Implicaciones Bioeticas de los Estudios de Calidad de Vida QALYs. ¿La Problematica del Universo Teleologico Antropico, Nos plantea el Problema de una Ley Moral Universal? ¿Debemos Respetar la Dignidad Humana del Discapacitado?
Autor: Dr. Juan Herrera Salazar | Publicado:  15/03/2011 | Etica, Bioetica. Etica medica. Etica en Enfermeria , Articulos | |
Implicaciones Bioeticas de los Estudios de Calidad de Vida QALYs .8

El suyo fue un mensaje de libertad y de independencia de la inteligencia, de vigilancia crítica de los tiempos y de compromiso con un futuro de diálogo y cooperación entre los hombres, las culturas y la fe.

Siguiendo la postura de Sto. Tomas, su pensamiento, da vida un humanismo integral, que toma distancia del positivismo racionalista, del inmanentismo y subjetivismo modernos, consecuencias de las elaboraciones de Descartes.

Para decirlo como Juan Pablo II: ”En el terreno puramente racionalista, la historia de la filosofía moderna se inicia con Descartes, quien, por así decirlo, desgajó el pensar del existir y lo identificó con la razón misma: Cogito, ergo sum” («Pienso, luego existo»). (75)

¡Qué distinta es la postura de Santo Tomás, para quién no es el pensamiento el que decide la existencia, sino que es la existencia, el esse, lo que decide el pensar!

“Pienso del modo que pienso porque soy el que soy”... (75)

Ahora vamos a darnos a la tarea de estudiar el Modelo Bioético Personalista, estudiar el significado de persona humana, contrastar los modelos anteriores con este último y criticar en el mejor sentido griego, los estudios de carga de enfermedad, los estudios QALYs, DALYs.

A manera de reflexión (mayéutica, sondeo profundo de la conciencia) pondremos en diálogo la antropología filosófica, los hechos biológicos y los valores puestos en juego, para luego hacer una síntesis coherente de tipo filosófico y expresar un juicio ético iluminado por la razón, para que esta siga sus dictamines y no simplemente el de las ideologías utilitaristas, más vinculadas a la economía, que al bien de la personas y de la sociedad.

Nos hemos servido de métodos y argumentos científicos para despertar las mentes más abiertas a la “intelligenza amativa” (Rosmini), es decir al sentido profundo del razonamiento moral. (76)

Ley de Hume:

Esta ley deriva de una observación contenida en la obra Treatise of Human Nature de D. Hume. (77) La filosofía analítica inglesa la define como “falacia naturalística” a partir de G. Moore. (78)

Esta ley afirma que existe una división entre el ámbito de los hechos naturales y el de los valores morales. Los hechos son cognoscibles, ej., datos empíricos, se pueden describir con el verbo al indicativo, mientras que los valores y las normas morales son presupuestos que dan lugar a juicios prescriptivos indemostrables.

El ser es empírico, tiene que ser demostrado con hechos observables. Entre el “ser” y “deber ser” por lo tanto no sería posible, ni legítima la inferencia, de pasar del “is” ser, al “ought” se debe o del “sein” (essere, ser) al “sollen” (dovere, deber). (79)

Los non cognitivistas niegan prácticamente la tradición filosófica occidental, la ética aristotélica y la preocupación platónica sobre el carácter, afirmando que los valores no pueden ser conocidos, no pueden ser objeto de conocimiento y de afirmaciones calificables como falsas o verdaderas.

Desde la perspectiva bioética personalista ontológicamente fundamentada, al lado de los cognitivistas, buscaremos una fundamentación racional y objetiva a los valores y las normas.

El hombre no es pura factualidad empírica es más que eso, será nuestra tarea demostrarlo, por ahora nos bastará decir que el hombre es algo más profundo y comprensivo, por ejemplo es “esencia” o “naturaleza” en sentido “metafísico”, a tal grado que “el deber ser” encuentra su fundamento en el ser, en aquel ser que cada sujeto consciente está llamado a realizar.

Modelos Bioéticos e Investigación Científica: Para quién observa el panorama de la bioética no es difícil constatar que nos encontramos frente a una pluralidad, más bien a un pluralismo de criteriologías difícilmente conciliables. El pluralismo se refiere a la antropología de referencia y a las teorías de fundamentación del juicio ético. Este pluralismo y aproximaciones diferentes se evidencian de particular modo en la literatura de lengua inglesa.

Actualmente podemos distinguir cuatro modelos de referencia en bioética, cada uno se caracteriza por un diferente criterio antropológico, por consiguiente una formulación diferente del juicio ético, que permite afirmar una distinción justificativa entre lo lícito y lo no lícito:

1. Modelo liberal - radical (fundamentación subjetiva, fundamentada en la libertad). David Hume enuncia la ley que lleva su nombre (77). Esta la encontramos en la intersección de todos las discusiones éticas, dos concepciones opuestas: Cognitivistas y no cognitivistas. Estos últimos sostienen que no se puede conocer la verdad moral.

2. Modelo pragmático-utilitarista (fundamentación intersubjetiva). (80)
Fundamentado en la utilidad social entendida como valor.

3. Modelo ético descriptivo socio-biologista (fundamentación biológico naturalista). (80)
Se remonta al evolucionismo darwiniano y al valor del progreso de la ciencia. Nos encontramos aquí frente a un criterio objetivamente fundamentado, propone el progreso y a la evolución sociobiológica como valor discriminante.

Los criterios morales subjetivo individualistas, e intersubjetivos vienen a menos.

Estos tres modelos se caracterizan por proponer una ética sin Verdad.

4. Modelo bioético personalista (fundamentación objetivo-metafísica). (80). Fundamentado en el valor de la persona, entendida no solamente como subjetividad, también de manera prioritaria como valor ontológico y trascendente.

Contrastaremos los tres modelos expuestos anteriormente con este último y daremos al lector el marco de referencia para diferenciar las diferentes corrientes que confluyen en cada modelo.

Modelos Bioéticos

Modelo sociológico-biológico (fundamentación biológico naturalista)

La primera tentativa de dar fundamento a la norma ética basada en los hechos. Opuesta a la “ley de Hume”, se remonta al evolucionismo darwiniano y al valor del progreso de la ciencia. Nos encontramos aquí frente a un criterio objetivamente fundamentado, que pone al progreso y a la evolución socio-biológica como valor discriminante.

Los criterios morales-subjetivo individualistas, e intersubjetivos vienen a menos.

Esta propuesta relativiza los valores y las normas, está representado por la corriente de pensamiento de corte sociológica-histórica, una propuesta puramente descriptiva de la ética.

Sostenida por: Max Weber (81), H.J. Heinsenk (82), E.O. Wilson (83), Sir Francis Galton (84), B. Chiarelli (85).

Se da por cierta la teoría de la evolución, hasta el hombre. Este se adapta al ambiente, participa de la selección natural, (grupo, raza más fuerte). Según tal perspectiva, la sociedad en su evolución produce y cambia los valores y las normas, que son funcionales a su desarrollo, así como los seres vivos en su evolución biológica desarrollan ciertos órganos en vista de su función, en definitiva para la mejoría de su propia existencia.

Algunos estudiosos de antropología cultural y ecologistas, se encuentran al lado de estas posiciones. Traduciendo el pensamiento en palabras sencillas: se viene a afirmar, que así como en el cosmos las variadas formas de vida, fueron sujetas a la evolución, así las sociedades evolucionan, por lo tanto al interno de esta evolución socio-biológica los valores morales deben cambiar.

Nos movemos de (empuje), gracias a la fuerza evolutiva del “egoísmo biológico” o instinto de conservación de sí mismo, a los terrenos más elaborados de adaptación, como el derecho, la moral, entendidas como expresiones nada más de una evolución cultural.

Consecuencias del modelo socio-biológico:

Los regímenes totalitarios hacen uso ideológico de este modelo, según el cual el individuo se puede sacrificar por la sociedad o la causa por la que lucha el grupo en el poder. Con este modelo se corre el peligro de olvidarse del bien común y que se impongan los intereses propios, los intereses particulares, de manera general.

Se deja con este modelo la puerta abierta, para operar un reduccionismo antropológico, que no considera la naturaleza racional del hombre, que actúa, no por un simple determinismo biológico evolutivo como los himenópteros, sino que está llamado a actuar con libertad y responsabilidad.


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