La Psicologia de la Palabra y su relacion con el lenguaje
Autor: Dra. Arianna Ponce Figueroa | Publicado:  9/03/2012 | Psicologia , Otras Especialidades , Articulos | |
La Psicologia de la Palabra y su relacion con el lenguaje .9

En los estados patológicos del cerebro, esta selectividad de los enlaces verbales se altera y es reemplazada por la emergencia igualmente probable de cualquier enlace, lo cual dificulta mucho el curso selectivo de las operaciones verbales. La base fisiológica de la selectividad de los enlaces verbales es, por lo visto, la “ley de fuerza”, de acuerdo con la cual, en el sistema verbal, dominan las huellas que constituyen la base semántica conceptual y no la base sonora de las palabras. Al mismo tiempo, los enlaces sonoros y situacionales se encuentran inhibidos. En estados patológicos especiales de la corteza (fásicos), la “ley de fuerza” está alterada: todos los estímulos verbales se igualan y emergen con igual probabilidad o, incluso, los estímulos antes inhibidos comienzan a predominar. Este estado fásico puede ser general (estados de semi-sueño) o regional (patologías locales del cerebro) y, entonces, la alteración de la selectividad de las huellas puede manifestarse sólo en una determinada área. (32)

El estudio de los enlaces semánticos que son característicos de los estados cerebrales normales y patológicos tiene una importancia decisiva tanto para la psicología como la lingüística.

2. El lenguaje y el pensamiento discursivo

Como ya hemos dicho en capítulos anteriores, el lenguaje es el instrumento más importante en la formación de estructuras cognoscitivas y en la organización de la conciencia del hombre.

Destacamos el papel de la palabra como elemento fundamental en la formación de la conciencia, ya que permite el paso del conocimiento sensorial al racional. Igualmente, analizamos la estructura de los campos semánticos. Sin embargo, no hemos hecho referencia al hecho de que le lenguaje y sus estructuras lógicas gramaticales sirven de vehículo para sacar conclusiones sobre la base de razonamientos lógicos, sin necesidad de regresar, cada vez, a la experiencia sensorial inmediata; es decir, el lenguaje le permite al hombre realizar la operación deductiva utilizando los medios de que dispone el propio lenguaje y es esta propiedad la que da lugar al pensamiento discursivo. (33)

En el lenguaje, el hombre encuentra los medios que le permiten abstraer, generalizar y formular ideas, y esta posibilidad de combinar lógicamente enunciados verbales es la base del pensamiento lógico.

La unidad básica del pensamiento es el silogismo, cuya primera premisa es un juicio general determinado y la segunda indica que el objeto del cual se habla pertenece a la categoría formulada en la primera premisa; en consecuencia, de la combinación de los dos juicios surge la conclusión que conlleva a una ley y esa ley es, por tanto, extensiva a todos los objetos que pertenecen a esa categoría.

El silogismo, entonces, como aparato del pensamiento lógico, permite sacar conclusiones a partir de un sistema de enlaces lógicos. Así, un sujeto con cierto desarrollo intelectual, que tenga a su haber las dos premisas, está en capacidad de sacar la conclusión, sin necesidad de tener la experiencia concreta de esa parte de la realidad, sino teniendo en cuenta solamente el sistema lógico dentro del cual las premisas se mueven.

“El pensamiento lógico del hombre posee múltiples códigos que le permiten obtener nuevos conocimientos a partir del sistema lógico verbal, sin necesidad de llevar a cabo procesos empíricos”. (34)

El niño entre los 3 y 4 años emite juicios a partir de la experiencia inmediata, proceso que fue denominado por Piaget ‘operación de traducción”. No se han formado en él ni los procesos inductivos – no es capaz de llegar a leyes generales a partir de hechos particulares – ni los deductivos – no puede extraer conclusiones particulares de una proposición general. El niño de esta edad concibe las dos premisas del silogismo como dos proposiciones aisladas.

Posteriormente, entre los 7 y 10 años, ya que es posible tener operaciones lógicas, pero sólo en presencia de la experiencia inmediata; sólo de los 11 en adelante se pueden dar las operaciones lógico-verbales. Sin embargo, parece ser una constante que los sujetos saquen conclusiones generales sólo de la realidad que conocen. (15,35)

2.1. Comprensión de los componentes de la enunciación.

El análisis psicológico de la “comprensión” de la enunciación, de acuerdo con Luria, comienza con la percepción del lenguaje externo desplegado, pasa luego a la comprensión del significado general de la enunciación y, luego, a la comprensión del subtexto de esta elocución. (10)

Es claro que para la comprensión del sentido de la comunicación verbal no es suficiente con tener un léxico estable y amplio, es decir, comprender el significado de cada palabra y dominar suficientemente las reglas gramaticales por las cuales estas palabras se unen a otras.

Lingüistas como Fillmore (1972), McCwaley (1972) y otros señalan que el proceso de comprensión tiene un carácter completamente diferente: comienza con la búsqueda del sentido general de la elocución, que constituye el contenido de esta actividad psíquica y que sólo después se desplaza al nivel léxico-fonemático (establecimiento del significado de palabras aisladas) y al nivel sintáctico (desciframiento del significado de frases aisladas). Estos autores mostraron que el proceso de comprensión de la comunicación (por ejemplo, un texto determinado) tiene un carácter complejo y que para comprenderlo, son necesarios distintos procesos, algunos de los cuales están ligados a la percepción del significado de las palabras y otros a la decodificación de las reglas sintácticas de su combinación. (19)

Ya en las primeras etapas de la percepción de la comunicación surgen suposiciones sobre el sentido de la comunicación; de ahí que sea central la búsqueda del sentido para el proceso de la comprensión. Por lo tanto, el que escucha o el lector nunca se proponen comprender palabras aisladas o frases separadas, ya que estos dos procesos se desempeñan como operaciones subordinadas, salvo en los casos en los cuales se convierten en acciones de las cuales se toma conciencia, por ejemplo, en la percepción de la información cifrada en una lengua extranjera que no se denomina muy bien. Una segunda condición indispensable para la comprensión de la comunicación verbal es el conocimiento de las estructuras semánticas o sintácticas profundas, que están en la base de cada componente de la elocución y que expresan determinados sistemas emocionales o lógicos de relaciones.

Como vimos anteriormente, esta condición se hace evidente en aquellos casos en que las estructuras sintácticas profundas se divorcian de las superficiales; de ahí que el paso esencial para la comprensión de estas estructuras sea su transformación en construcciones más sencillas y accesibles a la comprensión inmediata.

Muchos autores sostienen que la comprensión completa de cada parte de la comunicación sólo se logra con la ayuda del paso de las estructuras gramaticales superficiales a las estructuras semánticas profundas que están en la base de ellas. (5,19)

Luria, por su parte, aclara que es insuficiente comprender el significado inmediato de la comunicación y que es indispensable diferenciar el “sentido interno” de la enunciación de su significado externo. Así pues, el sentido interno de la enunciación puede divergir de su significado externo y la tarea de una comprensión verdadera del sentido de la elocución o de su “subtexto” consiste, precisamente, en no limitarse a descubrir el significado externo de la comunicación sino en pasar al subtexto profundo, en pasar del significado al sentido y luego al motivo que está en la base de esta comunicación. Esto es lo que determina que el texto pueda ser comprendido o “leído” con diferente profundidad; esta profundidad es la que diferencia a las personas y no la percepción del significado superficial. El análisis del paso del significado al sentido interno es uno de los capítulos más importantes de la psicología de los procesos cognoscitivos. (10)

Desde la textolingüística (Van Dijk, 1978), la comprensión de un texto está dada por el proceso en el cual el receptor identifica el sentido global del texto (macroestructura) y las intenciones comunicativas del hablante a través de una serie de operaciones o macro- reglas. De igual forma, el proceso de producción de un texto es la construcción discursiva coherente por parte del emisor, en el cual le da forma lingüística a una idea global, a un esquema conceptual y a una intención comunicativa. (19)

El proceso de comprensión y producción de textos es una interacción sociocultural de significados en la que intervienen por lo menos dos participantes, que son co-agentes: emisor y receptor, los cuales operan sobre un mismo referente de la realidad natural o social.

Un texto es coherente sólo si es también coherente en un nivel más global, y esta coherencia global se da en cuanto se le pueda asignar un tema o asunto al texto; en otras palabras, sólo si nos es posible construirle una macroestructura, puede decirse que es coherente globalmente. ¿Cuál es el papel que juegan las macroestructuras en la comprensión y producción de textos? Esto significa dar cuenta de cómo los entendemos, qué información del texto se almacena, cómo se organiza esa información en la memoria y cómo es recuperable. En primer lugar, como es el caso de las oraciones, las estructuras de superficie se usan sólo para organizar la información semántica. Casi toda la estructura superficial se almacena, por lo tanto, en la memoria a corto plazo y se olvida pronto, mientras que sólo la información semántica puede procesarse de tal modo que llegue a almacenarse en una memoria a largo plazo.


Revista Electronica de PortalesMedicos.com
INICIO - NOVEDADES - ÚLTIMO NÚMERO - ESPECIALIDADES - INFORMACIÓN AUTORES
© PortalesMedicos, S.L.
PortadaAcerca deAviso LegalPolítica de PrivacidadCookiesPublicidadContactar