Morbimortalidad en la Unidad de Cuidados Intensivos
Autor: Lic. Olga Lidia Figueredo Maldonado | Publicado:  28/06/2010 | Cuidados Intensivos y Cuidados Criticos | |
Morbimortalidad en la Unidad de Cuidados Intensivos .6

Tabla 5. Principales complicaciones de los pacientes. Unidad de Cuidados Intensivos. Clínica Popular Simón Bolívar. Año 2007.

Complicaciones – nº - %

Alteraciones del equilibrio acido básico 40 - 24.2
Alteraciones hidroelectrolíticas 32 - 19.3
Insuficiencia respiratoria aguda 29 - 17.5
Neumonía nosocomial 28 - 16.9
Alteraciones metabólicas 28 - 16.9
Shock 16 - 9.6
Fallo múltiple de órganos 13 - 7.8
Insuficiencia hepática 11 - 6.6
Alteraciones de la coagulación 8 - 4.8
Insuficiencia renal aguda 6 - 3.6
Arritmia cardiaca 4 - 2.4
Neumotórax 4 - 2.4
Convulsiones 4 - 2.4
Atelectasia pulmonar 3 - 1.8
Sangramiento digestivo alto 2 - 1.2
Insuficiencia cardiaca 2 - 1.2
Paro cardíaco 1 - 0.6

* Un paciente pudo presentar una o más complicaciones

Fuente: Historia Clínica

Se reconoce que el paciente grave sufre siempre considerables cambios en sus mecanismos homeostáticos, provocado por la respuesta al stress, consecuencia directa de sus procesos morbosos e influencias del dolor, náuseas, hipoxemias y algunas drogas necesarias para su tratamiento. Todo paciente crítico por diferentes razones está recibiendo soluciones parenterales y enterales cuya composición y características, puede ser muy variable e influyen en “ayudar” o “perjudicar”, los mecanismos homeostáticos, desencadenados por la situación clínica del paciente, sobre todo en lo referente al metabolismo y circulación intracorporal del agua, los electrolitos y los elementos acido-básicos. Es por tanto, de vital importancia en el tratamiento exitoso de un paciente grave, evitar o tratar precozmente, los cambios perjudiciales en el balance acuoso, electrolítico o acido-básico, pues las alteraciones de estos sistemas, íntimamente relacionados, pueden empeorar y complicar el proceso morboso de base y provocar desastrosas consecuencias; sin embargo la solución de este reto terapéutico en el paciente crítico, incapaz en muchas ocasiones de mantener una adecuada homeostasis de estos 3 sistemas (agua, electrolitos y acido-básico), presenta una complejidad frecuentemente subordinada, en cuando a su influencia en la morbilidad y mortalidad y exige del intensivista un perfecto conocimiento de la fisiología, fisiopatología y terapéutica de los trastornos del agua, los electrolitos y el equilibrio acido-básico, que lo lleve mediante el uso de la tecnología disponible, a un constante juicio clínico razonado, que le permita mantener en rangos aceptables, la homeostasis hidromineral y acido-básicos del paciente crítico. 45

Autores de Estados Unidos plantean que los trastornos electrolíticos son frecuentes en el ámbito de la unidad de terapia intensiva, tanto en el momento de la admisión como en una fase ulterior como complicación del tratamiento en la unidad de terapia intensiva (UTI). La previsión y el diagnóstico rápido de estos trastornos y la comprensión cabal de su patogenia son de alta prioridad en estas unidades. Además reconocen que los trastornos del sodio y el potasio son frecuentes en los pacientes en estado crítico, producen una morbimortalidad elevada. El diagnóstico temprano y el tratamiento apropiado de estos trastornos pueden limitar sus efectos adversos. 46, 47

El Grupo de Estudio de Vigilancia de Infección Nosocomial en unidades de cuidados intensivos (UCI) en España, encontró que de las 750 infecciones adquiridas reportadas en la unidad de cuidados intensivos (UCI), el 46,3% fueron neumonías nosocomiales. 28

R. Shah comunica que la incidencia de neumonía nosocomial en pacientes ingresados en cuidados intensivos está en el rango de 7% a 40%, con una mortalidad cruda que excede el 50%. 48

Algunos autores reconocen que las infecciones nosocomiales son la complicación más común en pacientes hospitalizados. Aproximadamente una cuarta parte de estas infecciones ocurren en pacientes ingresados en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), aunque los cuidados intensivos no sean más que un 10% de la camas hospitalarias. 49, además se argumenta que la mayoría de los episodios de neumonía nosocomial tienen lugar en pacientes intubados. 50

Investigadores españoles refieren que la neumonía es la primera causa de mortalidad por infección nosocomial. La mayoría de estos episodios tiene lugar en pacientes intubados. En la unidad de cuidados intensivos, aproximadamente dos tercios de las prescripciones antibióticas terapéuticas son tratamientos de neumonía nosocomial. El manejo adecuado, incluida la prevención, requiere la colaboración de un equipo multidisciplinario. 51

Otros argumentan que el retraso en la instauración de un tratamiento antibiótico adecuado para la neumonía intrahospitalaria grave se acompaña de un peor pronóstico, además de una prolongación de la estancia hospitalaria y, por tanto, elevación de los costes, y que en el ámbito de las neumonías asociadas a la ventilación mecánica, la modificación de una terapia antibiótica empírica inadecuada una vez se ha aislado el microorganismo causante de la infección no mejora significativamente la mala evolución inicial. 52, 53

En las recomendaciones de American Thoracic Society, se plantea que el espectro de los microorganismos patógenos en la neumonía intrahospitalaria está condicionado por una variedad de factores que incluyen la gravedad de la neumonía, la presencia de factores de riesgo relacionados con una posible causalidad de microorganismos específicos y el período de la estancia hospitalaria previo a la aparición de la neumonía. Se ha confirmado que estas 3 variables determinan de forma bastante adecuada los microorganismos que causan neumonía intrahospitalaria. 54

En el artículo titulado Recomendaciones para el tratamiento de la neumonía intrahospitalaria grave (NIG), se concluye que la neumonía intrahospitalaria grave es una entidad que, por su complejidad y elevada mortalidad, requiere ingreso en la UCI para su control y tratamiento. La definición de neumonía intrahospitalaria grave (NIG) viene dada tanto por signos directamente relacionados con la afección del parénquima pulmonar como por la repercusión generada por la situación de sepsis. Su detección y tratamiento temprano se han acompañado de una reducción de la mortalidad. No obstante, la mayoría de las NIG se presentan en las unidades de medicina intensiva y están asociadas al uso de ventilación mecánica. 55

La Asociación Latinoamericana del Tórax (ALAT), comunica que la neumonía intrahospitalaria (NIH) es la segunda infección nosocomial en frecuencia y la más frecuente en las unidades de cuidados intensivos (UCI). Ocasiona morbilidad y mortalidad, prolonga el ingreso hospitalario e incrementa los costes. 56

En el famoso texto “Principios de Medicina Interna de Harrison” se plantea que La neumonía causa entre 15 y 20% de las infecciones nosocomiales, pero ha originado 24% de los días extra de hospitalización y 39% de los costes adicionales, y que casi todos los casos de neumonía intrahospitalaria bacteriana son causados por aspiración de flora bucofaríngea endógena o intrahospitalaria (en ocasiones gástrica). Las neumonías intrahospitalarias originan más muertes que las infecciones en cualquier otro sitio del organismo. Sin embargo, la mortalidad atribuida a la neumonía producida por el uso de un respirador (que constituye la neumonía intrahospitalaria más común y fatal) se encuentra en el intervalo de 6 a 14%; esta cifra indica que el riesgo de morir por una neumonía intrahospitalaria depende en gran parte de otros factores, como otras enfermedades concomitantes, el tratamiento incorrecto con antimicrobianos y la presencia de microorganismos específicos (en especial Pseudomonas aeruginosa y Acinetobacter). Con frecuencia la vigilancia y el diagnóstico preciso de neumonía resultan problemáticos en los hospitales puesto que muchos pacientes, en particular los internados en la unidad de cuidados intensivos, tienen radiografías de tórax anormales, fiebre y leucocitosis que se pueden atribuir a causas múltiples. 57

Argumentan además que algunos de los factores de riesgo para padecer neumonía intrahospitalaria, en especial neumonía ligada al uso de un respirador, comprenden a los eventos que aumentan el riesgo de colonización por microorganismos patógenos potenciales (p. ej., uso previo de antimicrobianos, circuitos o equipo contaminado del respirador o reducción de la acidez gástrica); los que aumentan la posibilidad de aspiración del contenido bucofaríngeo en la parte inferior del aparato respiratorio (por ejemplo intubación, nivel de conciencia reducido o presencia de una sonda. 57


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