Guia de uso de maletines de emergencia en centros sanitarios asistenciales de una mutua
Autor: Agustín Míguez Burgos | Publicado:  3/10/2011 | Medicina de Urgencias , Articulos | |
Guia de uso de maletines de emergencia en centros sanitarios asistenciales de una mutua .8

Mucha mayor atención y énfasis en el tratamiento del síndrome post-parada cardiaca.

Reconocimiento de que la implementación de un protocolo de tratamiento postresucitación detallado y estructurado puede mejorar la supervivencia de las víctimas de parada cardiaca tras la recuperación de la circulación espontánea (RCE).

Mayor énfasis en el uso de la intervención coronaria percutánea primaria en los pacientes apropiados (incluyendo los comatosos) con recuperación de la circulación espontánea (RCE) mantenida tras parada cardíaca.

Revisión de la recomendación sobre el control de la glucosa: en adultos con recuperación de la circulación espontánea (RCE) mantenida tras parada cardíaca, deberían ser tratados valores de glucosa en sangre >10 mmol/L (>180 miligramos (mg)/dL), pero debe evitarse la hipoglucemia.

Utilización de la hipotermia terapéutica incluyendo a los supervivientes comatosos de parada cardiaca asociada inicialmente tanto a ritmos no desfibrilables como a ritmos desfibrilables. Se reconoce el menor nivel de evidencia para su empleo tras parada cardiaca por ritmo no desfibrilable.

Reconocimiento de que muchos de los predictores de mal pronóstico aceptados en los supervivientes comatosos de una parada cardíaca no son fiables, especialmente si el paciente ha sido tratado con hipotermia terapéutica.

SOPORTE VITAL PEDIÁTRICO 

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Los cambios más importantes para el soporte vital pediátrico en estas nuevas guías incluyen:

Reconocimiento del paro cardiaco - Los profesionales sanitarios no pueden determinar fiablemente la presencia o ausencia de pulso en menos de 10 segundos en lactantes o niños. Deberían buscar signos de vida y si están seguros en la técnica, podrán añadir la palpación del pulso para el diagnóstico del paro cardíaco y decidir si deberían iniciar las compresiones torácicas o no. La decisión de iniciar la reanimación cardiopulmonar (RCP) debe ser tomada en menos de 10 segundos. De acuerdo con la edad del niño, se puede utilizar la comprobación del pulso carotídeo (niños), braquial (lactantes) o femoral (niños y lactantes).

La relación compresión-ventilación (CV) utilizada en niños debe basarse en si están presentes uno o más reanimadores. A los reanimadores legos, que por lo general solo aprenden técnicas con un solo reanimador, se les debería enseñar a utilizar una relación de 30 compresiones y 2 ventilaciones, igual que en las guías de adultos, lo que permite a cualquier persona entrenada en Soporte Vital Básico (SVB), resucitar niños con una mínima información adicional. Los reanimadores profesionales deberían aprender y utilizar una relación CV de 15:2; sin embargo, pueden utilizar la relación 30:2 si están solos, en particular si no están consiguiendo un número adecuado de compresiones torácicas. La ventilación sigue siendo un componente muy importante de la reanimación cardiopulmonar (RCP) en paradas asfícticas. Los reanimadores que no puedan o no deseen realizar ventilación boca-a-boca deberían ser alentados a realizar al menos reanimación cardiopulmonar (RCP) con sólo compresiones.

Se hace hincapié en conseguir compresiones de calidad de una profundidad adecuada con mínimas interrupciones para minimizar el tiempo sin flujo. Hay que comprimir el tórax en todos los niños por lo menos 1/3 del diámetro torácico antero-posterior (es decir, aproximadamente 4 cm en lactantes y unos 5 cm en niños). Se enfatiza la descompresión completa subsiguiente. Tanto para los lactantes como para los niños, la frecuencia de compresión debería ser de al menos 100 pero no mayor de 120/minutos. La técnica de compresión para lactantes consiste en compresión con dos dedos para reanimadores individuales y la técnica con dos pulgares rodeando el tórax para dos o más reanimadores. Para niños más mayores, puede utilizarse la técnica de una o dos manos, según las preferencias del reanimador.

Los desfibriladores externos automáticos (DEAs) son seguros y eficaces cuando se utilizan en niños mayores de un año. Para niños de 1-8 años se recomiendan parches pediátricos o un software específico para atenuar la descarga de la máquina a 50-75 J. Si no se dispone de una descarga atenuada o una máquina de regulación manual, puede utilizarse en niños mayores de un año un desfibrilador externo automático (DEA) para adultos sin modificar. Se han referido casos de uso con éxito de desfibriladores externos automáticos (DEAs) en niños menores de 1 año; en el raro caso de producirse un ritmo desfibrilable en un niño menor de 1 año, es razonable utilizar un desfibrilador externo automático (DEA) (preferentemente con atenuador de dosis).

Para reducir el tiempo sin flujo, cuando se utiliza un desfibrilador manual, las compresiones torácicas se continúan mientras se aplican y cargan las palas o parches (si el tamaño del tórax del niño lo permite). Las compresiones torácicas se detienen brevemente, una vez que el desfibrilador está cargado, para administrar la descarga. Por simplicidad y coherencia con las guías de Soporte Vital Básico (SVB) y Soporte Vital Avanzado (SVA) en adultos, se recomienda para la desfibrilación en niños una estrategia de una sola descarga con una dosis no creciente de 4 J/kg (de preferencia bifásica, pero la monofásica es aceptable).

Los tubos traqueales con balón, puedes ser utilizados con seguridad en lactantes y niños pequeños. El tamaño del tubo debería ser seleccionado mediante la aplicación de una fórmula validada.

La seguridad y la utilidad de emplear la presión cricoidea durante la intubación traqueal no está clara. Por lo tanto, la aplicación de presión sobre el cricoides se debe modificar o suspender si impide la ventilación o la velocidad y la facilidad de la intubación.

La monitorización de dióxido de carbono espirado (CO2), idealmente por capnografía, es útil para confirmar la posición correcta del tubo traqueal y recomendable durante la reanimación cardiopulmonar (RCP) para ayudar a evaluar y optimizar su calidad.

Una vez que la circulación espontánea se restablece, la concentración de oxígeno inspirado debería ajustarse para limitar el riesgo de hiperoxemia.

La implementación de un sistema de respuesta rápida en un entorno de pacientes pediátricos puede reducir las tasas de parada cardiaca y respiratoria y la mortalidad intrahospitalaria.

Los nuevos temas en las guías de 2010 incluyen canalopatías y varias circunstancias especiales nuevas: trauma, ventrículo único pre y post primera fase de reparación, circulación post-Fontan e hipertensión pulmonar.

Resucitación de recién nacidos en el paritorio 

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