Junto a sus contemporáneos Procopius Divisch y Cesare Beccaria dieron especial importancia al estudio de la electricidad atmosférica y al significado de los edificios o construcciones protegidas contra los relámpagos. 

Abogó por el uso de estructuras a manera de pararrayos. En su Tratado "Della maniera di difendere gli edificii dal fulmine" (1772) y en su monografía "Dei conduttori metallici a preservazione degli edifici dal fulmine" (1774) contribuyó a desechar el prejuicio que el invento del norteamericano Benjamin Franklin había suscitado. Por sus esfuerzos los pararrayos fueron colocados en la Catedral de Siena y sobre la Torre de San Marco en Venecia y sobre almacenas de pólvora y barcos de la fuerza naval veneciana. Fue Miembro honorarios de numerosas Sociedades Científicas como la Royal Society de Londres. Tiene un asteroide, el número 23685 acreditado a su nombre ‘Toaldo’.