Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Undecima parte
Autor: Dr. Alberto Ochoa Govin | Publicado:  9/10/2009 | Psicologia , Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas. | |
Hipnosis terapeutica. Teoria, metodos y tecnicas aplicadas. Undecima parte.7

La preocupación constante por la salud que tienen los hipocondríacos da lugar desde un punto de vista general, a una continua búsqueda de dolores así como de sensaciones anormales en ciertas partes del cuerpo.

 

El sujeto descarga toda su tensión ansiosa por medio de la inculpación de uno o varios órganos determinados.

 

Los aspectos señalados anteriormente sobre las características fundamentales de los hipocondríacos nos hacen valorar la posibilidad de no utilizar la hipnosis en dichos pacientes.

 

Primeramente porque si eliminamos las ideas sobre un órgano que él cree enfermo, dicha idea se desplaza hacia otro órgano. Al mismo tiempo la utilización de la hipnoterapia en estos pacientes hace que ellos consideren que efectivamente están enfermos desencadenando muchas veces delirios hipocondríacos como consecuencia del pensamiento que les hace concebir ideas acerca de que su cerebro funciona también inadecuadamente.

 

Además, estos pacientes establecen una dependencia absoluta del tratamiento, dependencia extraordinariamente difícil de eliminar, pues se convierten en perseguidores del terapeuta para que les alivie sus molestias, las que -como ya dijimos- cuando prácticamente no ha terminado de eliminar una ya está apareciendo otra.

 

Muchos recomiendan no utilizar la hipnosis en estos casos, a no ser por una situación extraordinariamente necesaria.

 

PRECAUCIONES CON LOS PACIENTES HISTÉRICOS.

 

Las personalidades histéricas y las neuróticas histéricas se caracterizan por su teatralidad, su continuo egocentrismo, su tendencia a trasformar la realidad de los hechos objetivos y olvidar lo que les desagrada.

 

Dicen constantes mentiras, son provocativos sexualmente, aunque casi siempre son frígidas las mujeres e impotentes los hombres.

 

La personalidad del histérico puede considerarse como artificial, pues estos sujetos dan la impresión de falsedad y reflejan el mundo como les conviene a su imaginación, reprimiendo lo que no les gusta y cambiando lo que no está de acuerdo con sus intereses. Son fantasiosos, sugestionables y mentirosos, llegando a inventar historias que ellos mismos acaban por creer. Además de su tendencia a dramatizar, asumiendo el papel de víctimas como recurso para reclamar afecto y atención, presentan otros rasgos de inmadurez como dependencia, egoísmo, vanidad, inestabilidad emocional, intolerancia a frustraciones y la alta sugestionabilidad ya mencionada.

 

Estas características obligan a ser muy cuidadoso en caso de tener que aplicar la inducción hipnótica a una histérica, pues no se deben emplear los métodos de inducción sin la presencia de una enfermera para evitar posibles acusaciones de intento de violación o de insinuaciones sexuales, producto de la imaginación fantasiosa de este tipo de paciente que acostumbra a traer dificultades al terapeuta, pues al principio es muy positivo el rapport que se establece con el hipnotizador, pero cuando éste no secunda las imaginaciones eróticas del sujeto, las mismas se transforman en sentimientos de odio y de venganza.

 

Esta recomendación es válida también para los neuróticos histéricos, tanto los que presentan disociaciones como los que manifiestan síntomas de conversión.

 

Es importante señalar que muchas veces la ganancia secundaria que les establece a los histéricos el síntoma de conversión hace que continúen con él después del tratamiento, a pesar de haberse eliminado por la hipnosis, pero entonces fingen conscientemente para no perder el control de la ganancia mencionada. Otras veces se encargan de manifestar libremente que todo lo que hacían era mentira, que lo hacían voluntariamente para engañar al terapeuta, que no estaban hipnotizados.

 

OTRAS CAUSAS.

 

Se deben tomar precauciones cuando se vayan a utilizar las técnicas hipnóticas en los siguientes casos:

 

Oposición del paciente. Cuando el sujeto está completamente en contra de la aplicación de la hipnosis, no se debe aplicar ésta y mucho menos si se encuentran presentes otras personas. Es muy importante establecer un buen rapport con el sujeto y posteriormente obtener su consentimiento para aplicarle la inducción hipnótica. Resulta necesario y recomendable no utilizar la palabra hipnosis, sobre todo en aquellos pacientes que no tienen por qué conocer el término, pero sí es importante explicarles en qué consiste el tratamiento.

 

Menores. No se deben aplicar técnicas hipnóticas a menores sin el previo consentimiento de sus padres o tutores. Es conveniente preparar a los familiares con vistas a que los mismos cooperen en el tratamiento; si es necesario, se les puede dejar presenciar parte del mismo.

 

Exhibiciones. Nunca se deben realizar demostraciones o exhibiciones de fenómenos hipnóticos sin que estén justificadas con fines investigativos, terapéuticos o docentes, pues esto puede crear rechazo al método.

 

Ansiedad de espera. Cuando un sujeto se encuentra muy ansioso porque quiere que aparezca rápidamente el estado hipnótico, suele suceder lo contrario, pues la expectación y. la angustia forman un proceso de excitación, cortical. En estos casos lo primero que debe hacerse, es decirle: En el día de hoy no lo vamos a hipnotizar; sino que solamente vamos a provocar una relajación. Esto hace que se bloquee automáticamente la ansiedad de espera del sujeto y se rompa la ley del esfuerzo contraproducente (loi de l'effort convertí, según Baudovin).

 

Rapport hipnótico con otro terapeuta. Este punto ha sido muy discutido, pues algunos autores plantean que es difícil hipnotizar a una persona a la que le fue aplicada la inducción por otro hipnotizador. Esto está en dependencia de la experiencia del terapeuta, pues en realidad puede aprovecharse el hecho de que el sujeto se encuentre condicionado reflejamente a la inducción hipnótica, pero si el hipnotizador no cuenta con recursos y no está práctico, el paciente rápidamente se da cuenta de la falta de dominio de la técnica y se pierde la confianza por ambas partes.

 

Relaciones personales estrechas. Es sumamente difícil hipnotizar a una persona con la que se tienen relaciones personales estrechas, como amigos, familiares, íntimos sexuales; compañeros de trabajo o de la misma profesión, pues siempre existe la duda de si se les va a preguntar algo de su intimidad o si se les va a someter a alguna broma. Lo mejor, cuando exista un vínculo de esta clase, es remitir el caso a un colega.

 

Personalidades psicopáticas de tipo sociopático. Hay algunos tipos de personalidades psicopáticas que tienen ningún interés en curarse y esto trae como consecuencia que hagan todo lo contrario a lo que se les sugiere; es decir, existe una autosugestibilidad negativa.

 

En estos casos hay una forma de romper esta defensa consciente (no confundir con la defensa inconsciente del negativismo). Se le indica al sujeto que debe dejar los ojos bien abiertos; si los cierra se le dice que los deje cerrados, y así sucesivamente, cuanta acción voluntaria haga el sujeto se le retuerza como sugestión. Este procedimiento rompe el negativismo consciente y lleva al individuo al trance hipnótico. Pero en términos generales, estos sujetos son extraordinariamente difíciles para trabajar con ellos y los resultados son tan pobres que no merece la pena utilizar este recurso terapéutico (la hipnosis) con ellos, pues sus rasgos narcisistas hacen que si acaso son hipnotizados no vuelvan más a las sesiones.

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