¿Se utilizo de forma razonable Cefepime y Meropenem en el Hospital Calixto Garcia durante el 2006?
Autor: Dra. Ismary Alfonso Orta | Publicado:  28/01/2008 | Enfermedades Infecciosas , Farmacologia | |
Antibioticos. Uso razonable Cefepime y Meropenem en el Hospital “Calixto Garcia” durante el 2006.2

En países como Francia el gasto promedio por enfermo es de 1.800 a 3.600 dólares en sobreestadías que van de 7 a 15 días. En el conjunto de países desarrollados el total de los gastos ascienden entre 5 y 10 mil millones de dólares. En Cuba por concepto de infecciones hospitalarias se erogan más de 3 millones de pesos al año. Más importante aún son los costos en vidas humanas cobradas por las infecciones nosocomiales. Si se estima que la infección es la causa de muerte en 1 a 3% de los pacientes ingresados, se tendrán cifras tan impresionantes como las reportadas en Estados Unidos de 25 a 100 mil muertes anuales (9).

 

Las infecciones respiratorias por neumococos son una de las infecciones más comunes; ya en 1960 empezaron a aparecer cepas resistentes a penicilina. En 1980 tanto España como Hungría y Sud-África dieron señales de alarma, pues en más del 50% de los casos las cepas eran resistentes. Así fue como en Hungría los pediatras decidieron evitar su administración. Entre 1983 y 1992 se observó que las resistencias a antimicrobianos (AB) en las infecciones por Streptococcus pneumoniae bajaron del 50% al 34%. Este resultado indica que es posible revertir la situación, pues las cepas portadoras de resistencias utilizan parte de su energía al mantenimiento de dichas funciones, con lo cual su tasa de división es menor. En ausencia del antibiótico se ven favorecidas aquellas que no mantienen esta propiedad, las capaces de crecer más rápidamente, o sea, las cepas sensibles al antibiótico (10,11).

 

La aparición de cepas patógenas resistentes a antibióticos es proporcional al uso de estos: entre 1980-1990 se utilizaron cerca de cuatro toneladas de gentamicina y resultó que cerca del 4% de las bacterias patógenas se volvieron resistentes. En ese mismo periodo se administró cerca de 100 toneladas de ampicilina y ahora el 70% de las infecciones perdieron su sensibilidad a dicho antibiótico (12). Los animales de uso en nuestra alimentación han sido sospechosos de constituir una fuente importante de bacterias resistentes. Se les administran antibióticos tanto para el engorde (pollos, vacunos etc.…) como para evitar que contraigan infecciones, con lo cual estos animales-alimento se convierten en portadores de bacterias resistentes a antibióticos. Es así como se han podido detectar patrones plasmídicos con antibióticos Resistentes en cepas aisladas de estos animales, cuyo perfil es muy semejante al que se encuentra en los humanos que los comieron.

 

El abuso de antimicrobianos en los hospitales como medida de profilaxis en las operaciones quirúrgicas está incrementando la resistencia antimicrobiana sin realmente beneficiar en muchos casos al paciente. Se siguen recetando las tetraciclinas para combatir infecciones que podrían ser tratadas más eficientemente con otros antibióticos menos tóxicos, y con un espectro más limitado (13). Muchas personas se automedican antibióticos. No es aconsejable dispensar antibióticos sin receta médica. Los tratamientos incompletos, donde el paciente abandona al antibiótico implican que se seleccionen ahora patógenos resistentes. Y solo hay que esperar que se multipliquen suficientemente para provocar los trastornos iniciales y de vuelta…

 

En general el tratamiento con potentes y, a veces, modernos antibióticos, como: cefalosporinas de tercera generación, quinolonas, aminoglucósidos, ureidopenicilinas, carbapenémicos entre otros, es altamente costoso y debe ser utilizado en pacientes gravemente enfermos. Los antimicrobianos de desarrollo reciente no siempre son los más efectivos. Ejemplo de ello es la mayor potencia farmacológica de las penicilinas naturales frente a Streptococcus pneumoniae (sensible a penicilina), en comparación con las carboxipenicilinas y ureidopenicilinas; las cefalosporinas de primera generación también poseen una mayor potencia antimicrobiana frente a Stafilococcus aureus en comparación a las cefalosporinas de tercera generación (15,16).

 

Conociendo el gran papel causal que juega el sobreuso o uso irracional de los antibióticos en el fenómeno de resistencia bacteriana a los fármacos antimicrobianos, nos dimos a la tarea de emprender la presente investigación, en la que se pretendió contestar la interrogante  siguiente: ¿Son utilizados de forma racional los antimicrobianos Cefepime y Meropenem en el Hospital Universitario “Calixto García Iñiguez”?

 

 

Marco teórico

 

Al revisar la literatura, es impresionante la magnitud a la cual se ha expandido el arsenal de antibióticos en los últimos años. Desde que el término antibiótico (ATB) fuera propuesto hace más de 50 años por Waksman, descubridor de la estreptomicina, basado en el concepto de "antibiosis" de Vuillemin (1889) para describir cómo sustancias producidas por algunos seres vivos tenían efectos deletéreos sobre otros organismos; ahora contamos con más de 15 derivados de la penicilina, y más de 15 derivados de las cefalosporinas para escoger. Como contraparte, el espectro de microorganismos ha ido no sólo ampliándose, sino que también, han ido variando sus patrones de resistencia.

 

El origen de la palabra antibiótico es griego: anti significa contra, y bios, vida. Los antibacterianos son sustancias naturales, semisintéticas o sintéticas, que a concentraciones bajas, inhiben el crecimiento o provocan la muerte de las bacterias. Pero popularmente se les conoce a todos como antibióticos, aunque en realidad, estos son únicamente las sustancias producidas de forma natural por algunos microorganismos (11).

 

El resultado global es que los antibióticos constituyen actualmente los agentes terapéuticos más empleados en todo el ámbito de la medicina, por ejemplo, se estima que un 25 - 60% de pacientes hospitalizados reciben uno o más antibióticos. La presión de la industria farmacéutica, la manera como los médicos reciben información sobre nuevas drogas, la enseñanza sobre su uso en la Universidad, la confianza mucha veces ciega de que la última droga y la más cara es la mejor, y la falta de interés por los médicos en los costos de salud; han condicionado que el mal uso de antibióticos se constituya en un problema real e importante. Como resultado, se estima que alrededor del 50% de pacientes hospitalizados reciben tratamiento antibiótico inapropiado (i.e. no requieren antibiótico, no reciben la droga más efectiva y barata, ó el antibiótico se usa un tiempo mayor al indicado). Las implicancias económicas para los sistemas de salud son impresionantes: $ 18 mil millones de dólares en 1990 en Estados Unidos de América.

 

En países donde no existe venta restringida de antibióticos, el uso incontrolado de éstos es responsable de la existencia de cepas resistentes de microorganismos en la población general. Actualmente varios de los microorganismos causales de las infecciones más frecuentes en la comunidad, incluyendo Streptococcus pneumoniae, S. pyogenes, Haemophilus influenzae, Moraxella catarrhalis y Escherichia coli y la mayoría de microorganismos aislados en infecciones intrahospitalarias como Staphylococcus y los bacilos gramnegativos no fermentadores, han adquirido resistencia frente a uno o varios de los antimicrobianos habitualmente incluidos en los tratamientos de elección. La preocupación por las dificultades que puede plantear el tratamiento de estas infecciones, ha propiciado el desarrollo de estudios encaminados a identificar las situaciones de mayor consumo o de consumo posiblemente incorrecto de antimicrobianos. Se han reconocido dos áreas potencialmente corregibles, el masivo empleo de antimicrobianos en la ganadería y la prescripción inadecuada en el curso de infecciones víricas, especialmente en la población infantil y realizada más a menudo por médicos no pediatras (12).

En los hospitales, el uso innecesario o el sobreuso de antimicrobianos favorecen la selección y proliferación de cepas resistentes y su diseminación. Una vez seleccionadas, las cepas resistentes son favorecidas por el uso de antibióticos y diseminadas a través de infecciones cruzadas. Cuando la resistencia está codificada en plasmidios transmisibles, puede también esta diseminarse entre distintas especies bacterianas. No existe la menor duda respecto al hecho de que el empleo de los antimicrobianos conlleva la aparición y posterior propagación de bacterias resistentes.

Otras partes de este trabajo
Este trabajo consta de distintas partes. A continuación se listan todas:
  1. ¿Se utilizo de forma razonable Cefepime y Meropenem en el Hospital Calixto Garcia durante el 2006?
  2. ¿Se utilizo de forma razonable Cefepime y Meropenem en el Hospital Calixto Garcia durante el 2006? Parte 2

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