Comportamiento de factores de riesgo cardiovascular en ancianos
Autor: Dra. Virginia Concepción González | Publicado:  26/11/2009 | Geriatria y Gerontologia , Cardiologia | |
Comportamiento de factores de riesgo cardiovascular en ancianos .6

a) Las recomendaciones dietéticas de la American Heart Association coinciden con las indicadas por el grupo de expertos del Nacional Cholesterol Education Program (NCEP). Este régimen dietético consta de dos etapas. La primera etapa se dirige principalmente a la prevención primaria. Si después de un seguimiento de 3 meses, no se ha logrado reducir los niveles de C-LDL a menos de 160 mg/dL, debe iniciarse la segunda etapa. Este último régimen dietético se emplea también en la prevención secundaria. Si en los siguientes 3 meses no se logra el objetivo deseado, se deberá iniciar el tratamiento hipolipemiante farmacológico. La presencia de niveles críticos de C-LDL (> 220 mg/dL) harán también la indicación para iniciar la etapa 2 de la dieta y tratamiento farmacológico.

 

b) La dieta del Mediterráneo pone énfasis en el consumo de pescado, aceite de oliva, granos enteros, ajo, nuez, fibra de frutas y vegetales y vino tinto. Se han reportado reducciones hasta de 37% en la frecuencia de muerte por cardiopatía isquémica con el uso de este régimen dietético.

 

Sedentarismo

 

Algunos estudios sugieren que la mortalidad disminuye con una mayor actividad física, y que el ejercicio puede mejorar el bienestar físico y mental de los individuos. Así la actividad física aumenta la función del corazón como bomba y la perfusión miocárdica, disminuyendo posteriormente la frecuencia cardiaca, incrementa la tolerancia al estrés y disminuye el esfuerzo asociado con el mismo. El ejercicio excesivo o mal planeado puede afectar negativamente al paciente anciano. Es necesario considerar dos aspectos importantes en el desarrollo de programas de aptitud física para las personas mayores, que son los componentes relacionados con la salud y aquéllos relacionados con la capacidad motriz (56). En los elementos relacionados con la salud están la fuerza o potencia, la resistencia muscular o fuerza dinámica, la flexibilidad, las adaptaciones cardiovasculares, respiratorias y la composición corporal. Los componentes motrices preparan al individuo para el éxito en el ejercicio. Estos son: la coordinación, la agilidad, la habilidad, la fuerza, el equilibrio, la velocidad y la precisión.

 

Las personas inactivas tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón que las personas que hacen ejercicio regular. El deporte controlado y el ejercicio físico en la tercera edad proporciona innumerables beneficios fisiológicos: Controla la atrofia muscular, favorece y mejora la movilidad articular, disminuye o frena la descalcificación ósea, hace más efectiva la contracción cardiaca, favorece la eliminación de colesterol (disminuye el riesgo de arteriosclerosis e hipertensión, reduce el riesgo de formación de coágulos en vasos sanguíneos, disminuye el riesgo de trombosis y embolias), disminuye el riesgo de infarto del miocardio, aumenta la capacidad ventilatoria y la respiración en general, reduce / controla la obesidad, disminuye la formación de depósitos (cálculos) en riñones y conductos urinarios que le hace autosuficiente en los quehaceres de la vida diaria, amplia el circulo de relaciones sociales, da un sentido lúdico-recreativo a su tiempo ocio y un aspecto más dinámico en su vida general, mejora la resistencia, la fuerza y la flexibilidad y mejora la autoestima y la sensación de bienestar.

 

Las personas que queman activamente entre 500 y 3. 500 calorías por semana, ya sea en el trabajo o haciendo ejercicio, tienen una expectativa de vida superior a la de las personas sedentarias. Incluso el ejercicio de intensidad moderada es beneficioso si se hace con regularidad (56).

 

El riesgo relativo de muerte por enfermedad cardiovascular en un individuo sedentario en comparación con un individuo activo es 1, 9 (intervalo de confianza [IC] del 95%, 1, 6-2, 2) (44).

 

Tabaquismo.

 

La mayoría de la gente sabe que fumar aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, pero pocos saben que también aumenta apreciablemente el riesgo de enfermedad cardiovascular y de enfermedad vascular periférica (enfermedad de los vasos sanguíneos que riegan los brazos y las piernas). Según la Asociación Americana del Corazón, más de 400. 000 estadounidenses mueren cada año de enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Muchas de estas muertes se deben a los efectos del humo del tabaco en el corazón y los vasos sanguíneos.

 

El estudio Framingham aseguró que el tabaco se relaciona claramente con el Infarto Agudo de Miocardio y la Muerte Súbita, sobre todo si se aumenta el consumo de cigarrillos (Treutz, 1967) (45). La disminución del riesgo de CI después de dejar de fumar es rápida al comienzo y progresiva y lenta en los años siguientes, lo que hace sospechar que su acción principal es la precipitación de episodios agudos.

 

El tabaco actúa de dos maneras; inicialmente mediante un efecto agudo debido a la nicotina y el monóxido de carbono, produciéndose vasoespasmo, aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial, así como de la agregación plaquetaria (Winninford y col., 1986). Posteriormente mediante un efecto crónico con lesión hipóxica del endotelio vascular que aumenta la permeabilidad de los lípidos (Astrup, 1979), y una reducción del HDL Colesterol (Criqui y col., 1980; Brischetto y col., 1983). Otros autores refieren aumentos del LDL Colesterol y del VLDL Colesterol (Steiner y col, 1987). Vilietstra y col. (1980 y 1986) y Friedman y col. (1981), demostraron cómo los fumadores tienen lesiones ateroscleróticas más frecuentes y de mayor gravedad que los no fumadores, y la reducción del riesgo al dejar de fumar de Cardiopatía Isquémica en personas sanas, y en pacientes ya diagnosticados (45).

 

Las repercusiones sociosanitarias y económicas del consumo del tabaco son muy importantes, tanto que hasta un Comité de Expertos de la OMS (1983) estimó que los beneficios económicos de la producción de tabaco son inferiores a los efectos adversos para la salud y las pérdidas de productividad económica por ausentismo, incapacidad y muertes a causa de enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Las estimaciones realizadas en España señalan que el tabaco fue responsable en el año 2001 de 6.730 muertes por cardiopatía isquémica y 4.836 por enfermedad cerebrovascular, lo que supone el 27% de las muertes coronarias y el 28% de las muertes cerebrovasculares en varones y el 4% de las muertes coronarias y el 3% de las muertes cerebrovasculares en mujeres (47).

 

Obesidad

 

El Estudio Framingham (Gordon y Kannel, 1975 y 1977), relacionó el grado de obesidad y la incidencia de enfermedades cardiovasculares a lo largo de 26 años, indicando que la obesidad es factor de riesgo significativo de las enfermedades cardiovasculares especialmente entre las mujeres (45). A lo que se suman otros factores de riesgo, como hipertensión arterial, diabetes e hiperlipemia (Kesaniemi y col., 1983; y Plaza y col., 1990). Se cree que el peso excesivo puede elevar los niveles de colesterol total, causar hipertensión y aumentar el riesgo de enfermedad arterial coronaria (45).

 

La obesidad tiene el sello de una enfermedad crónica, la cual una vez "adquirida", tiende a recurrir. Evidencias recientes sugieren que hay un factor genético y que en parte está mediado por un factor metabólico, resultando en la conservación de los excesos dietéticos como triglicéridos en el adiposito (27). La obesidad es un factor de riesgo de diabetes mellitus tipo 2, hipertensión y anormalidades en los lípidos. La incidencia de la diabetes de tipo 2 se eleva con una creciente severidad de la obesidad y está cercanamente asociada con un patrón particular de distribución regional de la grasa en el cuerpo, específicamente con el exceso de tejido adiposo en la región abdominal y mayor resistencia a la insulina. Se conoce que hay una relación entre obesidad y presión arterial (57), se ha encontrado también que la obesidad está asociada a un aumento en el grosor de la pared del ventrículo izquierdo y la masa ventricular izquierda tanto en obesos hipertensos como en normotensos (57).


Revista Electronica de PortalesMedicos.com
INICIO - NOVEDADES - ÚLTIMO NÚMERO - ESPECIALIDADES - INFORMACIÓN AUTORES
© PortalesMedicos, S.L.
PortadaAcerca deAviso LegalPolítica de PrivacidadCookiesPublicidadContactar