Los profesionales que ejercen la especialidad de Anatomía Patológica, Anestesiología, Infectología, Neumonología, Obstetricia y Otorrinolaringología presentan en el 100% niveles de Burnout alto.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Diagnóstico por imágenes y Nefrología presentan en el 100% niveles de Burnout intermedio.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Oftalmología presentan en el 100% niveles de Burnout bajo.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Traumatología presentan en el 87,5% niveles de Burnout alto y en el 12,5% intermedio.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Cirugía presentan en el 83,3% niveles de Burnout alto y en el 16,7% intermedio.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Clínica presentan en el 83,3% niveles de Burnout alto y en el 16,7% intermedio.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Gastroenterología presentan en el 80% niveles de Burnout alto y en el 20% intermedio.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Neurología presentan en el 75% niveles de Burnout alto y en el 25% intermedio.
Los profesionales que ejercen el Medicato presentan en el 70% niveles de Burnout alto y en el 30% intermedio.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Dermatología y Endocrinología presentan en el 50% niveles de Burnout alto y en el 50% intermedio.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Pediatría presentan en el 72,7% niveles de Burnout alto, en el 18,2% intermedio y en el 9,1% bajo.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Ginecología presentan en el 50% niveles de Burnout alto, en el 37,5% intermedio y en el 12,5% bajo.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Cardiología presentan en el 30% niveles de Burnout alto, en el 30% intermedio y en el 40% bajo.
Los profesionales que ejercen la especialidad de Inmunología y Urología presentan en el 50% niveles de Burnout alto y en el 50% bajo.
Niveles de Burnout y residencias

Tabla 42: distribución de las frecuencias absolutas y relativas de los niveles de Burnout y residencias de la población estudiada.
Del total de la población que corresponde a residentes de 1º año, el 62,5% presenta niveles de Burnout alto, el 31,3% intermedio y el 6,3% bajo.
Del total de la población que corresponde a residentes de 2º año, el 82,4% presenta niveles de Burnout alto y el 17,6% intermedio.
Del total de la población que corresponde a residentes de 3º año, el 81,8% presenta niveles de Burnout alto y el 18,2% intermedio.
Del total de la población que corresponde a concurrentes, el 100% corresponde a niveles de Burnout bajo.

Gráfico 20: distribución de las frecuencias relativas de los niveles de Burnout y residencias de la población estudiada.
Niveles de Burnout y años de ejercicio de la profesión médica

Tabla 43: distribución de las frecuencias absolutas y relativas de los niveles de Burnout y años de ejercicio de la profesión médica de la población estudiada.
Del total de la población que hace menos de 5 años que ejerce la profesión médica, el 74.5% presentó niveles altos de Burnout, el 21.6% niveles intermedios y el 3.9% niveles bajas de Burnout.
Del total de la población que tiene entre 5 a 14 años de ejercicio de la profesión medica, el 68% presentó niveles altos de Burnout, el 24% niveles intermedios y el 8% niveles bajos de Burnout.
Del total de la población que tiene entre 15 a 24 años de ejercicio de la profesión el 58.3% presentó niveles altos de Burnout, el 33.3% niveles intermedios y el 8.3% niveles bajos de Burnout.
Del total de la población que tiene entre 25 a 34 años de ejercicio de la profesión el 50% presentó niveles altos de Burnout, el 20% niveles intermedios y el 30% niveles bajos de Burnout.
Del total de la población que tiene entre 34 años o más de ejercicio de la profesión el 100% presentó nivel bajo de Burnout.
Se encontró una diferencia estadísticamente significativa entre los años de ejercicio de la profesión médica y el nivel de Burnout (Prueba Chí cuadrado p=0,0004), por lo cual los profesionales médicos que ejercen su profesión desde hace 25 años o más tienen menores probabilidades de padecer niveles altos de síndrome de Burnout que los profesionales que ejercen su profesión desde hace menos de 25 años.