Es posible Integrar las Diferentes Teorias Eticas, Conciliarlas y Complementarlas. ¿Podemos Superar los Clasicos Modelos Bioéticos? El Panorama de la Bioetica Contemporanea
Autor: Dr. Juan Herrera Salazar | Publicado:  16/08/2010 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria | |
Integrar las Diferentes Teorias Eticas, Conciliarlas y Complementarlas. Bioetica Contemporanea .2

Ley de Hume:

Esta ley deriva de una observación contenida en la obra Treatise of Human Nature de D. Hume. La filosofía analítica inglesa la define como “falacia naturalística” a partir de G. Moore.

Esta ley afirma que existe una división entre el ámbito de los hechos naturales y el de los valores morales. Los hechos son cognoscibles, ej., datos empíricos, se pueden describir con el verbo al modo indicativo, mientras que los valores y las normas morales son presupuestos que dan lugar a juicios prescriptivos indemostrables.

El ser es empírico, tiene que ser demostrado con hechos observables. Entre el “ser” y “deber ser” por lo tanto no sería posible, ni legítima la inferencia, de pasar del “is” ser, al “ought” se debe o del “sein” (essere, ser) al “sollen” (dovere, deber).

Los no cognitivistas niegan prácticamente la tradición filosófica occidental, la ética aristotélica y la preocupación platónica sobre el carácter, afirmando que los valores no pueden ser conocidos, no pueden ser objeto de conocimiento y de afirmaciones calificables como falsas o verdaderas.

Desde la perspectiva bioética personalista, al lado de los cognitivistas, buscaremos una fundamentación racional y objetiva a los valores y las normas.

El hombre no es pura factualidad empírica es más que eso, será nuestra tarea demostrarlo, por ahora nos bastará decir que el hombre es algo más profundo y comprensivo, por ejemplo es “esencia” o “naturaleza” en sentido “metafísico”, a tal grado que encuentra su fundamento en el ser, en aquel ser que cada sujeto consciente está llamado a realizar.

Fundamento Veritativo de los Valores:

El término hombre se puede entender en sentido solamente empírico.
En diferentes partes del mundo se acepta como hecho común que los políticos se enriquezcan con los bienes del Estado. Se constata además que otros ciudadanos actúan de manera honesta.

Si nos limitamos a la factualidad empírica no podremos establecer una diferencia en el plano moral de los ciudadanos a los que nos referimos en el párrafo anterior. Nos limitaríamos a describir los hechos, como lo hace la narrativa sociológica descriptiva.

Si vamos más allá del mero hecho empírico, robar o no robar y hacemos referencia a la esencia del hombre, a la naturaleza humana propia de la persona racional o de la dignidad del hombre. Esta diferencia la podemos fundamentar en el plano racional, a tal grado que podamos establecerla en el plano moral entre el ladrón y el honrado.

Esto preámbulo sirve para recordarnos a los médicos que antes de avanzar un proyecto de investigación debemos estar seguros de su finalidad y de que usamos los medios adecuados para tal fin. Debemos estar seguros que nuestro vigor, persigue, busca el Verum et Bonum… bien y la verdad, objetiva, cognoscible.

Esta observación simple y racional, viene puesta en discusión por las teorías éticas que sirven de soporte a los modelos bioéticos que actualmente proponen y liderizan particularmente los autores de lengua inglesa. Son capaces de formular teorías como la ética del egoísmo, que más bien deberían ser enunciadas como teorías psicológicas del desarrollo.

Debemos perseguir como científicos el “Verum et Bonum”, al no hacerlo, ¿cómo vamos a conocer la realidad de las cosas, a conocer la naturaleza, o captar la verdad de la persona, si nos olvidamos de la verdad?

Acaso debemos en este siglo redefinir la epistemología, porque algunos científicos que defienden intereses particulares, necesitan una gnoseología particular y se olvidan que “veritas est adaequatio rei et intellectus”. S. Th. De Veritate 1,2.

Perdería la razón misma nuestro quehacer, si no nos interesará conocer la realidad de las cosas, de la naturaleza y de la persona humana.

Captar la esencia de la persona humana presupone una instancia metafísica que va más allá del dato empírico, de la inteligencia (intus legere), una capacidad de la mente de hacer una lectura que capta en la profundidad la razón de ser de las cosas y la verdad de los comportamientos, su conformidad con la dignidad de la persona.

Después de esta premisa, necesaria para la comprensión de la diferencia de los modelos bioéticos, podemos subrayar la importancia de la posibilidad de fundamentar de manera racional los valores.
El modelo bioético a proponer debe tener un fundamento verdadero, por arduo que sea emprender el camino, buscaremos la Verdad, para justificar la acción moral y los valores.

Este arduo camino nos hará ir y volver sobre nuestros pasos en cuanto a la ética, a la filosofía moral. Nos dará la oportunidad de responder a las interrogantes:

¿El problema ético o moral es un problema antropológico o un problema filosófico?
¿Se necesita una antropología adecuada para la correcta elaboración filosófica?

Modelos Bioéticos

Modelo sociológico-biológico (fundamentación biológico naturalista)

La primera tentativa de dar fundamento a la norma ética basada en los hechos. Opuesta a la “ ley de Hume ”, se remonta al evolucionismo darwiniano y al valor del progreso de la ciencia. Nos encontramos aquí frente a un criterio objetivamente fundamentado, que pone al progreso y a la evolución socio-biológica como valor discriminante.

Los criterios morales-subjetivo individualistas, e intersubjetivos vienen a menos.

Esta propuesta relativiza los valores y las normas, está representado por la corriente de pensamiento de corte sociológica-histórica, una propuesta puramente descriptiva de la ética.
Sostenida por: (Weber, Heisenk, Wilson, Galton, Chiarelli).

Se da por cierta la teoría de la evolución, hasta el hombre. Este se adapta al ambiente, participa de la selección natural, (grupo, raza más fuerte). Según tal perspectiva, la sociedad en su evolución produce y cambia los valores y las normas, que son funcionales a su desarrollo, así como los seres vivos en su evolución biológica desarrollan ciertos órganos en vista de su función, en definitiva para la mejoría de su propia existencia.

Algunos estudiosos de antropología cultural y ecologistas, se encuentran al lado de estas posiciones. Traduciendo el pensamiento en palabras sencillas: se viene a afirmar, que así como en el cosmos las variadas formas de vida, fueron sujetas a la evolución, así las sociedades evolucionan, por lo tanto al interno de esta evolución socio-biológica los valores morales deben cambiar.

Nos movemos de (empuje), gracias a la fuerza evolutiva del “egoísmo biológico” o instinto de conservación de sí mismo, a los terrenos más elaborados de adaptación, como el derecho, la moral, entendidas como expresiones nada más de una evolución cultural.


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