Sindrome de burnout en el personal de Enfermeria
Autor: MSc. María Isabel Delgado Polanco | Publicado:  28/10/2010 | Psicologia , Enfermeria , Medicina Laboral | |
Sindrome de burnout en el personal de Enfermeria .4

Golembiewski y Cols asumen la perspectiva de Maslach y Jackson y proponen al Burnout como un fenómeno multidimensional y multifacético distinguiendo dos formas: agudo y crónico. Leiter. (28) critica a los anteriores y se identifica con el modelo de Maslach y Jackson. Meier lo concibe como un modelo cognitivo directamente relacionado con el modelo de Bandera de auto eficacia, brindándole importancia tanto a los factores institucionales como a los individuales. (38-39)

Edelwich y Brodsky desde el punto de vista psicosocial consideran al Burnout como insatisfacción laboral y proponen un modelo de 4 fases:

 Entusiasmo: caracterizado por elevadas aspiraciones y energía desbordante. Un fuego abrasador sin miedo alguno que lo frene.
 Estancamiento: aparece cuando las expectativas que se han elaborado no se presentan. Al no poder expansionar el fuego del entusiasmo, la presión interna se hace sofocante.
 Frustración: cuando no se encuentra una salida al fuego del entusiasmo empieza a consumirse en el propio organismo y es cuando aparecen los problemas emocionales, físicos y comportamentales.
 Apatía: el fuego estancado produce agotamiento que se manifiesta en un distanciamiento de las actividades laborales pudiendo llegar al abandono del trabajo. (33-34)

Pines y Aroson consideran este síndrome como un fenómeno social frente a la concepción clínica e individualista de la depresión, mientras que Freudenbenguer considera la depresión como parte del síndrome de Burnout. (24) (31)

Chemiss lo enmarca en tres etapas: primero tiene lugar un disbalance entre las demandas y los recursos, es decir, se trataría de una situación de estrés psicosocial; segundo hay un estado de tensión psicofísica; en la tercera etapa hay cambios conductuales como consecuencia de un afrontamiento de tipo defensivo y huidizo, que lo lleva a evitar las tareas estresantes y procura el alejamiento personal, por lo que hay una tendencia a tratar a los pacientes de forma distanciada, rutinaria y mecánica, anteponiendo cínicamente la gratificación de las propias necesidades al servicio que presta. (22)(40)

La estructura de tres factores ha sido replicada por numerosos autores en sus investigaciones Pierce y Molloy, Lee y Ashforth. (41-42) En otros se ha propuesto la existencia de cuatro factores por Belcastro. (43) o de dos por Brokins y Col. (44) Caton estudió a profesionales que trabajaban en la educación especial, encontrando una estructura de cuatro factores, tres de ellos coincidentes con el modelo de Maslach y Jackson y un cuarto que denominaron factor de sobrecarga laboral. (22)

Kandolín en sus estudios propone tres factores no coincidentes con los anteriores que son: fatiga psicológica, pérdida de satisfacción laboral y endurecimiento. En España diversos estudios replican la estructura de tres componentes (Oliver y Col., Powel y Gose, (36)

Los estudios de Firth y Col. (45) con enfermeros encontraron que el cansancio emocional estaba sustantivamente relacionado con la depresión. Oliver encontró resultados semejantes en que el cansancio emocional se correlacionaba significativamente con la depresión, igual que ocurría con la realización personal. (46)

Gil-Monte y Peiró, han afirmado que el síndrome del ¨Quemado¨ puede estudiarse desde dos perspectivas: clínica y psicosocial. (37)(47)

La perspectiva clínica asume el Burnout como un estado (concepción estática), al que llega el sujeto como consecuencia del estrés laboral, y la psicosocial la define como un proceso con una serie de etapas que se generan por interacción de las características personales y el entorno laboral. Fue precisamente Freudenbenguer quien, desde una perspectiva clínica, empleó por primera vez este término. (24)(47-48)

Según este autor, es típico de las profesiones de servicio de ayuda y se caracteriza por un estado de agotamiento como consecuencia de trabajar intensamente, sin tomar en consideración las propias necesidades. Este enfoque defiende que el Burnout aparece con mayor frecuencia en los profesionales más comprometidos, entre los que trabajan con mayor intensidad ante la presión y demandas de su trabajo, poniendo en segundo término sus intereses. Se trata de una relación inadecuada entre profesionales excesivamente celosos en su trabajo y clientes excesivamente necesitados, una respuesta del personal asistencial al realizar un sobreesfuerzo. (24)(49)

En el Burnout existe una pérdida de la energía y el idealismo inicial, lo que implica ausentismo, disminución de la calidad del trabajo, frecuentes cambios de trabajo, constantes contradicciones y mutua desconfianza entre los trabajadores y la dirección y un importante decrecimiento en la calidad de los servicios ofrecidos al pueblo que necesita de ellos lo mejor Maslach y Pines. (36) Aumentan los conflictos y las dificultades en las relaciones personales por actitudes negativas hacia el trabajo, entre colegas y con la dirección. (50-51)

En el individuo pueden encontrarse diferentes síntomas que incluyen trastornos mentales, problemas psicosociales y aún el suicidio, así vemos: depresión física, fatiga crónica, dolores de cabeza, problemas del sueño, catarros frecuentes, úlcera, trastornos gastrointestinales, pérdida o aumento de peso, dolores musculares, aumento del síndrome premenstrual, aumento del consumo de cafeína, tabaco, alcohol, sobremedicación y drogas ilícitas. Sentimientos de frustración, desamparo, desesperanza, desilusión y pérdida del significado emocional del trabajo. (39)(50)(52-53)

Para hacer constar o probar la presencia o no de estos síntomas, fue necesario crear un modelo que con el paso del tiempo y en dependencia del o los investigadores, ha cobrado mejor estructura.

Entre los primeros intentos de evaluar el Burnout se encuentra el “Tedium Scale” de Pines y Kafry. Para estos el Burnout es consecuencia del tedio ocupacional, caracterizado por tres componentes principales: el cansancio emocional, el cansancio físico y el agotamiento mental. Más tarde, con este mismo modelo teórico y similar estructura, surge el “Burnout Measure”. (22)

Otras escalas fueron las desarrolladas por Pestigreu y Wolf (1981), el “Teacher Stress Measure” (TSM), en que daban gran relevancia a los factores organizacionales; el “Wilson Stress Profesor” en 1980; el “Staff Burnout Scale “de Shinn (1982); el “Teacher Stress Inventory” (TSI) de Fimian (1984). Gillespe y Nimeroff elaboraban en 1984 el GNBI. Aparece en 1987 el Teacher BO Inventory de Darquin. El SDTA elaborado en 1988 por R Hock y el Cuestionario de “Stress Ocupacional” de Raig (1990). (26)

Pero el modelo más conocido es el de Maslach y Jackson, “Maslach Burnout Inventory” (MBI) que incluye tres escalas correspondientes a las tres dimensiones configuracionales propias del síndrome. Las primeras publicaciones del cuestionario, anterior a su comercialización, aparecen en 1981. (31) Inicialmente tenían un número mayor de ítems, 47, llevándolo posteriormente a 22. Es el que más ha sido desarrollado y del que más investigaciones han demostrado su validez y fiabilidad. Es un instrumento exclusivamente para la evaluación del síndrome sin que tenga en cuenta los elementos antecedentes y factores consecuentes del proceso. (22)(54)

La Organización Mundial de la Salud reconoce que el “Burnout es un síndrome que se ha transformado en un grave problema enfrentado por los que cuidan la salud de las personas afectadas por enfermedades crónicas, que inciden tanto en el staff como en los miembros de una familia”. (55)

Whitley realizó un estudio entre los médicos emergentólogos para medir niveles de estrés y depresión y determinar la frecuencia con que se presentaba el planteo de abandonar la especialidad. (56). McCraine y Bandasma investigaron en EE.UU. la vulnerabilidad de los médicos al Burnout y la relación de este síndrome con la antigüedad en la profesión, con rasgos personales que determinan una inadecuada adaptación y con la exposición a factores de estrés en la práctica médica. Los mayores índices de Burnout se correlacionaban significativamente con una escasa autoestima, disforia, ansiedad, preocupación obsesiva y aislamiento. (57)

En la esfera de la salud no solo los médicos están expuestos a estrés de origen asistencial. (15)(34) Como evidencias del trabajo de Anderson, Cooper y Willmoff, otras profesiones vinculadas a la asistencia de salud también lo están. Estos autores así lo aprecian en estudios realizados acerca de fuentes de estrés en el que incluyeron, junto a médicos y a enfermeros, científicos, técnicos, obreros de mantenimiento y a otros trabajadores del sistema de salud de Gran Bretaña. (34)


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