Tuberculosis Pulmonar y Extrapulmonar. Hallazgos Tomograficos
Autor: Dra. Sandra Alba Rodríguez | Publicado:  9/09/2010 | Radiodiagnostico y Radioterapia , Enfermedades Infecciosas , Medicina Interna , Neumologia , Imagenes de Enfermedades Infecciosas , Imagenes de Radiodiagnostico y Radioterapia , Imagenes de Medicina Interna , Imagenes de Neumologia | |
Tuberculosis Pulmonar y Extrapulmonar. Hallazgos Tomograficos .8


Análisis del líquido peritoneal:

Se objetiva una pleocitosis con un recuento de leucocitos de 150 a 4000/dl con predominio linfocítico. La concentración proteica suele ser > 3 mg/dl en más del 95% de los casos. En pacientes no cirróticos el gradiente albúmina en suero/ líquido es <1,1 g/dl, mientras que los pacientes con cirrosis, aproximadamente el 50%, el gradiente es >1,1 g/dl.

La sensibilidad de la tinción de Zielh-Neelson es muy baja, del 0 al 6%. Del mismo modo la positividad del cultivo del líquido en algunas series es baja en torno al 20%.

La reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para la detección de ADN del bacilo, promete ser una prueba diagnóstica útil y rápida. No se ha constatado todavía el rendimiento de esta prueba en el líquido ascítico.

El ADA tiene una sensibilidad y especificidad en la ascitis tuberculosa del 100% y del 97% respectivamente cuando se utilizan valores de corte por encima de 33u/l. Sin embargo la sensibilidad disminuye sustancialmente en los pacientes con cirrosis aproximadamente al 30%. Por lo que la determinación de ADA es altamente rentable en los pacientes no cirróticos.

• Tuberculosis y sistema musculoesquelético

Existe evidencia de la afectación espinal tuberculosa en momias egipcias que datan del año 4000 antes de Jesucristo así como en restos óseos precolombinos por lo que podemos definirla como una de las afecciones extrapulmonares tuberculosas más antiguas. La afectación ósea y articular por tuberculosis supone el 35% de todas las formas de tuberculosis extrapulmonar y el 2% de todos los casos de tuberculosis.

La mitad de los pacientes con afectación musculoesquelética tienen como localización preferente la columna vertebral, en segundo lugar se encuentra la artritis tuberculosa seguida de la osteomielitis extraespinal.

La tuberculosis vertebral, también denominada como enfermedad de Pott o espondilitis tuberculosa, afecta principalmente a la columna lumbar y a la dorsal baja. Se puede asociar a un absceso paravertebral bilateral.

La artritis tuberculosa tiende a localizarse en las articulaciones que soportan peso como la cadera y la rodilla, generalmente es del tipo monoarticular.


Patogenia

La infección tuberculosa primaria produce una bacilemia diseminada, los cuerpos vertebrales son vulnerables a esta siembra debido a la gran vascularización que presentan incluso en la edad adulta. Los focos de diseminación permanecen latentes controlados por mecanismos inmunes locales y en situaciones como la desnutrición, la edad avanzada, la infección por VIH, o el fallo renal en los que estos mecanismos se alteran se produce una reactivación con progresión de la enfermedad osteomuscular.

Raramente la tuberculosis osteomuscular se produce por contigüidad. Se han descrito casos de tuberculosis atlo-axoidea secundarios a focos de tuberculosis pulmonar apical.

La tuberculosis espinal afecta preferentemente a la parte antero-inferior del cuerpo vertebral produciendo destrucción ósea y necrosis caseosa. Posteriormente, la infección se disemina a través del ligamento anterior afectando al cuerpo vertebral adyacente. La destrucción local puede producir colapso del cuerpo vertebral y la herniación discal con deformidad en la columna en forma de cifosis o giba y compresión medular llegando a producir en ocasiones paraplejía. Los abscesos tuberculosos epidurales pueden producir presión en la médula espinal y los extraespinales pueden erosionar las costillas y estructuras vecinas; los abscesos del psoas se pueden diseminar a través del retroperitoneo hasta los ligamentos inguinales.

En la artritis tuberculosa los cambios granulomatosos se acompañan de proliferación sinovial con fusión articular y destrucción cartilaginosa con posterior desorganización de la arquitectura articular y deformidad.


Manifestaciones clínicas:

En muchas ocasiones se produce un retraso del diagnóstico y del tratamiento debido al curso insidioso e indolente de la tuberculosis osteomuscular con consecuencias devastadoras para el paciente.

Tuberculosis vertebral

El síntoma más frecuente es una lumbalgia acompañada de contractura muscular y rigidez con empeoramiento progresivo en semanas o meses. Acompañando a este cuadro podemos encontrar un síndrome constitucional hasta en el 40% de los casos 32. La complicación más temida es la compresión medular con la consiguiente paraplejia (paraplejía de Pott).

Artritis tuberculosa

Generalmente es monoarticular, la localización más frecuente es la cadera. Cursa clínicamente con dolor, hinchazón y pérdida de la movilidad articular que progresa lentamente en semanas y meses. Los signos de infección aguda local (eritema, calor) están generalmente ausentes. Los síntomas constitucionales pueden acompañar al cuadro hasta en el 30% de los casos.

En los pacientes con curso latente se puede producir destrucción articular con deformidad local y rigidez articular; en algunos casos muy avanzados se pueden producir fístulas que drenan material de necrosis caseosa.

Enfermedad de Poncet

Es una poliartritis reactiva simétrica con afectación de articulaciones de pequeño y mediano tamaño asociada a tuberculosis activa extrapulmonar, pulmonar o miliar sin evidencia de infección activa articular. El mecanismo patogénico es desconocido pero se sugiere una respuesta autoinmune a la infección por M. tuberculosis. La co-infección VIH es un factor de riesgo. El cuadro articular se resuelve en semanas con el inicio del tratamiento tuberculostático.

Infección articular protésica

Los pacientes con prótesis articulares presentan una reactivación de tuberculosis ósea. Una artritis tuberculosa puede ser un hallazgo inesperado al realizar una artroplastia. En esos casos el pronóstico es favorable tras inicio de tratamiento tuberculostático a pesar de no retirar la prótesis. Los pacientes que presentan artritis tuberculosa sobre una articulación protésica previa, presentan dolor, disfunción protésica, y en estos casos la retirada de la prótesis es necesaria para el tratamiento.

Osteomielitis tuberculosa extraespinal

Potencialmente cualquier estructura ósea se puede afectar. Se han descrito casos de tuberculosis esternal tras cirugía cardiovascular, tuberculosis costal manifestándose como masas en parrilla costal, tuberculosis en los huesos de la mano sin signos de tuberculosis pulmonar, mastoiditis tuberculosa diseminada a cráneo con paresia de pares craneales. Las lesiones tuberculosas líticas en sínfisis del pubis, la articulación sacro ilíaca, y del codo pueden confundirse con metástasis óseas.


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