso, formando una nueva base, y las piernas abiertas en un ángulo aproximado de sesenta grados.

 

El cuerpo debe estar suelto sin recostarse sobre la silla, con cierta inclinación hacia adelante, y los músculos totalmente relajados. Los brazos deben estar apoyados libremente a lo largo de los muslos o, de lo contrario, con las muñecas descansando sobre éstos.

 

Las ropas serán cómodas y holgadas; es decir, que no produzcan ninguna compresión. La cabeza se coloca en forma que quede ligeramente descargada hacia atrás.

 

POSICIÓN DE ACOSTADO.

 

Es tal vez la más fácil y funciona en ello el principio de irse relajando poco a poco, respirando suavemente y fijando la mirada en el techo, pudiendo incluirle que cuente hasta 100, 200 u otros números y que al llegar a éste sus ojos se habrán cerrado totalmente y un sueño suave y placentero se adueñará de su persona.

 

Esta posición ofrece una gran ventaja, que estriba en la seguridad de que el paciente siente para su cuerpo, sobre todo cuando tiene información visual previa y no le gustan los procederes de pie o sentado. Al sujeto se le indica que se acueste en decúbito supino sobre un diván, camilla o cama, y se le sugiere que se relaje totalmente. Los brazos deben estar al lado del cuerpo y las manos colocadas palmas abajo, las piernas separadas formando un ángulo aproximado de sesenta grados y apoyadas sobre la superficie del diván o del lugar donde se encuentre acostado.

 

El cuerpo debe estar completamente suelto y el hipnotizador observará y comprobará que no existe ninguna contracción muscular. Las ropas serán cómodas y holgadas, sin que las mismas ejerzan ninguna compresión. Es necesario tener en cuenta que la cabeza esté descansando sobre el lugar donde se encuentre acostado el paciente.

 

Esta posición es la que más facilita la obtención de una relajación general pues todo el cuerpo puede permanecer sin ninguna contracción. Con esto se asegura que en la corteza cerebral no aparezcan puntos de excitación provocados por los movimientos y la tensión de los músculos de las extremidades inferiores, y que se facilite la aparición de inhibición cortical.

 

LAS CONDICIONES AMBIENTALES.

 

El tratamiento psicoterapéutico de base hipnótica debe realizarse en un consultorio médico, pues esto permite que el paciente no pierda nunca de vista la relación interpersonal de ayuda, necesaria para comenzar con la aplicación de la inducción hipnótica.

 

Se debe utilizar un consultorio que sea lo más silencioso posible. En dicha habitación debe haber tranquilidad y un ambiente agradable, aunque en caso de necesidad se puede utilizar cualquier lugar aunque existan ruidos. Hay investigadores que recomiendan darle cierto matiz de mística oriental al consultorio para crear un ambiente sugestivo, pero consideramos que con los adelantos actuales de la técnica esta mistificación lo que hace es desacreditar el procedimiento científico.

 

En ningún momento el paciente debe sentir que no está en un consultorio médico. En el mismo debe haber un diván o camilla y sillas cómodas para que se puedan utilizar de acuerdo con la posición en la que se vaya a trabajar. Otro aspecto importante es la limpieza que debe existir en el consultorio, pues algunos sujetos se inhiben cuando perciben que hay poca higiene.

 

La presencia del hipnotizador estará caracterizada por un cuidado adecuado de sus hábitos higiénicos y estéticos. El uso de la bata sanitaria confiere autoridad y permite trasmitir al paciente el carácter científico del trabajo que se va a realizar.

LA ILUMINACIÓN.

 

Con referencia a la luz existen diversos criterios. Algunos especialistas la prefieren frente al sujeto para provocar agotamiento por las molestias que produce; otros la prefieren detrás del sujeto.

 

Nosotros la utilizamos indistintamente. Si el principiante la va a utilizar de frente, debe estar situada por encima de su cabeza para que el sujeto la mire fijamente; de lo contrario, debe ser por detrás y con poca intensidad lumínica, de modo que el local quede en penumbras.


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