Resultados del examen estatal perfil rehabilitacion social y ocupacional. Evaluacion y propuesta de mejoras. Capitulo I. Marco teorico conceptual del tema objeto de investigacion
Autor: MSc. Ana Lidia Suárez Denis | Publicado:  19/05/2011 | Formacion en Ciencias de la Salud , Articulos | |
Resultados Examen Estatal Perfil Rehabilitacion Social y Ocupacional. Evaluacion. Capitulo I .5

Es importante tener en cuenta los tipos de evaluación que se desarrollan como parte del proceso docente educativo, ya que contribuyen al logro de los objetivos de formación en los estudiantes de las universidades médicas en nuestro país. Estos tipos de evaluación también crean las premisas necesarias para el logro de la integralidad de este proceso, cuyo punto culminante lo constituye el examen estatal.

Para ser consecuente con la sistematicidad que la evaluación requiere, debe haber evaluaciones frecuentes, parciales y finales. En este sentido existe consenso entre varios autores, con los que coincidimos (Horruitiner (2007), Verrier (2006), Salas y Lazo de la Vega (2000) y Álvarez (1999).

a) Los controles frecuentes comprueban el logro de los objetivos específicos en el desarrollo de las diferentes actividades docentes. Cumplen diversas funciones, pero desempeñan fundamentalmente la función de retroalimentación y es el resultado de una constante interacción estudiante/profesor. El artículo 139 de la Resolución Ministerial 210/2007 establece que la evaluación frecuente comprobará el grado de cumplimiento de los objetivos específicos, mediante la valoración del trabajo de los estudiantes, en todas las formas organizativas del proceso docente.

Los tipos de evaluación frecuente a utilizar, por su gran versatilidad, se definen por el profesor, para cada asignatura. Los tipos más utilizados son: la observación del trabajo de los estudiantes, las preguntas orales y escritas y las discusiones grupales. La planificación, organización y elaboración de las evaluaciones frecuentes será responsabilidad del profesor, quien decidirá qué evaluaciones serán calificadas y registradas en la libreta de control a clases.

b) El control parcial comprueba el logro de los objetivos de los temas de una asignatura e implica un mayor grado de generalización y sistematización de los conocimientos y habilidades de los estudiantes que son objeto de verificación. Las principales formas que se emplean son: los trabajos de control en la actividad docente, el encuentro comprobatorio y las pruebas intrasemestrales o intraestancias.

En los artículos del 141 al 144 de la Resolución Ministerial 210 de 2007, se refiere que pueden utilizarse otros tipos de evaluación parcial que convengan a los propósitos y funciones de la evaluación, aprobadas por el Decano, siempre que sea necesario por las características de la asignatura. La planificación, organización y elaboración de las evaluaciones parciales se proponen por el profesor o el colectivo de asignatura y se aprueban en el Departamento correspondiente.

c) El control final de una asignatura o disciplina, comprueba el logro de sus objetivos más generales y esenciales. Cumple las distintas funciones de la evaluación, excepto la de retroalimentación. Su forma más usual es el examen final.

El artículo 145 de la R/M 210 indica que los tipos fundamentales de evaluación final son: el examen final escrito, la defensa de trabajos de curso y la defensa de la práctica laboral. Las Comisiones Nacionales de Carrera pueden determinar otros tipos de evaluación final y especificarlas en el plan de estudios aprobado oficialmente.

Este tipo de evaluación tiene carácter estatal, serán elaboradas en los departamentos docentes, bajo la dirección del Jefe del Colectivo de asignaturas, dándoles participación a los profesores en esa elaboración colectiva. La calificación será realizada por los propios profesores y validada por el Departamento Docente correspondiente. Estos exámenes deben conservarse durante dos años en el Departamento Docente Central o en las Sedes universitarias, según lo haya establecido el Centro.

El examen final es un tipo de evaluación que comprueba los objetivos generales de las asignaturas o disciplinas. Evalúa fundamentalmente conocimientos, habilidades adquiridas y su capacidad para integrarlos, sistematizarlos, aplicarlos y generalizarlos y la defensa del trabajo de curso comprueba el grado de cumplimiento, de los objetivos propuestos para este tipo de trabajo investigativo. La evaluación final de la práctica laboral, verifica el grado de cumplimiento de los objetivos en la asignatura y se realizará de acuerdo con las características de cada carrera, en correspondencia con lo establecido en el plan de estudio.

El artículo 163 de la RM/210 establece que en las asignaturas que no tengan previsto un acto de evaluación final, la comprobación de los objetivos generales durante el período docente se realiza, mediante la aplicación de un sistema de evaluación frecuente y parcial que responda al principio de sistematización de la enseñanza, basándose fundamentalmente en el desempeño del estudiante y teniendo en cuenta su conducta, dedicación al estudio y cumplimiento de las tareas asignadas.

d) La evaluación final de la carrera comprueba el logro de los objetivos generales formulados en el Modelo del Profesional, a los que responde el plan de estudios en su conjunto. Este tipo de evaluación se efectúa mediante el examen estatal o la elaboración y defensa de un trabajo de diploma. En el artículo 149 de la Resolución Ministerial 210/2007 se refiere que en las carreras de Ciencias Médicas, en los modelos con salidas intermedias, se establecen los exámenes de ciclo como forma de culminación del nivel correspondiente.

1.5.4 RESULTADOS DE LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE.

Existen muchos factores que dependen tanto del alumno que es examinado, como del escenario donde se desarrolla la evaluación, que influyen en los resultados de un instrumento evaluativo y que por tanto, siempre tendremos en cuenta en toda evaluación.

Cronbach señala cuatro grupos de factores, a saber:

1. Características generales y duraderas del examinado. Habilidades generales, habilidades para comprender las instrucciones de un test, habilidades para resolver los problemas de tipo general presentados en el test y las actitudes, reacciones emotivas y hábitos característicos de las personas sometidas a un test.

2. Características duraderas y específicas del examinado. Conocimientos y habilidades que requieren los problemas específicos del test, actitudes y reacciones emotivas o hábitos que se ponen de manifiesto en las personas al ser evaluadas.

3. Características generales y momentáneas del examinado. La salud, la fatiga y la tensión física. La motivación, ya sea positiva o negativa, que produce el hecho de sentirse evaluado. Los efectos del calor, la luz, la ventilación, entre otros. Actitudes actuales, reacciones emotivas o fuerza de los hábitos, en cuantos todos estos representan divergencias de los rasgos más duraderos y estables del examinado.

4. Características temporales y no generales del examinado. Cambios debido a la fatiga o a la motivación producidos por el test, fluctuaciones en la atención, en la coordinación o en los patrones de juicio, fluctuación en la memoria de hechos particulares. Nivel de práctica en la ejecución de las habilidades o en los conocimientos requeridos para el problema en cuestión.

Estos son aspectos que se deben tener presente al prever los resultados de la evaluación de los estudiantes y en ocasiones la dinámica del proceso y la rapidez con que se prepara y se desarrolla el proceso evaluativo no nos permite analizar estas premisas que, su no cumplimiento, pueden afectar los resultados de la evaluación del aprendizaje en un tipo de examen como el estatal, que se realiza como culminación de la carrera y por ende la calidad de la educación.

El significado atribuido a la expresión calidad de la educación incluye varias dimensiones o enfoques complementarios entre sí, en este sentido se señalan (Toranzos (2008), Horrutiner (2007): calidad entendida como eficacia, concepto que pone en primer plano el aprendizaje de los estudiantes a través de la acción educativa, calidad referida a relevancia en términos individuales y sociales, dimensión que pone en primer plano los fines de la acción educativa y su concreción en los diseños y contenidos curriculares y por último calidad de los procesos, dimensión que se refiere al contexto físico para el aprendizaje, cuerpo docente, materiales de estudio y trabajo y estrategias didácticas.

Un sistema de evaluación de la calidad educativa debe proveer de información sistemática, acerca del aprendizaje alcanzado por los estudiantes en las diferentes etapas y niveles. Es así que la producción y difusión de información relevante sobre el desempeño de los sistemas educativos en sus diferentes instancias, incluye el aprendizaje alcanzado por los alumnos como uno de sus elementos principales.

Se reconoce que la evaluación educativa cumple al menos 3 funciones básicas: coincidiendo con Torres (2008) “diagnosticar, juzgar y mejorar”. En efecto, los datos obtenidos sistemáticamente sobre la actuación educativa proyectan una imagen del estado de cumplimiento de los objetivos trazados y de los niveles de calidad alcanzados. “La evaluación educativa utiliza esa información para contrastarla con el ideal a lograr, de modo que se emiten criterios, enjuiciándola, para luego implicarlos en los procesos de transformación y propiciar el cambio para la mejora” (9).

Prácticamente en todos los sistemas de evaluación educativa, constituye el primer foco de atención la evaluación del rendimiento de los estudiantes. Se asume la posición de Himmel (2006) cuando plantea, que la evaluación del rendimiento escolar proporciona información sobre el mismo, lo que orienta la toma de decisiones y coadyuva al mejoramiento de la calidad del servicio educativo. Otros autores citados por Himmel (Alkin, Brown, Newman y Rivers (1985) reconocen dos formas de conceptual el uso de la información de resultados de la evaluación del aprendizaje de los alumnos, la “denominada perspectiva de la corriente principal y la concepción alternativa”

En la medida que la información es uno de los fundamentales recursos para conocer que está sucediendo, desarrollar estrategias alternativas y evaluar sistemáticamente sus resultados, King y Pechman (1984), citados por Himmel, plantean, que se pueden reconocer al menos tres niveles de uso de la información evaluativa: simbólico o persuasivo, conceptual e instrumental.

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