Vaginosis bacteriana, nivel inmunologico y un tratamiento alternativo
Autor: MSc. Dr. Jorge L. Irizar Hernández | Publicado:  27/07/2011 | Ginecologia y Obstetricia , Articulos | |
Vaginosis bacteriana, nivel inmunologico y un tratamiento alternativo .3

Un poco de historia

Contrario a otras plantas su uso se pierde en la noche de los tiempos, aunque las primeras referencias en torno a esta planta son bastante recientes: hacia finales del 1.700 se descubre que era usada por los indios nativos de América del Norte, considerándola sagrada, en vista de sus excelentes propiedades curativas.

Se sabe que 14 tribus Indias utilizaban la Equinacea como único remedio contra las mordeduras de serpiente e insectos venenosos.

Un uso muy frecuente estaba relacionado con los problemas dentarios y encías dolorosas, también preparaban infusiones contra la gripe y los resfriados, la tos, mal de garganta y antiséptico de heridas infectadas, en estos casos una aplicación de hojas y raíces sobre la zona afectada.

Será necesario esperar a 1904 para encontrar la primera información sobre la introducción de la Equinacea en la medicina práctica: a comienzos del siglo XX la tintura de Equinacea es uno de los productos más vendidos en América.

Hacia 1930 comienza el cultivo y la utilización de la Equinacea, sobre todo en Alemania, país este que aportará los estudios y la labor científica más importante de nuestros días respecto a su valor terapéutico. Desde este momento la popularidad de la Equinacea crece rápidamente gracias a la eficacia de sus propiedades.

Con la aparición en el mercado del primer antibiótico (1945) el entusiasmo por la Equinacea decayó notablemente, ante la eficacia, rapidez y garantías curativas del antibiótico. Con el tiempo ya hemos visto que los antibióticos no eran tan perfectos y que matan a los "malos" pero también a muchos de los "buenos".

Será a partir de 1970 que productos a base de Equinacea vuelven a ocupar un lugar importante gracias al interés de las personas en buscar una solución terapéutica de origen "natural".

Actualmente las propiedades terapéuticas de esta planta son documentadas científicamente aconsejándose su uso como antibacteriano, inmunoestimulante, y para combatir todas aquellas enfermedades de tipo invernal, así como en la cura de procesos infecciosos ya sean estos sistémicos o superficiales.

En el año 1800 la Equinacea era comercializada a través de una fórmula farmacéutica conocida con el nombre de Aceite de Serpiente por sus excelentes cualidades para curar la mordedura de serpiente de cascabel. En realidad esta propiedad curativa nunca ha sido demostrada, pero a pesar de esta "laguna" muchos estudios concuerdan en reconocer que la Equinacea posee muchas y variadas propiedades terapéuticas, veamos algunas:

Acciones de la Equinacea:

Acción inmunoestimulante: Si nuestro sistema inmunológico funcionara siempre al 100% de su capacidad, existiría la posibilidad de no enfermar nunca, pero en realidad otros factores como el frío, el agotamiento, el estrés, la mala alimentación pueden debilitarlo y esta circunstancia hará posible que ciertas bacterias y virus se desarrollen y proliferen en nuestro organismo causando la enfermedad.

La Equinacea posee la capacidad de reforzar todo el sistema inmunológico.

La importancia de este fortalecimiento radica en una mayor resistencia a todos los agentes externos que nos agredan como: virus, bacterias, sustancias toxicas y diferentes bacilos.

Cuando las bacterias invaden nuestro organismo, las células encargadas de la defensa, los macrófagos, se activan para devorar y destruir dichas bacterias. Acción antiséptica y antiinflamatoria. Aumenta la resistencia a la piel contra el ataque de bacterias, virus y hongos gracias a la inhibición de una enzima llamada Hialuronidasa.

La acción antiinflamatoria de la Equinacea viene referida desde 1950, donde se ponen de manifiesto sus excelentes resultados en la cura de pacientes afectados de artritis crónica.

En 1957 se demuestra que el extracto de Equinacea reduce aproximadamente un 22% la inflamación articular, comparable al efecto de la cortisona, como se sabe la cortisona tiene varios efectos colaterales entre ellos debilita el sistema inmunitario.

No provoca, como otros anti-inflamatorios, acidez estomacal.

Componentes activos: Echinacea utiliza el sistema inmune. Varios componentes en la echinacea se unen para aumentar la producción y la actividad de las células blancas de la sangre (linfocitos y macrófagos). Los tres grupos principales de componentes responsables son alkylamides / polyacetylenes, derivados del ácido cafeico, y polisacáridos. Echinacea también aumenta la producción del interferón, una parte importante de la respuesta del cuerpo a la infección viral tales como resfriados y gripe. La creencia es que la echinacea actúa sobre todo activando las células blancas de la sangre, según lo mencionado arriba. Se ha mostrado específicamente activar una clase importante de las células blancas de la sangre bien conocidas como células asesinas naturales. (16, 17 18, 19, 20,21)

Varios estudios a doble-ciegas han confirmado la ventaja de la Echinacea para tratar y prevenir otros tipos de infecciones, investigaciones en Alemania plantean que usando formas inyectables o una preparación oral de la hierba junto con una crema medicinal redujo la repetición de las infecciones vaginales por hongos comparadas a las mujeres dadas la crema solamente. (16)

La Echinacea es una planta medicinal que en pocos años se convirtió en el medicamento fitoterapéutico más prescrito en Europa y los EE.UU. para el tratamiento de una gran variedad de enfermedades infecciosas, además del envenenamiento. Desde su descubrimiento, la acción terapéutica de esta hierba ha impresionado a los médicos que la prescriben.

En el pasado era difícil entender porqué esta planta medicinal era útil para tantos padecimientos. Este enigma se resolvió con el descubrimiento del sistema inmunológico. En la actualidad, sabemos que la Echinacea estimula a nuestro sistema inmunológico y de esta manera nuestro cuerpo tiene una mayor habilidad para combatir a las infecciones. Las 2 principales especies de la Echinacea son: Echinacea angustifolia y la Echinacea purpúrea. En estos tiempos, donde la contaminación en el aire, el agua, la tierra y los alimentos es algo muy frecuente, necesitamos cuidar muy bien a nuestro sistema inmunológico. (16, 17, 18, 19, 20, 21)

La Echinacea activa a las células sanguíneas blancas fagocíticas (que ingieren partículas) lo mismo que a los histiocitos (las células del tejido conectivo con la habilidad de movimiento ameboide y actividad fagocítica). Los componentes de la Echinacea estimulan también la regeneración celular y las células epidérmicas. La Echinacea es un inmunoestimulante. Los inmunoestimulantes son agentes que estimulan al sistema inmunológico de una manera no específica. Los efectos farmacológicos de los inmunoestimulantes se acaban relativamente rápido y tienen que ser administrados muy frecuentemente o inclusive a veces en forma continua. Son factores importantes, en la inmunoestimulación, un aumento en la fagocitosis (por lo macrófagos) y los granulocitos. Los inmunoestimulantes podrían llegar a convertirse en una alternativa o al menos en un coadyuvante de la quimioterapia y pueden ayudar a prevenir infecciones al activar al sistema inmunológico en personas cuya respuesta inmunológica haya sido menguada. En 1981 los investigadores H. Wagner y A. Proksch del Instituto de biología farmacéutica de la Universidad de Munich publicaron su hallazgo sobre el descubrimiento de 2 polisacáridos en la Echinacea purpúrea que estimularon la actividad de las células T del 20 al 30% más que cualquier otro estimulador de las células T altamente potente.

Las células T son un tipo de células sanguíneas blancas (leucocitos) categorizados como linfocitos. Son producidos en la médula ósea, la glándula del timo y otros tejidos linfoides. Son almacenadas en los nódulos linfáticos y el bazo. Viajan al sitio de las infecciones, se combinan con antígenos y liberan varios químicos que son en parte responsables de la inmunidad mediada por las células. Entre otras cosas, los polisacáridos estimulan a los macrófagos a que produzcan factor de necrosis tumoral alfa (TNF), interleuquina 1 e interferón beta. En un artículo publicado en el Journal of the National Cáncer Institute (1989) se reportó sobre los efectos de un polisacárido de la Echinacea purpúrea altamente purificado (arabinogalactano), el cual, según sugerencias de los autores, puede tener implicaciones en la defensa contra tumores y enfermedades infecciosas. Existen algunos estudios clínicos que demuestran que la Echinacea puede aumentar la efectividad de las cremas antimicóticos estándares en el tratamiento de las infecciones recurrentes vaginales por levaduras, particularmente por Cándida Albicans. Por ejemplo, a un grupo de 203 mujeres con este problema de la Candidiasis Vaginal recurrente se les administró el antimicótico convencional comúnmente prescrito y tuvieron una tasa de recurrencia del 60.5% en sus infecciones. En cambio, las mujeres que además del tratamiento convencional, recibieron la Echinacea, tuvieron una tasa de tan sólo el 16.7% de recurrencia. La razón más probable es que la Echinacea mejoró la acción de los antimicóticos a través de la estimulación de la actividad del sistema inmunológico. (16, 17, 18, 19, 20,21)

¿Qué es homeopatía?

Es un método terapéutico que se basa en administrar pequeñas dosis de sustancias medicamentosas para activar las propias defensas de nuestro organismo y llegar suavemente a la mejoría o curación de las enfermedades.

Aunque ésta técnica ya se usaba desde tiempos de Hipócrates, fue Samuel Hahneman, quien, a finales del siglo XVIII, puso a punto la preparación y manera de administrar estos medicamentos.


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