Comportamiento de la Dependencia en ancianos operados de fractura de cadera
Autor: Dr. Juan Carlos Delgado Morales | Publicado:  10/09/2010 | Traumatologia , Geriatria y Gerontologia | |
Comportamiento de la Dependencia en ancianos operados de fractura de cadera .3

La existencia de niveles de dependencia en la población anciana repercute negativamente en su calidad de vida, en el bienestar familiar y en la sociedad, las Caídas con secuelas importantes como la fractura de cadera se incrementan a diario en estrecha relación con la dependencia, tanto de causa como de consecuencias.

La fractura de cadera es la lesión discapacitante más común y causa de muerte accidental en ancianos, su incidencia y las consecuencias en la salud pública y la economía aumentan paralelamente al envejecimiento de la población.

Si bien la mayor parte de los adultos mayores están en condiciones de mantenerse independientes, la fractura de cadera constituye una entidad que produce limitación funcional en una proporción importante de ellos estando necesitados de orientación y tratamiento dirigidos a su recuperación.

Definición del problema científico:

La detección de dependencia en el adulto mayor como factor asociado a resultados que influyen negativamente en la evolución de los ancianos con fractura de cadera, requiere en nuestro medio, de estudios sobre factores causales, grado y tipo que aporten evidencia científica para establecer políticas sanitarias de promoción, prevención y recuperación como elementos claves para luchar por un envejecimiento activo y exitoso.

Marco teórico

El abordaje de La Dependencia, como problema de salud, específicamente en pacientes con fractura de caderas, se hace necesario interpretarlo, vinculando tres elementos claves, que guardan una estrecha relación en este caso: La Osteoporosis, Las Caídas y La Fractura de Cadera, que finalmente pueden desencadenar o empeorar los niveles de Dependencia, ya bien sean temporales o permanentes según la variedad que se presente.

La osteoporosis (op)

Es una enfermedad por la pérdida de tejido óseo, asociada con un aumento de riesgo de fracturas. Literalmente significa “hueso poroso.” Frecuentemente la enfermedad se desarrolla inadvertidamente a través de muchos años, sin síntomas o malestar, hasta que una fractura ocurre.

La Osteoporosis es asintomática generalmente, durante la mayor parte de la vida, por lo que es necesario conocer con precisión cuáles son los factores de riesgo para presentar esta. Los factores de riesgo documentados para Osteoporosis son los antecedentes familiares de Osteoporosis, el hipoestrogenismo temprano (antes de los 45 años), natural o inducido, la vida sedentaria, el poco consumo de alimentos ricos en calcio, el tabaquismo, el consumo de alcohol frecuente, la nuliparidad y el consumo de medicamentos como la cortisona, metotrexate o algunos anticonvulsivantes. 28 29

Además de la evaluación clínica de los factores de riesgo es necesario hacer una determinación de la masa ósea para evaluar el riesgo de fractura del paciente afectado. La tecnología de doble rayos X se considera el patrón de oro para el diagnóstico y evaluación del riesgo de fractura.

Otros aspectos a tener en cuenta en el desarrollo de Osteoporosis:

Herencia: Una historia de fracturas en la familia; un cuerpo pequeño y delgado, tez clara y antecedentes asiáticos o caucásicos pueden aumentar el riesgo para osteoporosis. La herencia también puede ayudar a explicar porqué algunas personas desarrolla osteoporosis temprano en la vida.

Alimentación y estilo de vida: La alimentación pobre, incluyendo una dieta baja en calcio, bajo peso del cuerpo y un estilo de vida sedentario se han vinculado a la osteoporosis, al igual que el fumar y uso excesivo de alcohol.

Medicamentos y otras enfermedades: La osteoporosis se ha vinculado a algunos medicamentes, incluyendo esteroides y otras enfermedades tales como problemas de la tiroides. 30

Las caídas:

Las caídas constituyen uno de los síndromes geriátricos más importantes por la elevada incidencia en este sector de la población y sobre todo por las repercusiones que va a provocar en la calidad de vida tanto del anciano como del cuidador. Hay que tener en cuenta que un tercio de las personas mayores de 65 años sufren una caída anual, elevándose esta frecuencia hasta el 40 por cien de los ancianos mayores de 75 años. En los ancianos institucionalizados, dadas las características de este grupo (aumento de demencias y otras alteraciones, pluripatología), la incidencia alcanza el 50 por cien anual. Un dato característico respecto a la institucionalización es que un alto porcentaje viene condicionado por una caída previa del anciano. 31

Factores de riesgo de las caídas.

La caída se define como una precipitación al suelo, repentina, involuntaria e insospechada, con o sin lesión secundaria, confirmada por el paciente o un testigo. Cualquier persona presenta el riesgo de sufrir una caída, pero es el grupo de los ancianos en el que la incidencia es mayor. Los factores de riesgo para sufrir una caída se clasifican en intrínsecos (o propios de las características de la persona) y extrínsecos o ambientales.

Numerosos estudios nos muestran cómo las enfermedades que pueden modificar el nivel de conciencia son causa de caídas, así como la toma incontrolada de fármacos del tipo hipnótico o sedante que disminuyen el nivel de alerta. La institucionalización del anciano también se muestra como un factor de riesgo de caída y fractura de cadera.

1. Factores intrínsecos.

A. Inestabilidad. Dentro de los cambios propios del proceso del envejecimiento se produce un deterioro en dos mecanismos imprescindibles para la bipedestación y la marcha estable como son: el mantenimiento del equilibrio y la capacidad de respuesta rápida y efectiva ante su pérdida. El anciano presenta inestabilidad postural, cambios en la marcha como son pasos más cortos, disminución de la excursión de cadera y tobillo, aumenta la separación de las puntas de los pies para así aumentar la base de sustentación, aumenta el periodo de latencia y respuesta reflejo motora inconstante ante los cambios posturales. Es decir, el anciano presenta más dificultad para mantener la estabilidad mecánica alrededor de la línea de gravedad, que es perturbada por el movimiento y tienen más dificultad para generar maniobras posturales reflejas correctoras.

Además de las alteraciones debidas al envejecimiento normal, la aparición de determinadas enfermedades que provocan alteraciones en la marcha como Infartos Cerebrales, Enfermedad de Parkinson, deficiencias sensoriales, etc. aumenta la inestabilidad.

B. Alteraciones visuales, auditivas y vestibulares. Es típico en los grupos de edad avanzada la aparición de patologías en los sistemas vestibular y de visión (cataratas, empeoramiento de la agudeza visual, tolerancia a la luz y adaptación a la oscuridad, hipoacusias, angioesclerosis, etc.) que van a provocar una alteración en la capacidad de orientación de uno mismo con respecto a los objetos del entorno.


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