Querido amigo,
Al leer tus experiencias se me subieron un poco los ánimos, en el intento de ver algunas soluciones para dolencias similares, pero... al llegar a la última frase... me has dejado arrastrado por los suelos... decir "cuando llegamos a este estado deberiamos de convertirnos en seres espirituales" me ha desmotivado y me dejó hecho una piltrafa. Te entiendo, claro, te comprendo, por supuesto, pero no quiero creer eso. Y no es que no tengas razón, pero quiero creer que se puede hacer algo y no resignarse a ello. Realmente no tengo idea como hacerlo, pero quiero creer que se puede hacer de alguna manera, y si es necesario, irme de mi casa, pero no quiero resignarme a esa alternativa ahora, no soy un pendex, pero tendré 50 en unos meses y tampoco me considero un "viejo". Me gustaría hacer algo, y me gustaría tener la fortaleza de hacerlo una vez decidido. Mucho he estado pensando estas semanas y hay una idea que no me deja de volver a la cabeza, por más que la eche cada dos por tres: es probable que si no me gusta mi mujer porque está gorda, es porque no me gusta. Es decir, si realmente me gustase, me gustaría de cualquier forma/s. Y esta idea me da un poco de miedo, pensar que la gordura es un pretexto para decir que no me gusta mientras que en el fondo no me gusta porque ya no la amo. Pensar esto me revuelve, me genera luchas internas, nunca había pensado antes que no estaba enamorado de mi mujer. Nunca lo había pensado porque como con este aspecto/peso/autoestima nadie me mira, no sufro de tentaciones por parte de otras mujeres y nunca tuve la necesidad de pensarlo antes, esto vino de una noche tomando unos vinos, solo.
Últimamente recuerdo bastante a menudo lo que me dijo un gran amigo que volvió luego de muchos años con la novia de la secundaria; una vez le pregunté cómo estaba ella, más flaca, más gorda, y él me respondió: "que va, está más gorda que un tonel, aún más que yo, pero como a mí siempre me gustó, me calienta siempre, así esté flaca o gorda, me la pone dura esté como esté, me da igual". Y esto me dió mucho que pensar cuando lo recordé después de muchos años.
Y ahora me toca la parte más difícil: mi mujer, no me gusta porque está gorda o no me gusta porque no la quiero.
Y es así como no puedo dormir hace varios días/semanas. Espero mis pensamientos te sirvan para algo y espero poder recibir algunos tuyos que den esperanzas a los míos.
Un saludo,
LEO.