Historia de la circuncision y su tendencia en las diferentes culturas de la humanidad
Autor: Dr. Julio C. Potenziani Bigelli | Publicado:  24/05/2010 | | |
Historia de la circuncision y su tendencia en las diferentes culturas de la humanidad .16

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Circuncisión (Método del Gomco Clamp)

Complicaciones de la circuncisión:

Las complicaciones de la circuncisión podrían ser potencialmente sangramiento, suturas mal colocadas, en la uretra, infección, balanopostitis adhesiva, meatitis, hipospadias y epispadias, linfedema, amputación peneana, necrosis, quistes de inclusión, estenosis meatal, cuerda, fistulas uretra-cutáneas, retención urinaria. Kaplan (1983) refería que la incidencia de complicaciones es desconocida se cree que podrían tener una incidencia del 1.5% al 5%.

Las complicaciones intraoperatorias son sangramiento (0.1% a 35%), remoción de insuficiente o excesivo tejido.

En el postoperatorio tenemos la formación de un puente de piel entre el tronco peneano y el glande. La incidencia de infección va del 0.4% al 10%. Retención urinaria por un vendaje muy apretado. Puede haber disuria, vacilación miccional. Meatitis que vá del 8% al 31% sobre todo cuando todavía usa pañales. La cuerda puede ser producida por la circuncisión, sobre todo si se hace en estados de inflamación de la piel prepucial. Quistes de inclusión en la línea de la circuncisión. Linfedema, fistulas por la pinza utilizada para el procedimiento (tipo la de Plastibell).

Necrosis por isquemia distal, por el uso de epinefrina, o el uso prolongado de torniquete, o por el uso de electrocauterio aplicado directamente al clamp de la circuncisión (Gomco). Hipospadias y epispadias pueden ser producidas por la circuncisión. Con el aditamento denominado Plastibell el anillo puede migrar y producir necrosis por presión. Impotencia se ha visto a continuación de circuncisión en adultos.

Trastornos psicosociales como comportamiento psicótico. Complicaciones anestésicas.

Restauración prepucial en la historia:

Según Linch (1993), Schultheiss (1997), Rubin (1980), mas de 2000 años de persecución judía han llevado al desarrollo de procedimientos alternativos quirúrgicos, para tratar de minimizar las consecuencias que la circuncisión le traía a quien la mostraba, teniendo como objetivo restaurar la piel eliminada y volver a recubrir el glande.

Por lo tanto la restauración prepucial como una medida de escape de la opresión del pueblo judío, la podemos ver en todas las épocas históricas, lo cual está citado en numerosas publicaciones, entre las que se cuenta el Antiguo Testamento (I Macabeos 1:14-15), por referirnos solo a una de ellas.

Brandes-McAninch (1999) referían que la práctica de los griegos de bañarse desnudos, así como de practicar deportes y gimnasia estando desnudos la adoptan también los romanos.

Tener el glande peneano al descubierto era socialmente inaceptable y de mal gusto, por lo cual para prevenir esto se hacia una infibulación que era la colocación de un instrumento que era como un alfiler-broche circular en el borde distal del prepucio para mantenerlo cerrado. (Rubin 1980)

Schneider (1976) refiere que en tiempos antiguos, sobre todo en sociedades helenizadas o en la Roma clásica, la práctica de la restauración prepucial era realizada más por “decoris causa”, por razones de apariencia y decoro, más que por razones de salud.

Schultheiss (1997) refiere que en el curso de la historia, la restauración del prepucio después de haber sido sometido a circuncisión fue común, relacionada básicamente a persecuciones políticas o religiosas del pueblo judío.

En la Biblia (I.Macabeos 1), se menciona la primera evidencia de tales persecuciones cuando bajo el reino de Antioco IV (168 d.c) asido a los ideales helenísticos en lo referente a juegos deportivos, desnudez o reglas en baños públicos hizo que en Judea se implementara la reversión de la circuncisión a través del “Pondos Judaeus“ para cubrir el glande o bien que el atleta o la persona que tuviera una circuncisión ocultara sus genitales. Iguales procedimientos se describieron en el Talmud durante el reinado de Adriano (132-135 d.c) y en Corintios 7:18 (mediados del siglo I d.c) hay referencias de la práctica de la des-circuncisión o restauración prepucial.

La persecución judía bajo el régimen nazista de Hitler a mediados del siglo XX, hacia que el hecho de estar circuncidado fuera un factor de vida o muerte, no haciendo ningún tipo de consideraciones si dicha circuncisión se había efectuado por razones religiosas o por razones medicas por fimosis adquiridas o congénitas. Levin (1976) menciona que durante la segunda guerra mundial e inclusive los 10 años antes cuando ya se preparaba en la mente de los nazistas “la limpieza étnica” hubo sin duda un resurgimiento de la restauración prepucial por parte sobretodo, del pueblo judío.

Bajo éste régimen de angustia vital y de persecuciones sin cuartel, se cometieron los mayores atropellos sin dejar a un lado a los médicos que hacían el procedimiento, quienes explotaban comercialmente a los judíos no lográndose muchas veces el objetivo y si en cambio, con resultados cosméticos y funcionales desastrosos.

En griego el procedimiento de “recubrir el glande” recibe el nombre de epispatikós.

Igualmente el pueblo romano lo llama recutitio. El famoso poeta romano Petronio (muerto en el 66 d.c) escribió en su poesía “La Cena de Trimalchio”, su saturae dice de un esclavo que tenía dos defectos, sin los cuales seria invalorable: el está des-circumciso y ronca (recutitus est et stertit).

Celso, médico romano (25 a.c-50 d.c) ideó dos procedimientos quirúrgicos que los describió en su libro De medicina libri octo. (Rubin 1980), (Potenziani 2005)

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