Estimados (y estimadas). Me alivia saber que esto es bastante más común de lo que pensaba, y quiero compartir mi manera de encarar el problema que me está dando buenos resultados. Empiezo por resumir mi caso: 35 años, en pareja con la misma mujer desde hace 15. No estuve jamás con otra ni ella con otro (que yo sepa). Nos amamos, pero fuimos siempre muy "amistosos"a la hora del sexo y fue perdiendo emoción. Hace unos 5 o 6 años atrás empecé a tener problemas de erección por primera vez y falta de deseo... llegamos a un punto en el que se nos hacía realmente difícil y ella llegó a pensar que yo era gay. Por mi lado, no entendía porqué me ponía duro con cualquier estímulo visual o exterior pero no con mi mujer a quien Amo. No digo que hay una solución mágica pero sí una serie de reglas que recomiendo AMPLIAMENTE y que me animo a decir están salvando el matrimonio.

1- HABLENLO CON ELLA!. Digan lo que les gusta y lo que no. y Escuchen lo que ella diga de ustedes. Para ella fue un alivio saber que me la bajaba el estrés o el miedo a decepcionarla o incluso el aburrimiento. Le dije que deseaba que ella sea más guarra, más putita en la cama y que pierda la vergüenza. Ella se animó a decirme que quería que yo fuera menos "caballero" y un poquito más animal. Que le diga cosas... Pues bien... eso fue cambiando las cosas y mejoró muchísimo nuestra intimidad. Es un trabajo de A DOS pero si sienten que ella no la rema, no lo usen de pretexto y empiecen a cambiar ustedes. Su mujer se los va a retribuir.

2- NO SE MASTURBEN CON PORNO. Lo digo como gran e histórico consumidor de pornografía. No digo que no vean cada tanto, porque es imposible y hasta diría que está bien para volar con la imaginación. Pero no gasten valioso líbido en descargar con eso. El pene se vuelve "perezoso" porque el estímulo es muy poderoso y además nos conocemos demasiado bien. Hay que re-enseñarle al cuerpo a responder al estímulo de otra persona. Cuanto más y mejor sexo tengan con su pareja irán construyendo una librería mental de buenos recuerdos y no hay órgano sexual más poderoso que la propia mente. En mi caso esto es tan así que cuando tengo buenos encontronazos con mi mujer, al día siguiente quizás quedo aún más caliente y tengo que contenerme de volver al porno porque si lo hago, el líbido con ella retrocede un casillero.

3- VAYAN MÁS ALLÁ DEL COITO La penetración no es la única manera de intimidad. Esto parece de sexóloga barata pero les juro que es fundamental como hombre sacarse el chip de "si no se la meto estoy fallando". A la mierda con eso. Con mi mujer, para salir del pozo en el que estábamos decidimos poner "un día fijo" por semana que podía ser cualquiera donde debíamos tener sexo sin penetración. Como un juego... ni qué decir que 7 de cada 10 "días sin penetración" terminábamos cogiendo como conejos. Lógica pura... empezábamos relajados, y solo nos concentrábamos en besarnos, acariciarnos y pasarla bien... y si no hay erección, no pasa nada porque no era el objetivo. A la siguiente estaba duro como un tronco.

4- SEAN EGOISTAS. Cómo? sí, eso. Sáquense la idea de "cumplir"o de "satisfacer a mi mujer" o de "ser un buen marido". Toda esa basura es la que mata la intimidad. Hagan el ejercicio de despojarse de las obligaciones morales en la cama. Véanla como a un pedazo de carne hambriento de sexo. Siéntanse orgullosos de tener como único interés el llenarlas con su semilla, casi de marcarlas como su propiedad. Úsenlas y disfrútenlo haciéndolo. Es 1000 veces mejor tener esa actitud con tu mujer que terminar haciéndolo con una prostituta por ahí. El resultado es siempre bueno... cuando nosotros lo pasamos bien, 9 de cada 10 veces ellas lo pasan bien. Dejen las boludeces teóricas del punto g para las revistas. Por lo pronto salven su matrimonio.

Son mis humildes consejos. Mucha suerte!