Sexualidad en la adolescencia. Intervencion educativa
Autor: Dra. María Isabel Duran Cala | Publicado:  26/11/2010 | Medicina Preventiva y Salud Publica , Pediatria y Neonatologia , Medicina Familiar y Atencion Primaria , Sexualidad – Sexología | |
Sexualidad en la adolescencia. Intervencion educativa .2

Hipótesis científica

La intervención educativa sobre sexualidad incrementa el grado de información y conocimiento en adolescentes.

Objetivos

Objetivo General:

Incrementar el nivel de información y conocimiento sobre algunos aspectos de la sexualidad en adolescentes pertenecientes al Consultorio Médico # 42 del Policlínico Universitario “Hermanos Martínez Tamayo, del municipio Baracoa, provincia Guantánamo, en el período comprendido desde enero a noviembre del 2006.

Objetivos Específicos:

Caracterizar a los adolescentes según: edad, sexo y ocupación.

Determinar el nivel de información y conocimiento de los adolescentes sobre aspectos de la sexualidad antes de la intervención.

Aplicar una intervención educativa de acuerdo a las necesidades de aprendizaje identificadas.

Evaluar el nivel de información y conocimiento alcanzado por los adolescentes después de la intervención educativa.

Fundamentación Teórica

Sexualidad humana.

El término sexualidad, es uno de los términos que casi todos consideran que conocen, o que tienen idea del mismo, pero no siempre son capaces de definir; y es que la palabra sexualidad es de las que se incorpora al vocabulario envuelta en un manto de mitos, temores, signos de interrogación, expectativas.

Han sido varios los estudiosos que desde su disciplinas científicas y las respectivas posiciones filosóficas que sustentan (médicos, psicólogos, pedagogos, biólogos), han propuesto conceptos que intentan definir la sexualidad humana. S. Freud en su obra “La moral sexual cultural y la nerviosidad moderna”, escrita en 1908, decía que “lo sexual no puede reducirse a lo genital y aunque es en parte endógeno y genético, no constituye un dispositivo ya establecido previamente; se va estableciendo a lo largo de la historia individual, cambia de aparatos y fines (zonas erógenas), y recibe una influencia exógena del universo fantástico de los padres (la educación-interacción con los padres-fantasías conscientes e inconscientes): en psicoanálisis se le encuentra en forma de deseos”.

El sexólogo Lázaro Sirlin en su Diccionario Sexológico expresa: “sexualidad es todo aquello que trata de las diferencias de los sexos”.

Por su parte, el médico sexólogo uruguayo Flores Colombino considera que la “sexualidad es un sistema de conductas o comportamientos de fuente instintiva e intelectiva, con una finalidad reproductiva (función reproductiva) y placentera (función erótica), al servicio de la comunicación y la trascendencia, que se descarga en un objeto sexual a través del coito o sus sustitutos y condicionado en su expresión por las pautas culturales y morales de cada época y lugar”.

Se puede continuar ofreciendo conceptos dados por estudiosos, quienes desde sus concepciones científicas han brindado sus definiciones acerca de la sexualidad humana y que constituyeron en sus momentos, importantes e interesantes aportes. Pero, es imprescindible, antes de ofrecer una definición sobre lo que se entiende por sexualidad, tener claro que cuando se habla de sexualidad humana está referida a un hecho humano, es decir, inherente a una persona con características biológicas, psicológicas y socioculturales, con una historia de vida personal, familiar, social y con un desarrollo específico de su personalidad. Por lo que existe coincidencia con la profesora Anameli Monroy (México) cuando dice que la sexualidad humana “son características biológicas, psicológicas y socioculturales que nos permiten comprender al mundo y vivirlo a través de nuestro ser como hombres y mujeres. Es una parte de nuestra personalidad e identidad y una de las necesidades humanas que se expresa a través del cuerpo, es elemento básico de la feminidad o masculinidad, de la autoimagen, de la autoconciencia, del desarrollo personal. Estimula las necesidades de establecer relaciones interpersonales significativas con otros”.

Se puede apreciar cómo se puede desglosar el mencionado concepto, teniendo en cuenta las dimensiones fundamentales que señala (biológica, psicológica y sociocultural).

Dimensión biológica.

A la base biológica de la sexualidad se le domina sexo biológico, que es el conjunto de características anatómicas y fisiológicas que diferencian a los seres humanos en femeninos y masculinos. El sexo biológico incluye el sexo cromosómico, el sexo gonadal y el sexo genital.

La dimensión biológica de la sexualidad, no sólo controla en gran medida el desarrollo sexual, desde la concepción hasta el nacimiento, sino también la aptitud para procrear después de la pubertad, así como el deseo sexual.

Dimensión psico-social

Una vez que nace el ser humano con sus órganos genitales diferenciados, se le da un sexo de asignación: niño o niña (hombre o mujer), se le asigna nombre, tipo de ropitas, juguetes, etc., antes de que el niño o niña tomen conciencia de su identidad sexual. El nacer niño o niña establece cuáles son las expectativas de la familia y la sociedad en relación con el futuro papel sexual del recién nacido, de forma tal que se va estableciendo el sexo social: toda una serie de estímulos ambientales e influencias educativas que irán moldeando su conducta hacia un comportamiento de tipo femenino o masculino que determina poco a poco el sexo psicológico (sentirse hombre o mujer) y su expresión social (actuar como ello).

Algunos educadores como el profesor Félix López afirman que “hacia la edad de 2 ó 3 años, los niños toman conciencia de su identidad sexual (auto clasificarse como niño o niña) y simultáneamente comienzan un proceso de aprendizaje e interiorización de las funciones que la sociedad considera propias del niño o la niña (conducta de género). Así, se entiende que la identidad sexual pasa por el aspecto psicológico (sentirse hombre o mujer) y manifestarlo externamente a través del papel de género (comportamiento y funciones propias de uno y otro sexo).

Componente cultural

Es preciso decir, además, que las diferentes culturas y sociedades asignan actividades y formas de comportamientos específicos a los hombres y las mujeres, por lo que la sexualidad, debido a su dimensión social y de asignación tiene un importante componente cultural. En otras palabras, no es lo mismo ser hombre o mujer, en el Medio Oriente, en el Occidente, en Asia, Europa, etc. Llegado a este punto se puede expresar que se es hombre o mujer, no sólo porque se tenga genitales masculinos o femeninos, o cuerpos femeninos o masculinos, sino porque además se ha nacido en una sociedad que trasmite formas de comportamientos específicos según el sexo biológico y de acuerdo con la cultura a la que pertenece, lo que va nutriendo la psiquis, haciendo sentir a cada hombre o mujer, y de esta forma se va formando la identidad sexual. (44)

Sexualidad en la adolescencia.

La adolescencia es una etapa del desarrollo del ser humano con características muy especiales, donde la sexualidad alcanza su máximo valor, se convierte en el centro de inquietudes e intereses. (7)

Los impulsos sexuales le plantean al adolescente qué hacer con ellos, deben aprender a comportarse en la esfera sexual al modo que estila su generación. De la solución adecuada a este problema dependerá la obtención de una firme identidad sexual y evidenciará la existencia de una correcta educación sexual (8,9)

La sexualidad no sólo engloba la conducta sexual, sino también el interés por el sexo y las fantasías, la orientación sexual, las actitudes hacia el sexo y su relación con las emociones y la conciencia de los roles definidos socialmente.


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