Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Undecima parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  9/10/2009 | Psicologia , Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas. | |
Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Undecima parte.4

En el estado letárgico, de primer grado, de trance superficial o hipnoidal. En nuestra experiencia personal hemos visto como signos exteriores que el sujeto tiene su atención concentrada. La respiración es lenta y tranquila. Si los ojos están abiertos, puede aparecer parpadeo rápido hasta que se cierran. Si el lugar no está suficientemente caldeado, el sujeto puede sentir frío. En cuanto a las reacciones del hipnotizado hemos podido apreciar que la tensión arterial puede bajar ligeramente debido a la relajación. Existe sensación de pesadez en el cuerpo, especialmente en los miembros. Todos los músculos se relajan progresivamente y aparece en consecuencia una sensación que expresan como de un agradable entumecimiento.

 

En el estado cataléptico, de segundo grado o trance medio, hemos podido ver que la respiración es más lenta y profunda (de tipo abdominal). La cabeza puede caerse ligeramente por la relajación del cuello. Podemos producir rigidez en todo el cuerpo o en sus partes. Si el sujeto habla, su tono de voz es lento y adormecido. Además aparecen reacciones en el hipnotizado de sensación de profundo bienestar. El paciente admite ya las primeras sugestiones y aunque se percate de ellas, le resulta muy difícil sustraerse a las mismas. Podemos causar y producir insensibilidad al dolor. Sin embargo aún existe consciencia suficiente para que el sujeto salga de este estado si lo desea. Se va perdiendo la noción del exterior.

 

La rigidez muscular total es una característica esencial de este estado cataléptico o también llamado catatónico. Inmediatamente después del mismo, el inducido será capaz de entrar en un estadío profundo de hipnosis rápidamente cuando se lo sugiera el hipnólogo.

 

En el trance profundo, estado sonambúlico, o de tercer grado, el sujeto está completamente pasivo. Pero al sugerirle sensaciones o situaciones, puede abrir los ojos, moverse, hablar o realizar cualquier cosa igual que si estuviera en estado de vigilia normal, sin salir ya del trance hipnótico. Cualquier comportamiento sugerido, es aceptado y manifestado inmediatamente como algo real que le sucede. Podemos inducir la amnesia posthipnótica (que el sujeto no recuerde nada cuando despierte). El sujeto está muy aislado del exterior; se encuentra muy a gusto. El mayor estímulo externo que le hace reaccionar son las sugestiones del hipnólogo. Puede darse amnesia post-hipnótica espontánea. Las sugestiones son aceptadas sin ninguna oposición y en esta fase es donde tienen su mayor efectividad. Las funciones inconscientes se manifiestan sin dificultad, por lo que para algunos se podrían dar fenómenos paranormales, especialmente de P.E.S. (telepatía, xenoglosia, precognición, clarividencia...). El estudio en hipnosis regresiva y a “vidas pasadas”, debe hacerse según recomiendan, en este trance, donde ya hubo una progresión desde un estado de vigilia normal consciente al trance ligero, medio, hasta el profundo inconsciente.

 

Desde Mesmer han sido muchos los que han investigado esta inquietante realidad que a veces se sale fuera de los esquemas de la ciencia académica. Muchos han establecido sus propios modelos y variantes de esta técnica. Así tenemos al norteamericano Doctor Milton Erickson, que trabajaba con sus pacientes usando metáforas o formas determinadas de hablarles, para inducirles ciertas reacciones psico-emocionales que les curasen de sus trastornos mentales, sin necesidad de una hipnosis clásica o que supusiera la pérdida de conciencia del paciente. O por ejemplo el doctor valenciano Antonio Escudero, que llama a su técnica Noesiología o anestesia psicológica, en la que opera a sus pacientes completamente despiertos y sin anestesia química, llegando incluso a conversar con ellos durante la intervención quirúrgica.

 

Un ejemplo reciente de aplicación de la hipnosis y que nos llamo la atención, a propósito de la vuelta al mundo del globo Breitling orbiter 3, que en algunos medios de comunicación se tratara el tema que nos interesa. Lo curioso es que se realizara de una manera seria y haciendo referencia a una de sus funciones, en este caso el uso terapéutico de la misma por parte de un médico, según las informaciones en prensa y televisión. En resumen, los tripulantes del globo casi al final de su agotado viaje evaluaron la posibilidad de abandonarlo, ya que la aventura se estaba haciendo insoportable. Por fortuna utilizaron la hipnosis, transmitida por radio con la ayuda de un médico, y finalizaron con éxito el viaje.

 

DIFICULTADES DE LA HIPNOSIS.

 

CAUSAS DE FRACASO EN LA INDUCCIÓN HIPNÓTICA.

 

  1. La utilización de la hipnosis en un sujeto que haya sido hipnotizado anteriormente y al cual se le dieron sugestiones posthipnóticas de que no podría ser hipnotizado por otra persona.
  2. La creación, en el sujeto, de ansiedad e inseguridad al éste darse cuenta o creer que el hipnotizador no tiene experiencia por la falta de dominio de la técnica.
  3. La utilización de los métodos de inducción hipnótica en retrasados mentales de ligero en adelante, pues no son capaces de comprender lo que se pretende de ellos, por su pobre rendimiento intelectual.
  4. El empleo de los métodos de inducción hipnótica en personas poco sugestionables que sean capaces de fingir que están haciendo lo que se les ordena. Esto se evita realizando pruebas que permitan comprobar la profundidad de la hipnosis, como, por ejemplo, abrirles los párpados con los dedos pulgares y verificar si existe convergencia en los globos oculares.
  5. Falta de una anamnesis adecuada que oculte los deseos del paciente de continuar con los síntomas a causa de una ganancia secundaria que le producen los mismos.
  6. Cuando no se toman en cuenta las características del sujeto para la selección del método de inducción hipnótica. Al no ser adecuada la selección, se produce el fracaso.
  7. Dar una sugestión que no corresponda con el estado en que se encuentra el sujeto. Por ejemplo: al iniciar la inducción hipnótica, decirle: Sus párpados se cierran solos y no se pueden abrir más... Si esto no se logra, el sujeto puede angustiarse por no caer en estado hipnótico y creer que la hipnosis es inalcanzable para él.

 

DEFENSAS DEL SUJETO CONTRA LA HIPNOSIS.

 

La inducción hipnótica puede presentar dificultades no imputables al dominio técnico del hipnotizador ni al deseo de cooperación y sugestibilidad del sujeto, sino a diferentes defensas inconscientes que interfieren el proceso de inducción, ya que la sugestibilidad es una función psicodinámica del inconsciente y no una faceta fija de la personalidad.

 

Como ya dijimos, estas defensas son inconscientes en esencia. El sujeto quiere recibir el tratamiento y desea conscientemente ser hipnotizado; es más, hace todo su esfuerzo para cooperar en la inducción. Pero las defensas aparecen, así se emplee un método agresivo o pasivo de hipnotización.

 

Es importante saber esto, pues con frecuencia nos encontramos con dificultades en la inducción hipnótica y pensamos que el sujeto o paciente no quiere cooperar. Por lo general la tendencia es a interrumpir la sesión y hacerle saber al sujeto que él está haciendo todo lo posible para no dejarse hipnotizar. En realidad, la mayoría de las veces el sujeto sí quiere ser hipnotizado o al menos beneficiado por el tratamiento hipnoterapéutico, pero es ajeno a los mecanismos inconscientes de defensa contra la hipnosis. La solución es: usar siempre la defensa del sujeto contra él.

 

En la práctica clínica, incluso los pacientes fáciles de hipnotizar muestran siempre algún tipo de defensa; y los difíciles de hipnotizar muestran muchas defensas diferentes. Las formas más conocidas de defensa son el negativismo, la depreciación, la inquietud, la simulación, el sueño, la reacción de sobresalto, la superficialidad, los síntomas y la desviación.

 

Una vez lograda la inducción hipnótica pueden aparecer nuevas defensas. El sujeto hipnotizado nunca está completamente indefenso. No tiene ningún fundamento aquel criterio que existía de que el hipnotizador puede reducir al sujeto a un mero autómata.

 

Además de las defensas mencionadas, en el transcurso de la sesión de hipnosis pueden aparecer defensas psicológicas de distintos tipos, como la fantasía, el despertamiento, entre otros. Por ejemplo, un paciente obsesivo, cuando se le hipnotiza, abandona su patrón de conducta característicamente obsesivo y en su lugar se comporta como un histérico típico.

 

En la hipnosis, cuando se le pregunta al sujeto sobre algún hecho traumático, la tendencia es a usar defensas evasivas tales como caer en un estado hipnótico más profundo o desarrollar incoordinación motora seudohistérica.

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