En mi caso, lo tengo desde hace muchos años, pero no todos los inviernos. Como todos sabemos, sucede al calentarse nuestro cuerpo en épocas de frío. Pero a mí me pasa cuando, además, mi nivel de actividad física ha bajado. Si he estado haciendo deporte todo el año y en invierno sigo con la rutina, sudando con frecuencia, no me dan los picores. Cuando me pica es como si los poros de la piel llevasen demasiado tiempo inactivos.