Resultados del examen estatal perfil rehabilitacion social y ocupacional. Evaluacion y propuesta de mejoras. Capitulo I. Marco teorico conceptual del tema objeto de investigacion
Autor: MSc. Ana Lidia Suárez Denis | Publicado:  19/05/2011 | Formacion en Ciencias de la Salud , Articulos | |
Resultados Examen Estatal Perfil Rehabilitacion Social y Ocupacional. Evaluacion. Capitulo I .2

La formación académica por la que ha transitado en el país, refleja que Terapia Ocupacional, tiene sus antecedentes en la formación de técnicos dirigidos a brindar tratamientos a pacientes con limitaciones físico-motoras.

Paralelamente, pero sólo para atender las afecciones del sistema osteomioarticular, se comienza a formar el Ergoterapeuta Psiquiátrico, siendo la única formación desde finales de la década de los 70 hasta 1986, en que se comienza a formar el Terapeuta Ocupacional Integral, sólo para atender a pacientes con limitaciones físico-motoras y psiquiátricas, dejando el campo educacional y laboral sin atención especializada.

Por su parte, la formación académica de la especialidad técnica de Trabajo Social en nuestro país, comienza en 1943. La 3ª parte de las asignaturas de esta especialidad estaban vinculadas al perfil médico y el 13% al perfil práctico.

En 1971, se inician los estudios de Trabajo Social en todo el país. Las asignaturas y contenidos del plan de estudios de esta especialidad estaban dirigidos a preparar a sus estudiantes, con formas de intervención a nivel individual y grupal, no ofreciendo herramientas para el estudio e intervención en comunidades.

En septiembre del año 2000, se crean las Escuelas de Formación Emergente de Trabajadores Sociales, cuyo plan de estudios no prepara al egresado para su desempeño profesional en el sector de la salud, pues no se abordan contenidos que permitan adquirir conocimientos referidos a patología, tratamiento y rehabilitación social de individuos y grupos enfermos.

Al finalizar el curso escolar 2003-2004, el Ministerio de Salud Pública decidió, diseñar una especialidad universitaria que permitiera la continuidad de estudios de sus técnicos en Trabajo Social y Terapia Ocupacional, con el objetivo de elevar su nivel profesional y cubrir el déficit existente, por lo que se procede incluir el perfil de salida Rehabilitación Social y Ocupacional, donde se integren conocimientos de las Ciencias Médicas y Sociales, así como los procederes de la Terapia Ocupacional y el Trabajo Social, teniendo en cuenta que al operar, comparten un campo de acción común.

Este profesional operará en los tres niveles de intervención: individual, grupal y comunitario y en las tres esferas fundamentales de accionar del hombre: física, psíquica y social, adoptando una perspectiva integral sin fragmentación de los problemas en este campo, a fin de desarrollar en los individuos sanos, de riesgo, enfermos y portadores de discapacidad, sus potencialidades y capacidades, considerando que un equilibrio en su interacción con el contexto social y familiar, tributa en la mejora de su calidad de vida.

1.3 EL PLAN DE ESTUDIOS COMO DOCUMENTO RECTOR DE LAS CARRERAS UNIVERSITARIAS EN CUBA.

El currículo es un documento que incluye todo el diseño de la carrera (Arteaga (2008), Hourrutiner (2007), que contiene como uno de sus elementos el documento plan de estudios, que es aquel que recoge las características más importantes del proceso docente-educativo al nivel de carrera o proceso educativo. Son documentos rectores, “aquellos que caracterizan de modo esencial el currículo y constituyen su núcleo más estable”... (5)siendo la Resolución Ministerial 210 de 2007 la que establece en su artículo 65 que los documentos rectores que comprenden el plan de estudios son: Los programas de las disciplinas o asignaturas, el plan del proceso docente y el modelo del profesional.

El Programa de la disciplina es el documento que refleja la descripción sistemática y jerárquica de los objetivos generales que se deben lograr, los contenidos que procede asimilar, los métodos y medios de enseñanza y los aspectos organizativos de dicha disciplina.

El programa de la asignatura es el documento que precisa el desarrollo del proceso docente en el período, estableciendo los temas por unidades, como subsistemas de las asignaturas con los respectivos objetivos y contenidos, así como el sistema de evaluación de esta. De acuerdo con su grado de aproximación al objeto de trabajo del egresado, Vázquez (2006) y Álvarez (1999) clasifican las asignaturas en cuatro grupos: general, básicas, básicas específicas y de la actividad del egresado (ejercicio de la profesión).

El Plan del Proceso Docente desglosa cada disciplina en asignaturas, el tiempo de que disponen y su distribución por forma de enseñanza para los tres componentes organizacionales, los tipos de exámenes a realizar, los trabajos de curso y las formas de conclusión de los estudios del egresado.

El Modelo del Egresado o Profesional ha de contener una breve caracterización de la carrera, reseña histórica de su desarrollo en el país, objeto de trabajo y características principales de la esfera de actuación profesional, así como los campos de acción fundamentales.

La Evaluación del aprendizaje es un elemento estructural del currículo, considerado como el instrumento que permite establecer en diferentes momentos del proceso, la calidad con que se van cumpliendo los objetivos en los diferentes niveles estructurales.

1.4. LA EVALUACIÓN EDUCATIVA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR.

La evaluación es un proceso incorporado a todos los sectores de la actividad humana y no sólo a la actividad educativa. En la búsqueda de distintos enfoques y definiciones de evaluación se constata, que la Real Academia en su última edición señala, que la palabra evaluación se refiere a “determinar, estimar, apreciar o calcular el valor de algo”, de esta manera, la definición establece una aproximación cuantitativa o cualitativa, es decir, atribuir un valor o juicio sobre algo o alguien, en función de un determinado propósito, a partir de una comparación para tomar decisiones.

Como elementos comunes en la concepción actual de evaluación podemos citar: Obtener información, búsqueda de indicios, formas de registros y análisis, criterios, formular juicios de valor y tomar decisiones, por lo que consideramos que la evaluación es una función básica en cualquier proceso de intervención, que permite medir o descubrir facetas de una realidad y sobre esta formular juicios de valor, para tomar decisiones, se coincide con Scriven que “no es posible mejorar sin evaluar”. Resulta oportuno, en términos generales, la definición de evaluación de Elola y Toranzas “Evaluación es el proceso de obtener información y usarla para formar juicios que a su vez se utilizarán en la toma de decisiones”. (6)

Si la escuela tiene asignado un papel definido en la sociedad, el estudiante que acude a ella a cumplir la misión encomendada, estará sometido a evaluación y el profesor implicado en el proceso evalúa al estudiante, es entonces desde esta perspectiva, que enmarcamos a la evaluación en su dimensión educativa, que además no sólo se evalúa al estudiante y al profesor.

Es por ello que podemos plantear, que a pesar que lo más frecuente sobre evaluación educativa se refiere a la aplicada a los alumnos, esta es aplicable también a otros ámbitos, además de la del aprendizaje de los alumnos; así tenemos: la evaluación de las instituciones, de programas o proyectos y como ya se refería, la evaluación del aprendizaje.

La evaluación institucional constituye una valoración global del cumplimiento de las metas preestablecidas de una institución universitaria. Compartimos el criterio de autores como Lara y Moreno (2007), De Miguel (2006) y Rodríguez (1995) que conceptualizan la evaluación institucional, como un modelo que postula la integración de distintas modalidades de evaluación.

La evaluación de programas o proyecto es un proceso y nos adherimos a la opinión de Cáceres (2007) y Quiñones (2007), que realizan las instituciones educativas que tiene como objetivo establecer estrategias de acción, tendentes a mejorar la calidad de la oferta educativa que se promueve.

Es la evaluación del aprendizaje y así lo refieren también Torres (2008) y González (2001) (9,10) la que posibilita el control y valoración de los modos de actuación que los estudiantes adquieren a través del desarrollo del proceso docente educativo.

En la literatura sobre el tema, se evidencia que la evaluación educativa ha sufrido transformaciones conceptuales y funcionales a lo largo de la historia. Scriven y Stutfleben establecen que la evaluación educativa tiene sus orígenes en el siglo XVIII, siendo Tyler quien introdujo en la década del 30 el concepto de evaluación educacional y Guba y Lyncoln (1989) destacan cuatro generaciones tomando como referencia esta época: La generación de la medición, la descripción, la del juicio y valor y una cuarta generación que se apoya en las necesidades de los demandantes e implicados en la evaluación.

Otros autores como González (2001), identifican esta cuarta etapa de la evaluación educativa concebida desde una perspectiva comprensiva; con la implantación progresiva de las ideas sobre la validez de los análisis ecológicos en la valoración de la enseñanza-aprendizaje, la que para De la Garza (2006) es pragmática, desde el punto de vista metodológico y responde a situaciones particulares, poniendo su atención en las preguntas, preocupaciones, problemas y necesidades de información de los implicados y de los tomadores de decisión. Así mismo la Dra. Sonia Pérez (2007) en su tesis de maestría considera a esta etapa con un enfoque ambientalista y ecológico, entendida como un proceso por el que se obtiene información de muchas fuentes para valorar el aprendizaje de los estudiantes.

En conclusión, sin entrar en debate sobre las valoraciones de los autores antes citados, resulta evidente que las concepciones de la evaluación educativa actual son diversas, pero aparecen con claridad elementos comunes que hacen que consideremos a la cuarta generación de la evaluación educativa como un modelo educativo integrador, en correspondencia con una evaluación comprensiva en su objeto, en la que se tienen en cuenta los elementos personales, formales, organizativos y curriculares.

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