Caracterizacion de pacientes intervenidos quirurgicamente por abdomen agudo quirurgico
Autor: Dr. Isidro Barrero Díaz | Publicado:  27/11/2009 | Cirugia General y Digestiva | |
Caracterizacion de pacientes intervenidos quirurgicamente por abdomen agudo quirurgico .6

Percusión:

 

Se hará de rutina en todos los casos donde se presuma un abdomen agudo.

 

La distensión por los gases en las oclusiones intestinales se descubre al recoger resonancia mientras percutimos. La presencia de gas libre en las peritonitis perforativas, se sospecha al borrarse la matidez hepática (21,23).

 

Cuando hay líquido acumulado en la cavidad se puede obtener matidez percutiendo las zonas declives. Si hay sangre acumulada, habrá timpanismo en la superficie anterior (por íleo paralítico) y matidez en los flancos (por la sangre acumulada).

 

La percusión para provocar dolor siempre debe realizarse de rutina cuando se sospeche peritonitis (signo de Holman) (21,23).

 

Auscultación:

 

En los casos de abdomen agudo, Requarth lo considera uno de los métodos de mayor valor para el diagnóstico; su fundamento se basa en los sonidos producidos por los movimientos intestinales.

 

La ausencia de ruidos se interpretará como un signo de íleo paralítico y si previamente el paciente tenía los ruidos aumentados por una oclusión mecánica, ahora se sospechará compromiso vascular, gangrena o perforación. (21,23)

 

Tacto rectal:

 

Mediante el tacto rectal se pueden llegar a apreciar lesiones accesibles al dedo que expliquen un síndrome obstructivo o el abombamiento y dolor en el fondo de saco de Douglas que expliquen hemorragia o peritonitis. (21,23)

 

Tacto vaginal:

 

El tacto vaginal se efectuará en los casos en que sea posible y mediante el mismo se puede llegar a verificar peritonitis, sangramientos o torsiones de los órganos genitales internos (21,23).

 

Clasificación del Abdomen Agudo

 

Las enfermedades que producen el abdomen agudo son numerosas y los intentos de agruparlas suelen fracasar.

 

Los síntomas de este síndrome clínico caracterizado por dolor abdominal, náuseas, vómitos, taquicardia, polipnea, fiebre y reacción peritoneal, están prácticamente presentes en las peritonitis, las oclusiones y las hemorragias, aunque los mecanismos fisiopatológicos de los síntomas no siempre sean los mismos; además las hemorragias suelen acompañarse de oclusión (íleo paralítico) y acaban en peritonitis cuando las bacterias contaminan la sangre (21, 23, 30).

 

Las oclusiones mecánicas al ocurrir el compromiso vascular, devienen en peritonitis o por el contrario las peritonitis con íleo paralítico pueden transformarse en oclusiones mecánicas verdaderas. Por lo tanto a fin de poder interpretar este complejo síndrome, hemos considerado desde el punto de vista práctico dividirlo en:

 

Enfermedades y lesiones que producen un abdomen agudo quirúrgico que requieren siempre una laparotomía de urgencia.

 

·         Síndrome peritoneal

·         Apendicitis aguda

·         Colecistitis aguda

·         Úlcera gastroduodenal perforada

·         Oclusión Intestinal

·         Hemoperitoneo no traumático

·         Trauma abdominal quirúrgico

 

El síndrome peritoneal lo produce la inflamación de la serosa que reviste la cavidad peritoneal, a menudo por bacterias que proceden de una perforación gastroduodenal; otras veces la fuente de infección tiene lugar en una herida penetrante o a la propagación de un proceso supurativo de un órgano intraabdominal (absceso hepático, piosálpinx). Puede tener un origen químico cuando en vez de afectarse por bacterias, lo inician otras sustancias (aunque las bacterias lo contaminen enseguida) como las producidas por el jugo gástrico, jugo pancreático, bilis, orina, meconio, quilo y bario.

 

Cuando la peritonitis química la produce el jugo gástrico, se origina una respuesta inflamatoria de gran intensidad tanto, por parte del peritoneo parietal como del visceral (21, 23, 30).

 

Cuando se trata de bilis puede deberse a la perforación de la vesícula biliar por una colecistitis aguda gangrenosa o a una lesión traumática de vías biliares. Si el peritoneo es irritado por sangre, la causa puede ser la ruptura de un aneurisma de algunos de los vasos del abdomen o a la lesión traumática principalmente del bazo o del hígado; en estos casos la reacción peritoneal resulta pequeña comparado con la catástrofe que representa el origen del hemoperitoneo. La contaminación por bario usado como contraste en radiología produce una gran respuesta peritoneal, agravando las manifestaciones de la perforación al combinarse el bario y las bacterias. Los gérmenes causales de las peritonitis secundarias, son los microorganismos que viven normalmente en el tubo digestivo y en presencia de una inflamación, estrangulación y/o perforación cambian su carácter y virulencia para producirla (21, 23, 30).

 

Características clínicas

 

Variarán según la enfermedad que la produzca, los gérmenes, las defensas del organismo, pero fundamentalmente el momento en que el enfermo es examinado por el médico.

 

Síntomas y signos precoces

 

El dolor es el síntoma más constante e importante en este síndrome, puede establecerse de forma progresiva como sucede en las apendicitis o de forma súbita como ocurre en las perforaciones agudas de las úlceras pépticas. Suele describirse en la porción del abdomen donde se originó; cuando afecta al peritoneo que tapiza el diafragma, los enfermos lo describen irradiado a los hombros (21, 23, 30).

 

Los vómitos en el síndrome peritoneal suelen ser ligeros al comienzo, pero cuando el proceso avanza, se hacen cada vez más persistentes (de origen tóxico) y al final se deben al íleo paralítico establecido.

 

El pulso suele ser rápido y la tensión arterial baja por la hipovolemia resultante de la peritonitis que produce grandes pérdidas de plasma del espacio intravascular al espacio extravascular. (21, 23, 30).

 

La temperatura al inicio suele ser normal, pero al avanzar la inflamación ascenderá también progresivamente.

 

La frecuencia respiratoria al comienzo es rápida y superficial por la inmovilidad del diafragma (debido a la inflamación), posteriormente el paciente adopta una respiración francamente torácica.

 

Uno de los signos más precoces de la peritonitis, puede ser la posición que adopta el enfermo en la cama con las piernas encogidas para disminuir la tensión de los músculos abdominales (21, 23, 30).

 

Hay dolor en el abdomen cuando invitamos al enfermo a toser o a pujar; y cuando se palpa sobre el área donde se inició el proceso.

 

Si el enfermo tiene estado de "shock" puede no haber rigidez de la pared aun en presencia de peritonitis.


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