El proceso salud-enfermedad visto a traves de una perspectiva socioantropologica de la vida humana, fundamentado en una experiencia de enseñanza-aprendizaje
Autor: Rosmel del Valle Orfila Vilera | Publicado:  12/04/2010 | Formacion en Ciencias de la Salud , Otras Especialidades | |
Proceso salud-enfermedad perspectiva socioantropologica vida humana - enseñanza - aprendizaje .5

Desde el punto de vista de la concepción de la medicina alopática la ausencia de patología en el organismo es significado de salud, y en concordancia con éste punto de vista la Organización Mundial de la Salud así como también la Organización Panamericana de la Salud –organizaciones rectoras en materia de estudios de la salud y de la enfermedad- coinciden en que la salud es el tan anhelado equilibrio biopsicosocial del hombre, considerando de esta manera los aspectos biológico, psicológico y social.

Las consideraciones antes expuestas conllevan reflexionar al respecto, y en este sentido tal ideal de salud conceptuado y teorizado por los precitados organismos internacionales lleva implícito hasta implicaciones de carácter ético, tal como lo advierte Cantavella (2002) cuando expresa claramente que,

La meta de alcanzar una buena “calidad de vida” para un pueblo debe salir de él mismo. Para ello lo ético sería crear las condiciones necesarias para hacer posible que cada pueblo decida lo que para él significa “calidad de vida” y los medios para alcanzarla, de acuerdo a su cultura, pues la determinación del concepto “calidad de vida” debe hacerse con los avances de las ciencias sociales, económicas y políticas, conjuntamente con la participación popular. (p. 400)

Es importante considerar, en estos aspectos que tratan de esclarecer la naturaleza, dinámica y dimensiones del proceso salud – enfermedad de los seres humanos, que la cultura se convierte en un potencial agente modelador de dicho proceso. No es ajeno al hombre la vida en sociedad, y por este motivo es necesario no obviar a la misma ni de igual manera la cultura, religión, educación, política, economía, etc., cuando se trata de abordar el estudio de la salud y de la enfermedad.

A los elementos culturales, sociales, políticos, religiosos, económicos, etc., caben destacar otros alusivos a la acción antrópica como modeladores del proceso salud – enfermedad, tal como lo son las actitudes, las percepciones, las motivaciones, la creatividad, la inventiva e ingenio, etc. Así, en atención a estos aspectos Orfila (2009b) hace énfasis en que,

Los seres humanos dirigen sus actuaciones y comportamientos hacia propósitos previamente definidos, es decir que en primer término el intelecto humano hace uso de la razón so pretexto de lograr alcanzar satisfacer los requerimientos y necesidades de tipo afectivo, social, emocional, etc. Es precisamente en este sentido que cobra especial preeminencia uno de los factores cognoscitivos que intervienen en pro de conductas selectivas indispensables para conocer y aprender, y es el caso especial de las actitudes. (p. 15)

La obra humana es decisiva, al igual que también lo son todos aquellos desencadenantes que se encuentran en el entorno social y geográfico. Las maneras como se manifiesta la actuación del hombre, cuyas evidencias son manifiestas a través de respuestas humanas, dependen en buena medida de las actitudes y de todas aquellas manifestaciones producto de los procesos cognoscitivos e intelectivos.

Desde épocas remotas los seres humanos han aprendido que todo esfuerzo por lograr metas que satisfagan sus necesidades reales y normativas depende casi exclusivamente del trabajo cuya génesis comienza a gestarse precisamente en las cogniciones. Así, se organizan los procesos intelectivos (pensar, crear, inventar, etc.) la planeación y ejecución de actividades diversas son posibles. No obstante, no toda ejecutoria humana es organizada ni planificada; hay comportamientos productos de la improvisación humana, como por ejemplo cuando se ingiere licor con medicamentos, o cuando se sumerge en las aguas de las playas estando en estado de ebriedad, etc.

Esos últimos tipos de comportamientos que se vuelven insignificantes para los sujetos que los ponen en práctica se constituyen en el substrato que trae consigo consecuencias que se dirigen directamente a romper ese equilibrio biopsicosocial de que habla tanto la ciencia hoy día. Aquí se encuentran precisamente las causales de tantos males y patologías que van desde aquellas llamadas existenciales como aquellas de tipología orgánicas.

El desarrollo de la vida humana es el producto de conductas, de las emociones, del intelecto, de la curiosidad, etc., además de la injerencia de factores exógenos al hombre los cuales se encuentran en el medio que lo rodea. Aquí también es importante destacar que si hay desequilibrios en el ambiente, éste se reflejará inexorablemente en los seres humanos.

Cuando los seres humanos establecen esas amplias y continúas relaciones recíprocas entre ellos y el medio se va entretejiendo nexos de dependencia, y en este sentido es interesante resaltar que al ser dichos vínculos establecidos de manera irracional el producto de la interrelación traerá consecuencias nocivas tanto para los seres humanos así como también para el ambiente.

Lo irracional del comportamiento humano en el ambiente ya es una nota dominante que lo ha caracterizado desde mucho tiempo atrás, tal vez desde el mismo momento en que los procesos industriales a grandes escalas desde 1.830 cuando la Revolución Industrial se gestó en Londres, Reino Unido de la Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Los efectos devastadores de las actividades industriales son muchos y los mismos se hacen sentir con tal vez la más demoledora consecuencia a saber: el calentamiento global del planeta Tierra, profundos cambios climáticos, desertización de grandes áreas otrora boscosas y con rica fauna, biodiversidad en peligro de extinción, etc., y todos estos efectos repercuten directamente en el proceso salud – enfermedad.

Otros comportamientos de raigambre irracional de los seres humanos se gestan precisamente en el interior de las más variadas células sociales: las familias, las comunidades, los grupos formales e informales, etc. La pérdida gradual en la primacía de uno de los elementos cohesionantes como lo son los valores, la moral, las normas, los principios, se convierte así en otro decisivo factor que interviene en la fuente de las llamadas enfermedades de etiología social: la delincuencia juvenil, violencia intrafamiliar, violencia en los centros escolares de todos los niveles, drogadicción, prostitución infantil, conformación de bandas delictivas, etc., y al igual que los demás factores exógenos a los seres humanos éstos también se convierten en parte de la obra humana no deseada y que se corresponden como verdaderos detonantes de patologías que se hacen sentir en la mente, el organismo, la comunidad y la sociedad en su conjunto.

El panorama antes descrito remite reflexionar sobre la complejidad de la acción antrópica y del proceso salud – enfermedad, y al respecto Orfila (2009b) plantea que,

La complejidad de los procesos y fenómenos humanos, y dentro de éstos los relacionados con el proceso salud – enfermedad, sólo es posible aprehenderlos a través de ópticas epistémicas de igual magnitud, a lo que es importante advertir que hay la necesidad de emplear metodologías para penetrar en los mismos dada la naturaleza compleja y de difícil captación por parte de todos aquellos que se interesen por hurgar la realidad social. (p. 10)

El significado de la salud, de la enfermedad, de lo insignificante, de lo significante, de lo individual, y de lo colectivo, cobra especial preeminencia, considerando que aun hay elementos decisivos que por su vaguedad se consideran que no tienen gran imparto en el proceso salud – enfermedad, y el presente investigador cree conveniente volver la mirada hacia los mismos y las acciones individuales como fundamentos evidentes que dinamizan a lo significante y colectivo en tal proceso.

Como parte de desarrollar acercamientos significativos en las comunidades para comprender de que manera aspectos diferentes de un colectivo determinado recogen aspectos particulares dados sus características, y es un sucinto ejemplo de una manera en que se puede abordar el proceso salud-enfermedad empleando una estrategia instruccional dentro del recinto académico de la Universidad de Carabobo. A continuación se presenta un esbozo de una realización de enseñanza-aprendizaje como parte de la actividad docente y de investigación:

ESTUDIO DEL PROCESO SALUD – ENFERMEDAD A TRAVÉS DE UNA EXPERIENCIA DE ENSEÑANZA – APRENDIZAJE EN UN RECINTO GERONTOPSIQUIÁTRICO DEL ESTADO CARABOBO, REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, NOVIEMBRE 2009.

Introito

La labor docente en la Facultad de Ciencias de la Salud, Escuela de Medicina de la Universidad de Carabobo, desarrollando asignaturas muy propias de las Ciencias Sociales como es el caso de Socioantropología de la Salud y Salud Comunitaria, ha servido de escenarios propicio para experimentar un conjunto de estrategias instruccionales, de aprendizaje y de evaluación orientados a despertar el interés de los estudiantes hacia temas cualitativos inherente a las diversas maneras en que los individuos se organizan para desarrollar sus vidas en los espacios propicios para alcanzar fines concretos de supervivencia.


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