Utilidad del tratamiento con Dinitrato de Isosorbide en pacientes con urgencias hipertensivas
Autor: Dr. David Reina Álvarez | Publicado:  12/05/2008 | Cardiologia , Medicina de Urgencias | |
Utilidad del tratamiento con Dinitrato de Isosorbide en pacientes con urgencias hipertensivas.1

Utilidad del tratamiento con Dinitrato de Isosorbide en pacientes con urgencias hipertensivas

 

Utilidad del tratamiento con Dinitrato de Isosorbide en pacientes con urgencias hipertensiva.

Dr. David Reina Álvarez. Dr. en Medicina. Especialista de Primer Grado en Pediatría. Medico intensivista pediatra.MSC en emergencias y urgencias médicas. Profesor instructor

 

Centro de Diagnóstico Integral (CDI) Brisas Del Aeropuerto. Maturín. Monagas. Febrero/2006-Enero/2007. Misión Médica Cubana. Estado Monagas. Municipio Maturín. República Bolivariana de Venezuela

 

Resumen

 

Se realizó una investigación prospectiva no experimental, longitudinal de cohorte acerca del uso del Dinitrato de isosorbide oral en la urgencia hipertensiva pudiendo correlacionar su uso con la nifedipina y el captopril, medicamentos de eficacia comprobada en el tratamiento de la urgencia hipertensiva. Se estudiaron 120 pacientes con este diagnóstico, distribuidos aleatoriamente en tres grupos, los cuales recibieron 10 miligramos de nifedipina o dinitrato de isosorbide y 50 miligramos de captopril.

 

Se pudo constatar que a los que se le administró dinitrato de isosorbide se logró un control más rápido de su tensión arterial que a los que se les administraron los otros dos fármacos. La cefalea constituyó la reacción adversa más frecuente. Una vez más nos encontramos frente a una alternativa de tratamiento efectiva e inocua para minimizar los síntomas de la urgencia hipertensiva y evitar las complicaciones que de ella se derivan cuando alargamos el tiempo para llevar la tensión arterial a los niveles normales. Por lo tanto sugerimos que se realicen estudios similares en cuanto a la utilización de este fármaco en la urgencia hipertensiva por su valor y los pocos efectos adversos que ocasiona su uso.

 

Palabras clave: Urgencia hipertensiva, dinitrato de isosorbide

    

La Misión Médica Cubana en la República Bolivariana de Venezuela se ha desarrollado en el contexto de la Misión Barrio Adentro, escenario de miles de episodios cálidos y humanos en la historia de llevar salud a miles y miles de personas sencillas, pobres y marginadas que por vez primera reciben asistencia médica en sus propias casas. En el año 1999 a raíz de la tragedia de Vargas se hace un llamado a los médicos cubanos para brindar ayuda a este hermano país. Por el buen trabajo realizado, el alcalde del Municipio Libertador realiza un convenio con el Gobierno Revolucionario Cubano, con el fin de establecer un marco de colaboración con la Salud Pública Venezolana en lo referente a los sectores más pobres y desprotegidos. A partir de aquí se extiende este convenio a todo el país y se instala la misión Barrio Adentro I.

 

Los primeros 58 médicos se ubicaron en diez de las parroquias más pobres de Caracas, luego este programa se fue extendiendo por todo el territorio Nacional En el estado Monagas llegó la primera brigada el 24 de octubre del 2003 con un total de 105 médicos, en ésta misma fecha se inició el servicio médico en nuestra parroquia. Con el creciente desarrollo de esta misión se hace necesario crear centros de apoyo a la atención médica donde haya facilidades para realizar una atención más especializada con lo que surge Barrio Adentro II.

 

En el año 2005, comienzan a ofrecer servicios los Centros de Diagnóstico Integral (CDI) donde se estudian los pacientes con medios diagnósticos, algo que no era imposible anteriormente y, además, se comienza a disponer de ingresos para las emergencias médicas. Se crean las llamadas salas de terapia intensiva de adultos y de observaciones, aumentando el número de diagnósticos certeros y con alta calidad científica.

 

La hipertensión arterial es el trastorno cardiovascular más común en los Estados Unidos, afecta al 10% de la población aproximadamente 60.000.000 habitantes, la presencia de este trastorno se asocia a un riesgo elevado de accidente cerebro vascular, vasculopatía periférica, insuficiencia cardiaca y lo que es más importante enfermedad coronaria asociada con infarto agudo del miocardio y muerte súbita.(1,2,3,4). La incidencia de la hipertensión arterial aumenta con la edad desde un 5% a los 20 años hasta un 45% a los 70 años, en la juventud los hombres tienen mayor probabilidad de desarrollar hipertensión que las mujeres, entre los ancianos sucede lo inverso. Las personas de raza negra y de origen hispano tienen mayor incidencia de hipertensión. (5, 6, 7,8).Además es la enfermedad crónica más frecuente en todos los países desarrollados, calculándose su incidencia entre un 15 a un 20% de la población adulta.

 

En Venezuela, se han realizado estudios epidemiológicos con datos de sumo interés que sugieren una prevalencia de hipertensión arterial entre el 15 y 43% de la población general. La frecuencia mayor se encuentra en los estados orientales, especialmente Nueva Esparta, quizás debido a una mayor ingesta de alimentos ricos en sal y en el área del Estado Miranda, donde el predominio de la raza negra es evidente (9, 10,11). El estudio más extenso reportado en Venezuela (1994), con una muestra de 15.000 habitantes en visitas domiciliarias reportó que la presión sanguínea elevada tendía a ser mayor en hombres hasta los 50 años, más allá de esta edad su frecuencia decrece y las mujeres tienden a ser más hipertensas a partir de los 50 años. Un total de 61,3% de los hipertensos tenían conocimiento de su condición; el 45,9% estaba en tratamiento y solamente el 14% del total de hipertensos tenía la presión sanguínea bajo control (11).

 

En el caso específico de Venezuela, la situación no difiere de lo planteado anteriormente. Según el Ministerio de Sanidad y Desarrollo social (M.S.D.S), (2003), dentro de las tres primeras causas de muerte en Venezuela se encuentran "...en orden creciente las enfermedades del corazón con un 21, 35%, seguida por las enfermedades oncoproliferativas, con 12,92%, encontrándose los accidentes en el tercer lugar con un 8.67%", la primera y tercera causa muy relacionada con este factor de riesgo como habíamos referido anteriormente. (11,12)

 

La hipertensión arterial constituye un problema de salud a escala mundial por las complicaciones e implicaciones que tiene en la morbilidad y la mortalidad de la población mayor de 15 años de edad. Se trata de una enfermedad frecuente, fácil de detectar y de tratar, asintomática en ocasiones y de complicaciones potencialmente mortales si no se corrigen las cifras anormalmente elevadas de presión arterial. La hipertensión arterial ha sido reconocida como el marcador de riesgo cardiovascular mayor o más nocivo, y existe la evidencia de que la elevación de la presión arterial incrementa la probabilidad de enfermedad isquémica del corazón, de apoplejía, de aterosclerosis y de mortalidad total (1,2). Es un problema de salud comunitaria por su elevada trascendencia sanitaria, económica y social.

 

Además, la hipertensión arterial constituye la tercera parte de los motivos de consulta en la atención primaria, el primero entre todas las afecciones crónicas y además, origina un alto número de personas con incapacidad laboral. (3, 5,8) La Organización Mundial de la Salud se ha referido a la hipertensión arterial como el "asesino silencioso", para poner de manifiesto su destacado papel en la génesis del daño de órganos vitales.

 

La hipertensión es un problema médico muy común en el mundo entero. No es raro encontrar diferentes tipos de situaciones clínicas acompañadas de crisis hipertensivas y elevaciones agudas de la presión arterial (1,3). Así indudablemente, los diferentes especialistas médicos se encontrarán con frecuencia con pacientes con hipertensión y crisis hipertensivas. Muchas veces es necesario el rápido control de la presión arterial en el departamento de urgencias, quirófano y unidad de cuidados intensivos. Las crisis hipertensivas son elevaciones agudas de la presión arterial asociadas con daño orgánico final el cual puede poner potencialmente en peligro la vida. (2,4).Si las crisis no son tratadas, aumentará la incidencia de morbilidad, incluyendo síncope, eventos coronarios, insuficiencia cardiaca congestiva, e insuficiencia renal, así como aumento de la mortalidad.

 


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