Caracterizacion de la ulcera gastroduodenal
Autor: Dra. Elena Díaz Robledo | Publicado:  31/08/2009 | Gastroenterologia | |
Caracterizacion de la ulcera gastroduodenal.2

Como no se conoce la incidencia exacta de la úlcera gastroduodenal en nuestro medio, ni existe un estudio local que señale factores etiológicos que participen en su génesis y considerando la creciente afluencia de pacientes a la consulta con padecimiento de úlcera péptica, considero de trascendental importancia establecer una caracterización de los casos que resultaron positivos de Úlcera Gastroduodenal en la consulta de Endoscopia, del CDI: 18 de Octubre.

 

Aportar datos estadísticos y además información a los médicos para que se implementen las medidas preventivas necesarias que ayuden a combatir esta enfermedad, es el objetivo que persigue el proyecto de esta futura investigación.

 

Marco teórico:

 

Se utiliza el término úlcera péptica para definir un grupo de enfermedades ulcerosas de los tramos altos del aparato gastrointestinal, particularmente la porción proximal del duodeno y el estómago, son lesiones ulcerosas que se forman a expensas o en zonas que se exponen a la acción de ácidos y pepsina, hacemos una salvedad en el presente trabajo, ya que estaremos describiendo el comportamiento de factores asociados a las úlceras que estén localizadas en estómago y duodeno, por lo tanto nos referiremos a las Úlceras Gastroduodenales. Por definición una úlcera péptica, desde el punto de vista morfológico-histológico, es un defecto en la mucosa gastrointestinal que se extiende más allá de la muscular de la mucosa y persiste en función de la actividad ácido péptica del jugo gástrico, localizada en el área adyacente al epitelio ácido secretor, de acuerdo a esto puede encontrarse en la parte baja del esófago, estómago, duodeno, en el yeyuno marginal de una anastomosis quirúrgica (gastro-yeyuno) o en el íleon en un divertículo de Meckel con mucosa gástrica. (7)

 

La úlcera péptica es una pérdida de sustancia a nivel de la mucosa que alcanza por lo menos la muscularis mucosae, localizándose siempre en regiones del tracto digestivo expuestas a la acción del ácido clorhídrico, precisando como sustrato la existencia de mucosa de tipo gástrico o de áreas de metaplasia gástrica. Cuando la pérdida de sustancia no alcanza la submucosa se habla de "erosiones" en lugar de úlceras. (8- 12).

 

Las úlceras pueden oscilar en tamaño desde varios milímetros a varios centímetros. Las úlceras se diferencian de las erosiones por la profundidad de la penetración; las erosiones son más superficiales y no afectan a la capa muscular de la mucosa.

 

La úlcera péptica es una patología que afecta la mucosa del estómago y del duodeno principalmente. (13, 14) Desde una perspectiva clínica, una úlcera es la pérdida de la superficie de la mucosa, visible por endoscopía o radiología, que, además de tener una profundidad inequívoca o visible y una extensión mayor que 5 mm en diámetro, se acompaña de un conjunto de síntomas o signos que indican su presencia. (15)La distribución de la úlcera péptica es universal. Se calcula que dos de cada diez personas se ven afectadas por una úlcera péptica alguna vez en su vida. (16)

 

Si desglosamos las características particulares de las úlceras gástricas y duodenales, tenemos que la úlcera gástrica se manifiesta cada año en 0,5 casos por mil habitantes y aparece preferentemente entre los 55 y 65 años de edad -es raro que la sufran personas menores de 40 años- y afecta por igual a ambos sexos. La duodenal es algo más frecuente. Surge mayoritariamente una vez superados los 45 años, pero no es inusual en gente más joven. Hace años afectaba más a los hombres (17), pero se ha producido un descenso entre éstos y un aumento entre las mujeres; actualmente tiene una prevalencia similar en ambos sexos.

 

La mayor incidencia de la úlcera gástrica se observa en la sexta década de la vida, alrededor de 10 años después de la duodenal, estas úlceras son profundas y penetran más allá de la mucosa e histológicamente similares a las del duodeno, casi todas las úlceras gástricas benignas se encuentran en situación inmediatamente distal a la unión de la mucosa antral con la mucosa secretora de ácido del cuerpo, sólo en raras ocasiones en el fondo gástrico. En las úlceras asociadas a ingesta de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) puede haber gastritis, localizarse en el antro pero no se limitan a la unión entre la mucosa antral y parietal.

 

Parece que la acción del ácido y la pepsina es importante en la patogenia de la úlcera gástrica, pero al contrario de las duodenales, los enfermos con úlcera gástrica tienen índices de secreción de ácido normales o reducidos en comparación con no ulcerosas, casi nunca se encuentra una aclorhidria verdadera. Del 10 al 12% tienen una úlcera duodenal concomitante.

La regurgitación del contenido duodenal, sobre todo si contiene bilis, puede producir una lesión gástrica y posterior ulceración.

 

El síntoma más común es el dolor en el epigastrio, pero a diferencia de las duodenales el dolor es menos típico y puede que no experimenten alivio al comer, de hecho, la alimentación puede agravarlo o desencadenarlo. No se conoce la incidencia precisa de la úlcera gástrica ya que muchos pacientes son asintomáticos. La hemorragia es una complicación frecuente que aparece en el 25% de los enfermos y la mortalidad es mayor, hasta tres veces más, en las perforaciones de las úlceras gástricas aunque esta complicación es menos común que en las úlceras duodenales.

 

Los dos métodos principales para su diagnóstico son la exploración radiológica con bario y la endoscopía, habitualmente se identifica una úlcera gástrica en un 80% en una exploración con bario, y tanto las úlceras benignas como malignas son más comunes en la curvatura menor que en la mayor. Alrededor del 4% de las úlceras gástricas que parecen benignas por radiología son malignas por biopsia o cirugía, por eso a causa de los errores de diagnósticos positivos y negativos falsos no puede utilizarse como único criterio el aspecto radiológico para definir la naturaleza benigna o maligna de una úlcera gástrica.

 

Su etiología está dada por pérdidas en el equilibrio entre la acción erosiva del ácido clorhídrico y la pepsina por un lado y por otro el sistema defensivo de la mucosa gastrointestinal. (1, 18)

 

Úlcera gástrica: La pérdida de la capa protectora de moco protector facilita que el ácido clorhídrico y otras sustancias digestivas, como la pepsina (necesaria para digerir los alimentos), lesionen al estómago. La lesión produce inflamación y la enfermedad puede empeorar si no se indica un tratamiento apropiado que permita la cicatrización, estableciéndose un círculo vicioso que sólo se puede romper con medicamentos inhibidores de la producción de ácido y erradicando la causa inicial (por ejemplo, la infección por Helicobacter pylori) (19)

Esta patología está determinada por múltiples factores, dentro de los que se destacan presencia de Helicobacter pylori en la mucosa gástrica, hábitos de vida (fumado, alcohol, ingesta de café, uso de analgésicos no esteroides (AINES) y esteroides), así como patologías médicas como pancreatitis, hepatopatías, etc. (20-22).


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