Fuente: Encuesta
Los motivos de no estudiar, fueron en primer lugar el hecho de encontrarse trabajando y en orden de frecuencia le siguen, que no les gusta estudiar, tienen hijos o esperan por otra carrera ya que la que les fue otorgada no satisfacían sus expectativas y vocación.
En esta muestra el 47.2% de las adolescentes trabajan, todas con más de 17 años, en contraposición con estadísticas en países de América Latina, como Bolivia y Guatemala (117).
Sólo 5 adolescentes, para un 13.9%, no estudian porque tienen hijos, con resultados similares a estudios realizados en 1999; esta muestra se queda por encima de la estrategia general de desarrollo en 1998
Tabla Nº 10. Valoración ponderal de adolescentes según edad
Fuente: Encuesta
La valoración ponderal se comportó de modo general, con un predominio de normo- peso en ambos grupos seguido de desnutridos por último las obesas estas últimas todas en el grupo de edad temprana de la adolescencia. Al analizar las diferencias entre edades, se verifica que los porcentajes de desnutridas y obesas fueron superiores en las de menos de 15 años, mientras que, el porcentaje de normopeso fue ampliamente superior en el grupo de 15-19 años. Estos resultados fueron significativos como lo demuestra la Chi-Cuadrado (p< 0.05).Otros estudios realizados no concuerdan con estos resultados (118) La nutrición adecuada se puede estimular a través de la educación y los recursos de la comunidad.
Tabla Nº 11. Funcionamiento Familiar
Fuente: Encuesta
Fuente: Tabla Nº 11
El enfoque del riesgo reproductivo en adolescentes no solo ha de ser individual sino también dirigido a la familia vista esta como, fuente de amor, satisfacción, bienestar y apoyo siendo la encargada de trasmitir valores, construir sentimientos, formar la conciencia humana y conservar tradiciones, en un marco de amor y solidaridad y como la primera red de apoyo social que posee el individuo a través de toda su vida, y por lo tanto se reconoce que esta instancia ejerce función protectora ante las tensiones que genera la vida cotidiana
Los sociólogos expresan el concepto de Familia como el grupo social primario de la Sociedad de la que forma parte, a la que pertenece el individuo y que dota a éste de las características materiales, genéticas, educativas y afectivas (119).
La familia cumple una función reguladora en la salud. El carácter de grupo especial de intermediación social que tiene la familia fundamenta este principio, al incidir la familia directamente en la dinámica de la población, cumplir funciones claves en el desarrollo biopsicosocial del ser humano, influir en el desencadenamiento de la enfermedad y en las decisiones acerca de la utilización de los servicios de salud, al tiempo que se constituye en la más efectiva fuente de apoyo ante los eventos de salud, enfermedad y muerte (120-121).
Las relaciones familiares constituyen el vehículo mediante el cual se produce la acción reguladora de la familia en la salud, las cuales modulan las condiciones de adversidad y otras crisis que vive la familia. Los problemas de funcionamiento familiar pueden influir tanto en la aparición, como en la descompensación de las enfermedades crónicas, en la mayoría de las enfermedades psiquiátricas y en las conductas de riesgo de salud. Resultados de investigaciones documentan la relación del funcionamiento familiar como factor predisponerte o coadyuvante en la producción y curso de diversas enfermedades y problemas de salud en sus integrantes (122).
La salud del grupo familiar se configura en una trama compleja de condiciones socioeconómicas, culturales, ambientales, biológicas, genéticas, psicológicas y relacionales que se definen a escala microsocial en el contexto del hogar y que se expresan en el modo particular en que la familia provee experiencias potencializadoras de salud, asume en forma constructiva y creativa las exigencias que devienen de cada etapa de desarrollo biopsicosocial de sus integrantes y de la vida social (120).
Concebir a la familia como sistema implica que ella constituye una unidad, una integridad, por lo que no podemos reducirla a la suma de las características de sus miembros, o sea, la familia no se puede ver como una suma de individualidades, sino como un conjunto de interacciones. Esta concepción de la familia como sistema, aporta mucho en relación con la causalidad de los problemas familiares, los cuales tradicionalmente se han visto de una manera lineal (causa-efecto) lo cual es un enfoque erróneo, pues en una familia no hay un "culpable", sino que los problemas y síntomas son debidos precisamente a deficiencias en la interacción familiar, a la disfuncionalidad de la familia como sistema (122).
La calidad de las relaciones intrafamiliares actúa como prisma que refracta, modula o regula las condiciones de vida, la vivencia de procesos críticos, la convivencia compleja, el afrontamiento y el apoyo social. Ante las malas condiciones de vida y las características estructurales de riesgo, si las relaciones intrafamiliares son funcionales, no parece agudizarse la situación de salud de los integrantes de la familia (122).
En toda sociedad conforme existen individuos, hay familias conocidas como vulnerables, cuya probabilidad de enfermar o morir es mayor que la de otros. Estos grupos deben ser identificados en la medicina preventiva, para que al identificar el riesgo, se puedan ejercer acciones de salud para modificarlos
Es importante estudiar el funcionamiento familiar por cuanto si bien es cierto que la sociedad en su conjunto es responsable de la preparación de los adolescentes, de forma muy particular es la familia el modelo que se observa desde su nacimiento pues es en ella donde ha de encontrar la seguridad a, el cuidado y los nexos emocionales que no pueden ser sustituidos por ninguna institución social por bien organizada que esté. Tengamos presente que al niño se le enseña a hablar, caminar, comer, se le enseña todo en la vida, y sin embargo, algo tan importante como es la procreación, el amor, la familia, es una cosa que ha quedado muchas veces olvidada.
En el plano de la educación sexual y la salud sexual y reproductiva en general, los medios de comunicación estimulan un comportamiento de gran libertad y apertura, mientras la joven recibe de su familia, en la mayoría de los casos, una socialización que no concibe como muy positivo aquello que los medios legitiman. Esta situación genera una ambivalencia de normas internalizadas y de condiciones de vida real, que no favorecen el desarrollo pleno, y por tanto, limitan las posibilidades de satisfacción en esta esfera.