El coronavirus soporta más de 70 grados centígrados.

Y desde luego es capaz de soportar los ácidos gástricos del estomago y pasar a los intestinos, ya que el COVID-19 se ha detectado en las heces.

El COVID-19 es similar a otro coronavirus, la hepatitis C.

Existe la posibilidad de que el COVID-19 se transmita célula a célula, y dicha diseminación célula a célula puede permitir que el COVID-19 evite los fluidos extracelulares, negando así el acceso de los anticuerpos neutralizantes a las partículas virales.

Con lo que una vacuna no sería eficaz contra el COVID-19.

La gran diferencia entre el COVID-19 y la gripe o resfriado es la evolución del moco, en el COVID-19 la secreción mucosa es siempre transparente y poco densa, mientras que en el resfriado o la gripe primero es transparente y más tarde pasa a color amarillo y después a verde, haciéndose cada vez más densa y pegajosa.

Esto que parece una tontería no es más que la respuesta del sistema inmune a las infecciones respiratorias normales, con esto se demuestra que apenas se produce respuesta inmune en el caso del COVID-19, o por lo menos la respuesta es solo primaria, y se produce una respuesta inflamatoria por la muerte celular como pasaría con un golpe o hematoma, no por la respuesta inmune al virus.

Se ha detectado al COVID-19 en el hígado, el corazón, los riñones e incluso el cerebro.

Es posible que muchas personas que han pasado el COVID-19 y hayan dado negativo, tengan el virus dentro de sus hígados y dentro de unos meses o años mueran de cirrosis, infarto o fallo renal agudo.

Incluso los niños podrían estar en peligro, por que el PH de las vías respiratorias de los niños les protege contra la infección del COVID-19 de las vías respiratorias, pero el COVID-19 puede pasar al torrente sanguíneo a través del intestino y llegar a todos los órganos y sobretodo alojarse dentro del hígado de forma asintomática.

Mucha gente que ha pasado el COVID-19 apenas puede caminar, sus fuerzas se han visto muy menguadas, y esto es señal de graves daños en los órganos.

Repito, la limonada con bicarbonato de sodio, se transforma en citrato de sodio y burbujas de CO2 y tras unas horas en la sangre pasa de nuevo a bicarbonato dentro del hígado, la limonada con bicarbonato sigue teniendo ácido cítrico que en el caso del medicamento es necesario para estabilizar al citrato de sodio, la limonada pasa por la garganta al beber y neutraliza el COVID-19 en el esófago y la laringe, atraviesa el estomago y pasa al intestino delgado donde es absorbida, y el COVID-19 del intestino también es neutralizado, ya en la sangre la limonada con bicarbonato alcaliniza la sangre neutralizando al COVID-19 en todos los órganos por los que va pasando hasta que llega al hígado y allí se transforma en bicarbonato, pero al entrar en contacto con el ácido cítrico se vuelve a transformar en citrato de sodio y así durante bastante tiempo.

Antes pensaba que el PH era lo mas importante con el COVID-19, pero el citrato de sodio tiene la cualidad de ser anticoagulante, y me hace pensar que esto es lo más importante, es decir el citrato de sodio impide que las proteínas de los coágulos se unan y por eso también puede impedir que se una el COVID-19 a las células.

El citrato de sodio es un medicamento contra la acidosis, y se usa como anticoagulante en las bolsas de sangre y de plasma, y también en los tubos de análisis.

En la ozonoterapia se está usando el citrato de sodio en las transfusiones de sangre, también se usa la heparina pero da mejor resultado el citrato de sodio.

Parece que solo el 3% de las personas infectadas han desarrollado anticuerpos, y esto es por que el COVID-19 pasa de célula a célula sin permitir una respuestas inmune correcta, de hecho nosotros los humanos ya tenemos anticuerpos genéricos contra los coronavirus.

Solo la suerte permite que un virus salga despedido justo al lado de un glóbulo blanco, y éste se lo trague para generar anticuerpos.

No quiero ser alarmista, pero si esto es cierto estamos ante el fin del mundo al menos tal y como lo conocemos ahora.

Solo hay una posibilidad, y es que el mismo virus mute y deje de ser eficiente en infectar células humanas, pero de momento esto no se ha confirmado, es más parece que el COVID-19 muta muy poco.