Caracterizacion del control a la actividad docente como tipo de trabajo metodologico en el Programa Nacional de Formacion de Medicina Integral Comunitaria
Autor: MSc. Dra. Yamilka Eulalia Leiva Cubeñas | Publicado:  10/06/2011 | Formacion en Ciencias de la Salud , Articulos | |
Control actividad docente Programa Nacional de Formacion Medicina Integral Comunitaria .3

Los resultados de esta investigación permitirán analizar cómo se desarrolla el control a la actividad docente en el programa formativo de referencia, posibilitará conocer el desempeño en la docencia directa de los profesores del Programa Nacional de Formación de Medicina Integral Comunitaria (PNFMIC) y las dificultades en el mismo, por lo que contar, con la referida caracterización, establecida sobre base científica, facilitará el diseño de acciones dirigidas a perfeccionar el trabajo docente metodológico en esta modalidad con el objetivo final mejorar del proceso docente en el contexto del Programa.

La novedad de este trabajo radica en que por primera vez se realiza un trabajo científicamente fundamentado acerca de las características del control a la actividad docente como tipo de trabajo docente metodológico en el marco del Programa Nacional de Formación de Medicina Integral Comunitaria en el Área de Salud Integral Comunitaria (ASIC) contexto del estudio.

Marco teórico:

El propósito esencial de la enseñanza es la transmisión de información mediante la comunicación directa y soportada en medios auxiliares. Como resultado de su acción, debe quedar una huella en el individuo, un reflejo de la realidad objetiva, del mundo circundante que, en forma de conocimientos, habilidades y capacidades, le permitan enfrentarse a situaciones nuevas con una actitud creadora, adaptativa y de apropiación. (34)

Un conjunto de acontecimientos sientan las bases para lo que es sin dudas un nuevo paradigma de la educación médica en el siglo XXI, los expertos en educación médica sugieren diversas recomendaciones para mejorar la calidad de la enseñanza médica y adaptarla a la cambiante situación global. (35)

El congreso de Alma Atá en 1978, (9) centra sus intereses en la educación para la atención primaria de salud y genera pautas para que la OMS desarrollara en 1981 la estrategia “Salud para todos en el año 2000", lo que ha influido de forma notable en el desarrollo de los currículos, orientados a la comunidad y al surgimiento de nuevas áreas de enseñanza, tales como educación y promoción de salud, la epidemiología social, la demografía y las ciencias de la conducta.

En la década del 80 se produce la declaración de Edimburgo 1988 (12) en el contexto de la Conferencia Mundial sobre Educación Médica, que orientó la formación de recursos humanos en salud en el sentido de la producción de médicos que promuevan la salud de toda la población.

En la Cumbre Mundial de Educación Médica de Edimburgo 1993 (14) se abordan como ejes temáticos:

• El contexto mundial, desde el punto de vista político, económico, social, ético y los derechos de los pacientes.
• El cambio de la práctica médica hacia la priorización de la atención primaria, la prevención y la promoción de la salud.
• El crecimiento del conocimiento y los avances tecnológicos.

Finalmente, en 1995 la UNESCO elabora un documento sobre política para el cambio y el desarrollo en la educación superior que es objeto de análisis y debate en diversos foros internacionales, lo que ha originado reflexiones y planes de acción que de alguna forma impactan también la educación médica. (36)

En la universidad médica, la necesidad consiste en la formación de profesionales con una dimensión integral, capaces de realizar labores de promoción de salud, prevención de enfermedades, curación y rehabilitación, considerando al individuo en su concepción biopsicosocial y con las convicciones y principios de la sociedad socialista. (36)

El proceso de formación de profesionales en la actualidad exige una conducción docente que considere como requisito esencial el carácter contextualizado del mismo, su enfoque sistémico y dinámico, valorando como componente curricular rector, a los problemas profesionales que deben ser resueltos por el futuro egresado. Esta realidad impone un reto a la dirección del Proceso Enseñanza Aprendizaje (PEA) y por lo tanto un reto para los actores principales; profesores y estudiantes, ya que la asimilación de los contenidos en el que aprende, debe tener lugar en el marco de desarrollo de las competencias necesarias y suficientes que permitan el desempeño esperado en la solución de los problemas que afrontará en su práctica profesional. (11, 37)

La figura del profesor es vital para que los demás elementos del proceso funcionen adecuadamente gracias a la función que debe desarrollar como guía y mediador. El profesor es el representante de las aspiraciones sociales, pero los que van a ser objeto de transformación son los estudiantes y esto es un proceso no solo consciente sino motivado. El papel de los docentes en la dirección del proceso docente-educativo es en las instancias de orden mayor, las que tienen un carácter estratégico y se corresponde a sistemas más complejos. (22)

En los desafíos que se ciernen sobre las universidades en el mundo actual, el papel que le corresponde en la transformación de la educación superior, la excelencia y calidad académicas constituyen elementos claves y controversiales en la educación superior. Uno de los retos que se han planteado en muchos países en los últimos años representa la calidad de la formación y superación de los recursos humanos. (16)

Resulta una exigencia social de primer orden, en relación con los procesos formativos, valorar una capacitación pedagógica del claustro profesoral pensada en términos de las competencias docentes que tienen que caracterizar al profesor para el desempeño de una docencia comprometida con el modelo profesional en salud que la sociedad actual exige, de forma tal que la gestión profesoral de respuesta a este reclamo social, que se sustenta en el hecho de contar con recursos humanos de salud que tengan los niveles requeridos de competencia y desempeño profesional que les permita resolver con profundidad, creatividad, independiente e integralmente los problemas de salud que se presenten en el individuo, la familia y la comunidad. (38)

A juicio de la autora, en el ámbito de la formación de los profesionales de la salud, se necesita que los profesores además de ser profesionales competentes sean capaces de ser profesores con competencias docentes.

Las competencias se revelan sólo en la actividad y además sólo en aquella actividad que no puede realizarse exitosamente sin su presencia, esta idea expresa la interrelación de la competencia y el desempeño como expresión externa del proceso de integración cognitiva- afectiva en la solución de problemas. (38)

El profesor debe caracterizarse por poseer competencias docentes, que favorezcan un desempeño exitoso en la dirección del proceso enseñanza- aprendizaje. (38)

Competencias docentes básicas:

Aquellas que no pueden dejar de caracterizar al profesor en la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje y de las que no hay duda de su pertinencia.

a) Competencia Académica (dominio de los contenidos propios de su asignatura)

b) Competencia Didáctica. Manejo de los componentes personales y no personales de proceso enseñanza-aprendizaje. Tratamiento sistémico de las categorías; objetivo, contenido, método, medios, formas de enseñanza y la evaluación como importante control de este sistema. Compresión de este proceso en su dimensión humana, valorándolo como un proceso bidireccional (relación alumno-profesor).

c) Competencia Organizativa. Se refiere al dominio de todo lo relacionado con la planificación, organización, ejecución y control de las acciones pedagógicas y didácticas involucradas en la formación del que aprende.

No obstante, los tiempos actuales exigen que la labor del profesor se caracterice por niveles de competencia y desempeño en correspondencia con las múltiples situaciones propias de la gestión docente, por ello, se coincide con el criterio de Perrenoud, (39) el cual considera en que las competencias básicas, se enriquecen con la formación y desarrollo de otras tales como:

- Organizar y dirigir situaciones de aprendizaje.
- Dirigir la progresión del aprendizaje.
- Involucrar a los alumnos en su aprendizaje y en su trabajo.
- Trabajar en equipo.
- Utilizar nuevas tecnologías de Información y de comunicación.
- Enfrentar los problemas éticos de la profesión.
- Administrar su propia formación continua.
- Utilizar una comunicación efectiva.

La autora de este estudio considera que la formación y desarrollo de un sistema de competencias docentes en los profesores de la educación médica, es una necesidad de estos tiempos si se aspira a una gestión formativa a partir de las posiciones didácticas actuales, que asuman la dirección de un aprendizaje productivo y problematizador.

Toda actividad exige la presencia de un número variado de competencias, para ser realizada con calidad. La competencia ha sido definida como un conjunto de conocimientos, saber hacer, habilidades y aptitudes que permiten a los profesionales desempeñar y desarrollar roles de trabajo en los niveles requeridos para el empleo. Hablar de las competencias que un docente debe desarrollar es un tema novedoso, sin embargo, caracterizarlas nos ayuda a orientar nuestra función hacia la formación integral del alumnado y al logro de la calidad en la educación. (40)


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