Repercusion del apoyo vital avanzado en la atencion al paciente grave prehospitalario
Autor: Dr. Luis Felipe Hernández Hernández | Publicado:  25/11/2010 | Cuidados Intensivos y Cuidados Criticos , Medicina de Urgencias | |
Repercusion del apoyo vital avanzado en la atencion al paciente grave prehospitalario .3

Objetivos

General:

Evaluar la repercusión del Apoyo Vital Avanzado en la atención del paciente grave prehospitalario, manejado por la Emergencia Médica Móvil, del municipio Baracoa, provincia Guantánamo, en el período comprendido desde enero del 2000 hasta diciembre del 2005.

Específicos:

1.- Caracterizar a los pacientes que recibieron apoyo vital prehospitalario según variables establecidas: Rescates, Remisiones, Estado al Egreso y Tipo de afectación vital; comparándolos con aquéllos que no recibieron dicho servicio.

2.- Definir las principales causas de rescate, tipos de invalidez y el comportamiento de los costos atendiendo al estado clínico del paciente al momento del ingreso hospitalario, comparando los resultados en los grupos estudiados.

3.- Identificar la presencia de complicaciones en ambos grupos y su relación con el estado clínico del paciente al momento del ingreso.


Fundamentación teórica

Soporte Vital Cardiológico Avanzado

El corazón humano dejará de latir algún día. En muchos casos esto sucede prematuramente. Los esfuerzos de reanimación pueden provocar latidos espontáneos en estos corazones antes de que el cerebro sufra daño. El propósito fundamental del cuidado cardíaco de urgencia (CCU) es iniciar, tan pronto como sea posible, la restauración, temprana de la función cardiaca espontánea. La resucitación cerebral es la meta más importante; el primer paso que el personal de debe tener como meta es hacer funcionar el corazón, la resucitación cerebral y retornar al paciente al nivel de función neurológica que existía antes del paro es la última meta del (CCU). (17, 35,36)

Meter Safar ha propuesto el término reanimación cardiopulmonar cerebral (RCPC) para reemplazar el término familiar reanimación cardiopulmonar (RCP). Muchos expertos, tanto nacionales como internacionales, apoyan esta proposición. Los clínicos deben siempre recordar el término cerebral, ya que dicha palabra nos recuerda el propósito primario: retornar el paciente al mejor estado neurológico posible. A menos que la ventilación y la circulación espontánea se restauren rápidamente, la resucitación cerebral satisfactoria no puede ocurrir. (17)

Los retos de la reanimación determinan que se hagan decisiones rápidas, bajo presión y en situaciones dramáticas. La naturaleza humana nos puede conducir a enfocar aspectos específicos limitados de la reanimación, como el intento de conseguir una línea IV, colocar el tubo, identificar el ritmo, recordar la medicación correcta. En el cuidado de emergencia se debe constantemente tener una visión global en cada intento de reanimación: ¿Es la vía aérea la adecuada? ¿Son los ventiladores efectivos? ¿Qué pudo haber producido el paro? ¿Qué pudo haber ocurrido? ¿Qué se me olvida? Es decir nunca olvidar al paciente. (17)

El Soporte Vital básico (ej. reanimación cardiopulmonar (RCP) intenta darle a los órganos vitales de una persona en paro cardiopulmonar una vía aérea de ventilación adecuada y una circulación mecánica por medio de compresiones torácicas. El SVCA intenta restaurar la circulación espontánea y está conectado con el soporte vital básico. (37,38)

Tradicionalmente se ha considerado la desfibrilación, la intubación traqueal y los medicamentos IV como parte del SVCA. Esta definición se ha cambiado debido a la desfibrilación automática, los artefactos invasivos de la vía aérea que no se extienden dentro de la tráquea, y la administración sublingual y endotraqueal de medicamentos. Lo que se ha llamado formalmente SVCA, ahora debemos considerarlo como la parte final de un proceso que comienza con el reconocimiento de una emergencia cardiopulmonar/cardiovascular y sigue a través de la desfibrilación, del manejo de la vía aérea avanzada y de medicamentos IV para los ritmos alterados. (39).

El personal, ya sea dentro del hospital o en una emergencia prehospitalaria, no puede proporcionar el SVCA sin una atención constante y cuidadosa de Soporte Vital básico y de un manejo adecuado del paciente. Las intervenciones que se hacen pueden variar de acuerdo con la situación. El sistema de cuidado prehospitalario tiene muchas combinaciones de personal y distintos niveles de destreza. Los reanimadores del Soporte Vital básico al reconocer la importancia de una desfibrilación temprana en un paro cardiaco, apelaron al uso de la desfibrilación: El currículum que recomienda la American Heart Association (AHA) para una desfibrilación temprana, por ejemplo, proporciona protocolos para los niveles más elementales. Esta puede ser de dos reanimadores entrenados en el Soporte Vital básico y la aplicación de la desfibrilación. Muchos sistemas prefieren un grupo de tres personas con todos ellos entrenados en un nivel avanzado. A nivel hospitalario los grupos son similares a los prehospitalarios. (12,40)

El tiempo es el factor que conduce todos los aspectos del cuidado cardíaco de urgencia (CCU) y determina el futuro del paciente. La probabilidad de la supervivencia disminuye rápidamente con el paso de cada minuto de compromiso cardiopulmonar. Algunas intervenciones, como la reanimación cardiopulmonar (RCP) básica, disminuyen el riesgo. Otras intervenciones, como la apertura de una vía aérea obstruida o la desfibrilación de una fibrilación ventricular (FV), pueden reiniciar el latido cardíaco; mientras más tiempo se tomen en hacer estas intervenciones, menores serán las posibilidades de beneficio. El infarto agudo de miocardio (IAM) es el ejemplo más dramático de una condición que puede conducir a un paro cardíaco, para el cual existe terapia efectiva y su efectividad declina dramáticamente mientras mayor tiempo tome el personal médico en hacer el diagnóstico e iniciar la terapia. (17, 36,39).

Los principios y las recomendaciones para el cuidado cardíaco de urgencia (CCU) se aplican para todos los paros cardíacos, prehospitalarios, hospitalarios y los del departamento de emergencia. Las secuencia del Soporte Vital básico, y el soporte vital avanzado se aplica igualmente en la Unidad de Cuidados Intensivos, en la casa del paciente, y en el centro comercial. El SVCA no puede existir en el vacío. Se debe examinar cuidadosamente la comunidad en la cual ocurre el paro cardíaco. Hacer enfoque en las destrezas individuales o en el papel de los intentos de reanimación, de intubación, de desfibrilación, de identificación adecuada de los ritmos, o de la secuencia de las medicaciones. (17)

Los éxitos en estas intervenciones, sin embargo, a menudo dependen de las acciones de otras personas. Este depende de cuán bien todos estos esfuerzos se han unido en lo que se ha llamado la cadena de sobrevivencia. El concepto de la cadena se aplica al paro cardíaco en los hospitales, así como a los paros en las áreas prehospitalarias. El reconocimiento precoz, acceso temprano; reanimación cardiopulmonar (RCP); Desfibrilación temprana, SVCA temprano así como cuidados intensivos precoces son los eslabones de la cadena de la sobrevivencia. Las fallas para evaluar y reforzar todos estos eslabones condenan al personal de emergencia y al paciente a resultados inferiores. (41)

Síndrome de Cardiopatía Isquémica

La morbilidad y mortalidad por el síndrome de Cardiopatía Isquémica están incluidas dentro de la causa cardiovascular en general y determinan dentro de este rubro la mayor proporción- alrededor del 50%. Las cardiopatías constituyen la principal causa de muerte en Cuba y alcanzan más del 30% de la mortalidad global, en su mayor parte atribuida a infarto agudo del miocardio. Los infarto agudo de miocardio (IAM) originan más de 10.000 muertes al año, con un mayor número de hombres que de mujeres. Cerca del 65% de la mortalidad por infarto agudo de miocardio (IAM) es temprana y ocurre en las primeras 2 horas del inicio de los síntomas; se debe casi en su totalidad a fibrilación ventricular primaria. La supervivencia inmediata depende de que ocurra o no este trastorno del ritmo, y si sucede que se trate adecuadamente. La mortalidad hospitalaria alcanza entre 7 y 12% y depende de arritmias cardíacas graves y con mayor frecuencia de complicaciones mecánicas, con fibrilación ventricular secundaria o sin ésta. (41,42)


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