Medicina alternativa-complementaria en enfermedades prostáticas. Cap. 4 – Terapia biologica en cancer prostatico y crecimiento prostatico benigno sintomatico
Autor: Dr. Julio C. Potenziani Bigelli | Publicado:  24/06/2010 | Medicina alternativa, complementaria en ... | |
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Key (1998) determinó en un trabajo la comparación de los porcentajes de mortalidad entre vegetarianos y no vegetarianos. Se consideraron enfermedad isquémica cardiaca, la enfermedad cerebrovascular, cáncer de estomago, de colon, de pulmón, de mama y de próstata y para todas las causas de muerte. Este estudio se hizo en Estados Unidos de Norteamérica, Reino Unido y Alemania. Se reunieron 76.172 hombres y mujeres entre 16 y 89 años. Los resultados fueron los siguientes: después de un promedio de 10.6 años de seguimiento hubo 8.330 muertes antes de los 90 años incluyendo 2.264 muertes por ataca isquémico cardiaco. En comparación con los no-vegetarianos, los vegetarianos tenían un 24% de reducción en la mortalidad por enfermedad isquémica cardiaca. Esta reducción de la mortalidad varió significativamente con la edad al morir.

Cuando los no-vegetarianos fueron divididos en comedores regulares de carne (al menos una vez por semana) y semivegetarianos (quienes comen pescado solo o carne menos de una vez por semana), la rata de muerte por enfermedad isquémica cardiaca comparada con comedores habituales de carne fue de 0.78 en semivegetarianos y de 0.66 en vegetarianos. No hubo diferencias significativas entre vegetarianos y no vegetarianos en la mortalidad por otras causas de muerte.

Una de los problemas a enfocar será como cambiar la mentalidad de poblaciones de países occidentales eminentemente consumidores de carnes rojas y de productos lácteos para que consumieran frutas y vegetales en su dieta diaria, como lo hacen los países mediterráneos (Walker 1995).

Heimendinger (1995) refería la utilidad de comer 3 a 4 servicios diarios de frutas y vegetales. A pesar de las ‘barreras en la conducta alimentaria de la infancia y juventud’ que impiden que la alimentación con frutas y verduras se imponga por arriba de la ‘comida rápida’ (Basch 1996).

Heimendinger (1995) mencionaba que es importante que los máximos organismos de salud de cada país puedan implementar ‘políticas’ de salud alimentaria que fomenten el hábito de comer alimentos sanos y que puedan tener repercusiones positivas en la prevención de enfermedades de todo tipo. Así vemos como la National Cáncer Institute de los Estados Unidos de Norteamérica (NCI), patrocina una iniciativa nacional de aumentar el consumo de frutas y vegetales al menos 5 veces por dia, a nivel de establecimientos de comida, programas audiovisuales, programas educativos a todo nivel. Esto lo apoyan estudios como el Glanz (1994), o el de Dutton (1995) y Austoker (1994).

En el continente europeo existe una comisión que se denomina EPIC (European Prospective Investigation into Cáncer and Nutrition) coordinada por el Dr Elio Riboli Jefe del Grupo de Nutrición y Hormonas en la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) que a su vez forma parte de la Organización Mundial de la Salud en Lyon, Francia.

EPIC (European Prospective Investigation into Cáncer and Nutrition) fue diseñado para investigar las relaciones entre dieta, status nutricional, estilo de vida, y factores medioambientales con la incidencia del cáncer y otras enfermedades crónicas. Es el estudio más grande relacionado con dieta y salud, reclutando 521.000 personas en 10 países europeos (Italia, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Holanda, Noruega, España, Suecia y la Gran Bretaña). Los resultados del seguimiento de las 521.000 personas se identificaron alrededor de 26.000 casos incidentales de cáncer y cerca de 16.000 murieron. La segunda conclusión fue que en lo referente a la etiología del cáncer prostático, se demostró bastante similitud con el cáncer de mama en la mujer y el riesgo de cáncer de próstata no está relacionado con el pobre consumo de frutas y vegetales.

Las siguientes hipótesis serán investigadas en lo referente a las probables etiologías a saber:

1) El rol de las complejas interacciones entre factores genéticos, metabólicos, hormonales, y estilo de vida incluyendo dieta, sobrepeso, peso corporal ganado durante la vida, síndrome metabólico. Esta línea de investigación es relevante en relación al cáncer de mama, próstata, endometrio y riñón.
2) El rol de la dieta, por su alto nivel de complejidad (patrones dietéticos, índices glicémicos, metabolismo del 1-carbon, el metabolismo de los acido grasos-eicosanoides y su rol en los procesos inflamatorios.
3) La diversidad y especificidad de las diferentes combinaciones de los factores de riesgo en relación a tipos de cáncer, subgrupos histológicos, entre otros.

b. ALIMENTOS RICOS EN SULFORAFANE

Vegetales crucíferos (brócoli, col, coles de Bruselas, berro), con alto contenido en sulforafane. En relación a los vegetales crucíferos y su relación con el cáncer prostático Giovanucci (2003) refería que un alto consumo de vegetales crucíferos podía ofrecer alguna protección contra el cáncer de próstata pero la data general no era concluyente para el momento del estudio. Ellos examinaron dicha asociación en el ‘Health Professional Follow-Up Study’ entre 1986 y el año 2000 con 2.969 casos de cáncer prostático estadio T1a entre 47.365 hombres que fueron chequeados de sus dietas en 1986,1990 y 1994. Se calculó el riesgo relativo multivariable (RR) y los intervalos de confianza 95% utilizando la regresión de Cox. Pareciera que los vegetales crucíferos tienen un efecto protector en las etapas iniciales de la carcinogénesis y no en aquellos cánceres avanzados iniciados décadas atrás.

c. ALIMENTOS QUIMIOPREVENTIVOS EN GENERAL

Pimienta verde, hongos, bacalao, merluza, macarela, atún, pez espada, patilla, guayaba, toronja rosada, granos variados, coliflor, repollo, romero.

Productos con alto contenido de soya (quesos tofu, salsas, granos de soya, hongos maitake, entre otros). Productos derivados del tomate procesado (pasta de tomate, salsa de tomate, jugo de tomate enlatado).

d. SEMILLAS DE CALABAZA/AUYAMA (Cocurbita pepo)

Las semillas de calabaza (Cucurbita pepo) cuyo nombre comercial es Curbicin®, ha demostrado propiedades que mejoran la sintomatología irritativa urinaria. Las semillas de girasol tostadas, se utilizan como alternativa terapéutica en casos de síndromes de prostatitis.

Gossell-Williams (2006) refería que el aceite de la semilla de la calabaza conteniendo cucurbita pepo es útil para el tratamiento de la hiperplasia prostática por un efecto sobre la hiperplasia testosterona-inducida de la próstata de animales de experimentación. Se administraba 2 a 4 mg/100 gramos de peso corporal en aceite de maíz como vehículo por 20 días. El radio del tamaño prostático fue calculado y se constató que hubo una reducción en el mismo luego del tratamiento con aceite de semillas de calabaza. En conclusión en un argumento nutricional útil para el tratamiento de la hiperplasia prostática benigna.

Igualmente Carbin (1990) refería que la Curbicin® obtenida de las semillas de calabaza y de la palma pigmea (Cucurbita pepo y Sabal serrulata) mejoran significativamente la sintomatología que ocasiona la hiperplasia prostática o crecimiento prostático benigno sintomático en 53 pacientes estudiados. Se mejoraron parametros como el flujograma urinario, el tiempo miccional, la orina residual y la frecuencia miccional, aparte de ‘sentirse subjetivamente’ mejor.

e. AJO

El ajo según Key (1997) produce una reducción del riesgo de cáncer prostático e in vitro demostró reducción de las células del cáncer prostático en cultivo, por acción de los derivados del Thioallyl del ajo y por extractos de ajo envejecido.

Das (2002) refería que numerosos datos epidemiológicos así como un número considerable de estudios de laboratorio han indicado el potencial anticarcinogenético del ajo. Dicho potencial ha sido atribuido a una amplia variedad de compuestos químicos, pero principalmente se atribuye al constituyente ‘Thioallyl”. Entre sus acciones está el de bloquear uniones covalentes de carcinógenos al ADN, facilitar la degradación de carcinógenos, tener propiedades antioxidantes y de limpieza de radicales libres, y de regular la proliferación celular, la apoptosis y la respuesta inmune. Actualmente se ha renovado el interés sobre todo en la prevención del cáncer.

Lue (1994) refería que el S-Allylmercaptocysteine contenida en el ajo, ha demostrado inhibir la proliferación celular endotelial umbilical y de la musculatura lisa vascular. La inhibición fue dosis independiente y afecta más las células musculares lisas que a las células endoteliales. La S-Allylmercaptocysteine es más potente que la S-allylcysteine y el crecimiento celular demostró cambios distintos en su fosforilación comparados con los controles no tratados. Una de las proteínas en las cuales se alteró la defosforilación fue la GTP-activating protein, protein tyrosine phosphatase-1B y la p34cdc2. En conclusión los ‘Compuestos thioallyl’, constituyentes naturales del ajo, inhiben las células malignas y puede reducir la proliferación de las células normales.

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