FARMACOLOGIA
CLINICA:
PLAN DE LA ESPECIALIDAD (1)
1. DENOMINACION OFICIAL (R. DTO. 127/84) DE LA ESPECIALIDAD Y
REQUISITOS
Farmacología Clínica.
Duración: 4 años.
Licenciatura previa: Medicina
2. INTRODUCCION
La Farmacología Clínica es la especialidad médica que se ocupa de la
evaluación de los efectos de los medicamentos en la especie humana,
es decir, en la población general, en subgrupos específicos y en
pacientes individuales. Esta evaluación se centra en la relación
entre los efectos terapéuticos (benéficos), los efectos indeseables
(riesgos) y los costes de las intervenciones terapéuticas, e incluye
la eficacia, la efectividad y la eficiencia. Para ello utiliza
conocimientos y métodos propios, basados en la Medicina, la
Farmacología Básica y la Epidemiología.
Sus funciones, tal como fueron definidas por la Organización Mundial
de la Salud en 1977, son asistenciales, investigadoras y docentes.
Para desarrollarlas, el farmacólogo clínico debe tener una sólida
formación clínica, epidemiológica, estadística y experimental, que
le permita no sólo diagnosticar cuadros clínicos complejos que
puedan tener relación con el uso previo de medicamentos, sino
también aconsejar sobre la conducta terapéutica y sobre el diseño de
estudios epidemiológicos y clínicos de tipo descriptivo o analítico,
observacional o experimental.
3. CONTENIDO CIENTIFICO-TECNICO Y CAMPO DE ACTUACION
La Farmacología Clínica pretende la promoción de un uso efectivo y
eficiente de los recursos terapéuticos. Su laboratorio natural es el
propio sistema de atención a la salud (anónimo, Laficet) 2: 1019,
1986). En él, el farmacólogo clínico debe caracterizar el consumo de
medicamentos-cuantitativa y cualitativamente-e identificar las áreas
o casos de uso excesivo, uso insuficiente, o bien de selección
inadecuada de los medicamentos en situaciones clínicas determinadas.
Además, debe intervenir para mejorar los hábitos de prescripción y
utilización de los medicamentos, principalmente a través de su
colaboración con médicos generales y especialistas, pero también con
otros profesionales sanitarios. Debe también saber evaluar los
efectos-beneficiosos o indeseables- del uso de fármacos y,
finalmente, debe saber evaluar su propia actividad.
Otra de las vertientes de la Farmacología Clínica es la evaluación
de los efectos terapéuticos de nuevos medicamentos o estrategias
terapéuticas, fundamentalmente mediante la realización de ensayos
clínicos controlados. Para la identificación y la valoración del
riesgo de efectos indeseables utiliza diferentes técnicas de
farmacovigilancia. La disponibilidad de un número creciente de
nuevos fármacos, algunos de coste elevado, ha incorporado los
análisis coste/beneficio a la Farmacología Clínica.
Para aplicar sus conocimientos, el farmacólogo clínico utiliza
métodos y técnicas de tipo clínico, epidemiológico y de laboratorio,
a la vez que desarrolla actividades de formación e información.
La promulgación de la Ley Orgánica 14/1986, General de Sanidad, y la
Ley 25/1990, del Medicamento, ha definido el marco de actuación de
la Farmacología Clínica, tanto en centros hospitalarios como en el
dispositivo de atención primaria. Por tanto, el farmacólogo clínico
podrá desarrollar su especialidad en el medio hospitalario, centros
de atención primaria, universidad, administración, industria
farmacéutica y otras instituciones.
4. OBJETIVOS FORMATIVOS GENERALES
4.1. Conocer las características farmacocinéticas y
farmacodinámicas, así como otros factores determinantes de la
utilización de los principales grupos farmacológicos.
4.2. Conocer los métodos que permiten valorar los distintos aspectos
de los efectos beneficiosos y perjudiciales de los medicamentos.
4.3. Conocer los sistemas que permiten una adecuada transferencia de
información sobre medicamentos a otros profesionales, optimizando
los hábitos de prescripción.
5. OBJETIVOS FORMATIVOS ESPECIFICOS
Los medicamentos se emplean ampliamente en situaciones muy diversas,
prácticamente en todos los niveles del sistema sanitario, con fines
generalmente terapéuticos, pero también en ocasiones profilácticos y
diagnósticos. Más allá de su indudable potencial terapéutico médico,
el consumo de medicamentos tiene implicaciones económicas,
sociológicas y antropológicas que hacen de ellos algo más que una
mera herramienta terapéutica.
El farmacólogo clínico debe prestar sus servicios en todos los
niveles del sistema de atención a la salud, y sobre todo en aquellos
donde la prescripción de medicamentos tiene un mayor peso
específico. Por ello, las funciones que el residente de Farmacología
Clínica debe desarrollar son las siguientes:
5.1. FORMACION E INFORMACION SOBRE MEDICAMENTOS
a) Elaboración de información dirigida al prescriptor
El residente debe intervenir activamente en la elaboración de guías,
boletines y otros materiales informativos dirigidos al prescriptor.
Es especialmente apropiada la preparación de información científica
objetiva e independiente sobre los medicamentos de reciente
comercialización y, en particular, su comparación con otros fármacos
con propiedades terapéuticas similares. Sin embargo, más necesaria
todavía es la información más orientada a problemas clínicos que a
la descripción de medicamentos. Es este tipo de información
orientada a problemas clínicos la que es más susceptible de mejorar
la calidad del uso de medicamentos.
b) Selección de medicamentos
La amplia oferta de fármacos disponibles en nuestro mercado
farmacéutico obliga al prescriptor a seleccionar los más adecuados
para el tratamiento de los problemas clínicos más comunes. E1 uso de
un número limitado de fármacos y la evitación de los que no aportan
ventajas significativas en sus efectos terapéuticos permiten al
médico conocer mejor las propiedades de los que prescribe, evaluar
sus efectos-deseables e indeseables-con mayor precisión e informar
de manera más clara y adecuada a los pacientes tratados.
E1 farmacólogo clínico juega un papel fundamental en la selección de
medicamentos en el dispositivo de atención primaria y en centros
hospitalarios, porque conoce los problemas clínicos y su pronóstico,
su epidemiología y sus posibilidades de tratamiento.
Además, debe jugar un papel de gran importancia en la elaboración,
junto con los prescriptores y otros profesionales sanitarios, de
protocolos para el tratamiento o la prevención de problemas médicos
comunes, así como en su revisión periódica.
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