Complicaciones cronicas mas frecuentes en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2
Autor: Dra. Damaris Clara Rivero Hechavarria | Publicado:  21/10/2010 | Endocrinologia y Nutricion | |
Complicaciones cronicas mas frecuentes en pacientes con Diabetes Mellitus tipo 2 .2

Saliendo ya de la Edad Media, Paracelso (1493 - Theophrastus Bombastus von Hohenheim (Zurich)), En 1527 fue nombrado profesor de la Universidad de Basilea. Desterró las enseñanzas de Avicenas, Averroes y Galeno, dando fácil acceso a sus clases, que impartía en alemán -en vez de latín usado hasta entonces-. Abolió los polifármacos y simplificó los medicamentos con minerales y plantas. Fue el primero en asegurar que ciertos venenos, en pequeñas dosis, pueden convertirse en un buen medicamento. Creó la medicina moderna de los específicos, en oposición a la panacea universal, defendiendo su convencimiento de que cada enfermedad debe ser tratada con su conveniente medicamento Se cuenta que le irritaba la palabra incurable y que decía "jamás ha creado Dios ninguna enfermedad para la que, al mismo tiempo, no haya creado también la medicina apropiada y el remedio adecuado (2)

En su estudio de la diabetes, Paracelso afirmó que el riñón era inocente (al contrario de lo que Galeno dijo y era mayoritariamente aceptado) y que la diabetes se debía a una enfermedad de la sangre. Colocó la orina de un enfermo en un recipiente, la puso a hervir a fuego lento y comprobó que iba tomando consistencia de jarabe, dejando un polvo blanco en el recipiente una vez terminada la evaporación, sin probar este polvo y desconociendo su sabor creyó que era sal, justificando así la sed y abundante orina del enfermo. (1)

En 1679, Thomás Willis (1621-1725), médico inglés, humedeció su dedo en la orina de un paciente diabético, comprobando así su sabor dulce (esto ya lo había hecho, mil años antes, el mencionado Susruta); por otro lado, encontró otros pacientes cuya orina no tenía ningún sabor. Fue así como estableció dos tipos de Diabetes: una, que aqueja a un mayor número de pacientes, cuya orina es dulce, y le puso el apellido Mellitus (en latín mellitus significa miel) y otra sin azúcar, que denominó Diabetes Insípida.

J. Rollo (1740-1809) describe ampliamente la enfermedad y algunas de sus complicaciones, incluyendo la neuropatía (3)

Frank en 1752 diferenció definitivamente las diabetes mellitus de la diabetes insípida como dos enfermedades distintas, “la mellitus tiene azúcar mientras que la insípida no”. En la diabetes mellitus no tratada se orina mucho, pero en la insípida se orina mucho más, pudiéndose llegar a los 20 litros diarios

Mathew Dobson en 1775 descubrió que el sabor dulce era por la presencia de azúcar en la orina, lo que le permitió desarrollar después métodos de análisis para medir esta presencia. (4)

En 1778, Thomas Cawley realizó la autopsia a un diabético y observó que tenía un páncreas atrófico y múltiples cálculos implantados en el tejido pancreático, esta es la primera referencia fundamentada que relaciona la Diabetes Mellitus y el páncreas. (1,2)

En Venezuela, el Dr. José M. Vargas escribe prolijamente la historia clínica del Sr. Mariano Ramos, estableciendo claramente un diagnóstico de Diabetes, el 5 de Mayo de 1829. (1)

El doctor Clude Bernard (1848) descubre que las féculas y azúcares que tomamos con nuestro alimento diario, se transforman en glucosa (azúcar), pasando al hígado donde se convierte en glucógeno que puede volver a cambiarse en glucosa. Este proceso es el que mantiene la concentración constante de azúcar en la sangre. (4)

Es por entonces, también, cuando el páncreas (glándula situada detrás del estómago, rodeada en un extremo por el intestino delgado) despierta el interés de algún médico. Hasta aquel momento sólo se le atribuía la función de segregar un jugo que, pasado al intestino, contribuye a la digestión de los alimentos. (5)

En el siglo XIX se hacen muchísimas disecciones de animales. En 1867, Paul Langerhans (1847-1888), patólogo y analista alemán, descubre en el páncreas de un mono unos islotes dispersos de células, con una estructura distinta de las células que producen los fermentos digestivos y cuya función es desconocida. Estos islotes fueron bautizados con su nombre, Langerhans.

Hasta 1889 no se supo la función de los referidos islotes, en que Joseph Von Mering y Oscar Minkowsky, fisiólogos de la Universidad de Estrasburgo, dieron a conocer su gran descubrimiento; habían extirpado totalmente el páncreas de un mono (con la intención de ver los efectos de la ausencia de los jugos pancreáticos en la digestión del animal) y observan como el animal se va hinchando, manifestando sed y frecuente emisión de orina.

Investigando esta orina, les llama la atención que atraía a una gran cantidad de moscas, se dan cuenta de que contiene azúcar.

Hecha esta misma operación, extirpación de páncreas, a distintos animales, los resultados eran iguales, por lo que llegan a la conclusión de que la extirpación del páncreas produce una diabetes de curso grave, que termina con el fallecimiento en pocas semanas. A partir de este punto, centran sus investigaciones en una sustancia que producen los islotes de Langerhans, indispensable para la regulación de los azúcares y que llamarán Insulina o Isletina, sin obtener resultados. (6)

En 1914, el doctor Allen, descubre, experimentando con perros, que el diabético empeora si come mucho y mejora cuando se le somete a ayuno casi total. Este descubrimiento genera un sinfín de tratamientos basados en dieta. Lo cierto es que los enfermos seguían muriendo sin solución. (6)

El momento más determinante y recordado de la historia de la diabetes se sitúa en el año 1921, cuando los canadienses Frederick G. Bantin y Charles H. Best tuvieron la idea de ligar el conducto excretor pancreático de un mono, provocando la autodigestión de la glándula. Después, exprimiendo lo que quedaba de este páncreas obtuvieron un líquido que, inyectado en una cachorra diabética llamada “Marjorie”, consiguió reducir en dos horas su hiperglucemia: habían descubierto la insulina. Esta perrita sin páncreas sobrevivió durante varias semanas con la inyección del extracto de Banting y Best, hasta que tuvo que ser sacrificada al acabarse el extracto.

Estos dos investigadores ganaron el premio Nóbel de medicina en 1923 y renunciaron a todos los derechos que les correspondían por su descubrimiento, vendiéndola a la Universidad de Toronto por el precio simbólico de "un dólar". (7)

El primer ensayo en humanos fue realizado poco tiempo después. El 11 de enero de 1922, Leonard Thompson, diabético de 14 años y con sólo 29 kilos de peso, recibió la primera dosis de insulina que provocó una mejora espectacular en su estado general; el paciente murió 13 años después, como causa de una bronconeumonía, observándose en su autopsia avanzadas complicaciones diabéticas.

El uso de la insulina se fue extendiendo, aunque los métodos usados para su extracción eran muy costosos y la cantidad no era suficiente para toda la demanda. (6,7)

En España, el doctor Rossend Carrasco (1922), emprende la tarea de la obtención de la insulina a través de la extirpación del páncreas de los cerdos sacrificados en el matadero municipal de Barcelona. De esta forma, consiguen tratar a Francisco Pons, de 20 años, que fue el primer diabético en toda Europa tratado con insulina. Esta primera insulina obtenida de animales generaba peligrosas hipoglucemias y grandes reacciones locales, debido en gran medida a sus impurezas. Hasta 1923 no se extendió el uso de la insulina en Europa.

Surgió la cuestión de internacionalizar el nombre de la hormona del páncreas. Lilly le dio el nombre de Insulin, insulina en español, como se la conoce desde septiembre de 1923, abandonando todo el mundo el primitivo nombre de isletin. (7)

En 1935, H.C. Hagedorn produce la insulina de depósito.

Janbon y Loubatieres, descubren el poder hipoglicemiante de sulfamidas administradas por la vía oral, en 1942, y los trabajos de Augusto Loubatiéres en Montpellier, proporcionaron el paso definitivo para que los hipoglucemiantes orales se constituyeran en el otro de los grandes pilares del tratamiento de la diabetes, en este caso del tipo II.


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